Capitulo 17

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Suspira dejándose caer en el sofá de la sala. Por fin había logrado dormir a Diane y Fran después de más de una hora intentando. Sabía que los bebés no son siempre fáciles de dormir pero no esperaba que fuera tan difícil hacerlo por su cuenta.

Había sido su primer día estando solo con las niñas. Durante los últimos días JJ o Penélope pasaban gran parte del día con el para ayudarle. O Derek pedía a su madre que llamará de vez en cuando para saber si necesitaba un par de manos extra. Matt, Luke, Rossi, Tara, Hotch o Emily también podían llegar a hacer una visita para corroborar que todo estuviera en orden. Incluso Kate y Blake llegaron a hacerle una visita a las niñas. Fue agobiante tener siempre alguna visita en casa, pero también lo agradece en el alma. Con dos niñas tan pequeñas siempre se acepta la ayuda para limpiar o simplemente vigilar a las bebés.

Hoy por primera vez lo dejaron solo con sus hijas y fue... agotador. Ser una persona contra dos pequeñas niñas que requieren toda la atención del mundo todo el tiempo es mucho. Ambas niñas parecen turnarse para necesitar distintas cosas al mismo tiempo, si una tenía hambre la otra tenía frío, si una quería dormir la otra necesitaría un cambio de pañal, si una tenía cólico la otra lloraría por las quejas de su hermana. En fin, ambas llorarían y tendría que adivinar el motivo del llanto de cada una de ellas. 

He ahí la importancia de JJ y Penélope, ambas parecían haber aprendido a diferenciar cada tipo de llanto y cuando prevenir algunos. Pero el aún no lo logra. Y es muy frustrante que alguien más, aún siendo tus mejores amigas, conozcan mejor a sus hijas. Ambas mujeres parecen moverse con tanta naturalidad alrededor de las niñas mientras que el aun las levanta con algo de temor por lastimarlas. 

Habían pasado unas semanas desde el arresto de Cat, Lindsey y Scratch que terminó cayendo de un edificio. Todo el equipo tuvo unos días de descanso, claro que Reid tuvo más para evaluarlo después de pasar meses en la cárcel. En esos días las visitas fueron diarias y de muchas personas, cosa que parecía encantar a las mellizas. Teniendo a sus numerosos tíos para cargarlas y ayudar a atenderlas.

Pero apenas llegó el día en que se quedaron solas con su padre, se hizo el caos.

Hubo lagrimas y berrinches a lo largo del día, sin faltar los gritos o quejas de ambas bebes. Con toda la ayuda extra las cosas con ambas se sentían tan sencillas, nada parecido a cuidar de dos niñas pequeñas por su cuenta. Incluso la casa se siente mas grande que los últimos dias. Nunca sintió una casa fuera tan grande que cuando alguna de las niñas lloraba, cada pasillo le parecía eterno hasta llegar a la habitación donde estuvieran sus hijas.

Escucha golpes en la puerta y voltea a ver a las mellizas para confirmar que siguieran durmiendo, lo cual por fortuna fue así. Se acerca a la puerta y sonríe al ver a Derek con Hank del otro lado de la puerta. Aunque había intentado mantener cierta distancia con los Morgan le fue imposible durar demasiado tiempo alejado de ambos. Aún ama a Derek y sigue existiendo parte del lazo que los unía antes de que el mayor se fuera. Y es inútil intentar no querer a Hank, el pequeño lleva su nombre y es una muestra de lo importante que fue en la vida de Morgan antes de todo esto. 

-Sorpresa, se que es tu día a solas con tus hijas. Pero, técnicamente ya no es de día.- Morgan sonríe mientras muestra una bolsa con comida china. -Pensé en traer la cena.-

-Gracias, pasen.- Se hace hacia a un lado para dejar que ambos pasar.

Hank mira curioso los juguetes que están en el suelo, estira sus manos hacia las cosas coloridas de las niñas Reid. Estira sus pequeñas manos a las cosas y se mueve un poco en los brazos de su padre para que lo deje jugar. Spencer sonríe y toma a Hank de loas brazos de Derek para dejarlo en una alfombra llena de juguetes que esperaban ser guardados. 

-Traje comida china, apuesto que no has comido mucho hoy.- Derek levanta la bolsa con el logo del restaurante donde fue comprada la cena. 

-¿Se nota que no lo he hecho?-

-No, pero recuerdo los primeros meses con Hank después de que Savannah volvió a trabajar.- Un nudo se formo en la garganta del agente mas viejo. El recuerdo de como su matrimonio había terminado sigue siendo difícil, aun después de largas conversaciones con la voz de la experiencia en ese tema. 

-Suena a que fue difícil.- Spencer solo pudo mirar al suelo, no muy seguro sobre como actuar respecto al tema de la separación.

-Lo fue, nunca pensé que un niño que apenas puede controlar su cuerpo me agotaría tanto. Admiro a JJ por volver a trabajar con los niños, ahora entiendo porque lucia tan cansada cada mañana.- Suelta una pequeña risa mirando a su hijo. El niño parecía tan cómodo en la casa de Spencer, diferente a la primera ve en casa de cualquier otra persona.

-Ahora imagina eso con dos.- Hace un ligero gesto al piso de arriba donde duermen las niñas.

-Si, aunque dudo que sean muy inquietas, cuando las cuide ambas parecían niñas tranquilas.- Esa frase salió con tanta calma de los labios del moreno pero helo la sangre del doctor. Nunca había planeado que Derek conociera a las niñas, pero ahora hasta había cuidado de ellas. 

-No son inquietas, solo que...- Spencer cierra la boca pensando en que decir, no quiere que alguien piense que no puede con sus propias hijas, mucho menos verse inútil para cuidarlas.

-Entiendo, es demandante, agotador y da miedo. No eres el único que se siente así, todos los padres lo sentimos en algún momento, y tu tienes el doble de trabajo por tu cuenta. Yo estaba agotado con Hank, todo era tan nuevo y el necesitaba toda mi atención y tiempo, solo puedo imaginar como te sientes con 2 a la vez.- El mayor pone su mano sobre su hombro en señal de apoyo, no sería el primero en sentir como el rol de padre es demasiado. En su experiencia todos parecen sentirse así en algún punto del camino llamado paternidad.

El silencio entre ambos se prolonga por la sensación de comodidad en la falta de palabras, habían llegado a ese punto hace mucho, las palabras sobran cuando ambos entienden lo que pasa por la mente del otro. En algún momento Spencer se recargo contra el cuerpo a su lado y Derek lo abrazo por los hombros en un gesto confortable pero ligeramente posesivo.

-¿Porque no me dijiste?- La pregunta salió en un susurro pero sin disimular la acusación y ligero dolor.

-No entiendo a que te refieres.- Reid había aprendido hace mucho que lo mejor es fingir ignorancia sobre ciertas cosas, al menos hasta poder pensar que hacer a continuación.

-Sobre ellas, que son mías. ¿Por qué no me llamaste cuando supiste de ellas?- Si había algo que le duele a Morgan es cuando su chico genio le oculta cosas, no lo culpa, lo hace para protegerse. Pero esto, tenía derecho a saber que existía la mezcla perfecta entre el genio y el.

-¿Como? Eso no es...- Spencer se alejo del amable toque del mayor como si

-Spencer, lo sé. No necesite mucho después de saber cuando nacieron y verlas, Fran tiene los ojos de mi madre por cierto.- Para sorpresa de Reid no había furia ni ira, solo curiosidad y una ligera decepción.

-Yo...- El llanto de una de las mellizas interrumpió la conversación.

Agradeciendo en silencio a la oportuna llamada de su bebé Spencer se levantó del sillón para ir por ella. Subió hasta la habitación de la niñas y acuna a Diane en sus brazos. Su pequeña lo salvo por el momento de una conversación muy incómoda, pero al menos tendría unos segundos más de paz.

¿Demasiado tarde?Where stories live. Discover now