Capitulo 19

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Los rayos del sol que se colaban por la ventana lo despertaron.
Después de tanto pensarlo se quedó en casa de Yulia, dejó el Impala un par de calles antes y caminó hasta la casa sin apenas mirar la suya de reojo.
Quería dormir con ella, abrazarla y sentir su creciente vientre. Sentirse en paz.
Por un momento, se olvidó de Cesar, de los problemas de ser Spooky.
Yulia se movió en sus brazos, dió un quejido y se despertó. Lo miro con un brillo en los ojos y se estiró un poco y besó su barbilla.
A ese tiempo el vientre de Yulia era grande, al menos tendría dos meses y medio, se sentía feliz, lleno de gozo, sería un padre...

- Buenos días - le dijo sonriendo.

La mañana había sido perfecta, desayunaron juntos e hicieron las maletas de Yulia y las subieron al Impala. Si algo salía mal tenían que huir lo más pronto posible.
Se alegraba de haberse quedado con Yulia.
Ahora que los profetas estaban enterados de que Cesar estaba vivo, el plan era el mismo que la primera vez que lo querían matar. Aunque corrían muchos riesgos, podrían llevarse a Cesar antes de que Spooky se acercará a recogerlo.
¿Estaban dispuestos a correr ese riesgo?
¿Estaría Cesar de acuerdo?
Después de despedirse de Yulia la miró detenidamente, como si fuera la última vez que la vería, intentaba memorizar su rostro, cada expresión, marca, lunar, arruga y destello en aquel hermoso rostro. Si moría aquel día, al menos tendría en la mente el rostro de Yulia después de un día tranquilo y una mañana encantadora.
Se despidió de ella con un largo y encantador beso, la abrazo y se sintió en Paz, no tenía nada, pero la tenía a ella.

Spooky
Aunque Cesar me preocupe, mi prioridad siempre será la vida de Yulia. Y ahora; con las amenazas de los profetas, era difícil la idea de dejarla sola, a lo decidido en conjunto, Yulia iría a la escuela a renunciar, amaba dar clases, pero no querían correr riesgo con el futuro hijo acercándose. Fue una decisión difícil, pero al final ella lo terminó convenciendo de que era lo mejor para todos, no querían volver a menos que fuera absolutamente necesario, y ese trabajo, según Yulia, no era necesario.
Caminar distraído por la calle es una de las cosas más peligrosas para un Cholo, puedes terminar muerto. O con simples raspaduras en caso de un tropezón.
A protestas de mí mente, me puse alerta, lo que menos quería era morir.
Estaba alerta, intentando mirar de reojo a mis espalda con esperanza de no encontrar nada.
Pero aquel no era mi día de suerte. La puerta de la casa estaba arañada, parecía que la golpearon toda la noche. De milagro no la habían tirado.
Mi corazón pareció detenerse un momento... Cesar.

Corrió lo más rápido posible a la puerta, la embistió con el hombro y se abrió, corrió a la habitación de Cesar, abrió la puerta y lo primero que vió fue a su hermanito... En aquel momento vio al pequeño Cesar sentado frente a él en el suelo, al pequeño que cuidó de sus padres, con un arma entre las manos temblorosas.

— ¡Lárgate! ¡Te dispararé!

Y ahí estaba Cesar... Con un arma entre las manos, temblando como un pequeño Chihuahua con miedo.
Aquello había cambiado sus planes de escape. Ya solo importaba irse. Lejos y lo más pronto posible.

— Soy yo hermano — habló calmado y con voz queda —. Baja el arma, nadie va a hacerte daño.

Con un rápido movimiento Cesar apuntó el arma a su sien, temblando aún más. Si es que era posible.

— Todo es mi culpa — decía con la poca voz que aún salía de su garganta.

De sus ojos hinchados caían gruesas lágrimas. A juzgar por su aspecto había llorado toda la noche. No sabía siquiera de dónde salían más lágrimas.

—Nada es tu culpa — habló más tranquilo acercándose a él, si es que era posible.
— ¡No mientas! — gritó Cesar agitando el arma y sujetándola con fuerza.

Antes de que Cesar pudiera decir otra palabra, arremetió contra él, arrebatándole en arma y arrojandola tan  lejos de ellos como pudo.
Lo abrazó con fuerza evitando que sus brazos lo golpearan.

—Nada es tu culpa hermano — habló tranquilo. — Nos iremos de aquí, lo prometo.

Los sollozos de Cesar se calmaron, solo entonces Spooky se separó de él.
Se quedaron en el suelo, como esperando que el tiempo no pasara. A pesar de saber la verdad; el tiempo pasa aunque no lo queramos.
En el silencio de las habitaciones lograron escuchar unos pasos... No podía ser Yulia, ni Ruby, ni Jasmine, ninguno de los chicos.
Cuando Spooky pensaba acercarse por el arma alguien de verde llegó a la entrada de la habitación de Cesar.

— ¿Qué tenemos aquí?

Era el líder de los profetas...

Les dejo un capítulo corto, perdón por no actualizar, me da tristeza no hacerlo, pero me enfermé horrible y mis ojos lo resintieron, ahora no puedo forzarlos mucho en el celular para escribir más... Volveré lo antes posible.

Les adjunto foto de mis ojitos:



Nos vemos pronto... Los quiero 🌻❤️


THE LAST BULLET (En pausa por edición)Onde histórias criam vida. Descubra agora