𝐗𝐈𝐕: 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐟𝐫𝐚𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨

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No era de esperarse que con el pasar de los días Toni se la pasará en su cama, acurrucada y llorando. No podía simplemente olvidar que mientras todos se la pasaba de lo mejor con su actual padre, el alma de su verdadero padre estaba en el infierno, siendo torturada una y otra vez por quien sabe que cosa que estaba ahí, ya que Cheryl estaba junto a ella. Últimamente se la pasaba a su lado y todo porque la morena estaba de lo más deprimida. La culpa realmente la estaba carcomiendo, y la presencia del diablo empeoraba todo.

Fue cuando ésta última se dio cuenta de aquello que decidió ponerle fin. —Voy a irme. —La diabla se puso de pie luego de estar un rato sentado en el borde de la cama de su niña favorita, la cual estaba envuelta en las sábanas y sollozaba, lamentándose el haberse puesto al nivel de las personas malas.

Cheryl no solo iba a irse porque Toni estaba lo bastante deteriorada para hacerle compañía, también estaba los hecho de tener que oir cosas que no eran ciertas. ¿Por qué Toni cargaba con todo a la culpa, cuando fue la ente la cual decidió enviar al imbécil al infierno? ¿Por qué ensuciaba sus propias manos cuando lo único que había en ellas era suavidad y delicadeza? ¿Que buscaba provocar en la diabla al estar mentalmente castigándose de aquella manera?

Toni, la cual está con la nariz enrojecida, ojos levemente hinchados y lleno de lágrimas.
—¿Q-que?

—Estas demasiado mal, demasiado deteriorada. Voy a irme, al menos por unos dos días. —Y, maldita sea, que no le estaba preguntando. Lo iba a hacer y punto.

Toni se pone de pie, torpemente avanzando hacia la bella mujer frente a ella, aferrándose al brazo de esta. Ambas se sorprenden por la falta de estabilidad de la más baja, el temblor que comienza a apropiarse de su cuerpo y la manera en la que la respiración se le corta. —No. No, N-no. No te vayas, p-por favor... —Inhala entrecortadamente y se le rasga el pecho con cada sollozo. La diabla puede sentirlo en carne propia, y aunque no siente más que pinchazos en el pecho, como si se hubiese dormido algún músculo, sabe que Toni lo siente demasiado. —Y-yo....lo siento.

—Toni. —Se acerca a la chica, notándola realmente deteriorada. Suavemente pasa uno de sus brazos por detrás de la espalda de la morena, y el otro por debajo de su piernas. Llevo su nariz al cabello de su niña, y suspiró sobre estos, acunándola contra su pecho.
—TT...

Era impresionante lo que la humana podía provocarle con tan solo mencionar el hecho de necesitarla.

—No se que haré sin ti, por favor, yo...— Aprieta la yema de sus dedos contra la camisa, sobre el hombro del diablo. —...yo no.....

Cheryl comienza a encaminarse al baño, y cuando llega tan solo deja a su niña favorita sobre la tapa del retrete, apoyándose contra la pared. No le dice que deje de llorar cuando su llanto incrementa, tan solo se dirige hacia la bañera y comienza a llenarla con agua tibia mientras se quita la blusa y los zapatos, quedando en pantalones. Una vez la bañera encuentra llena se acerca a la más baja y comienza a desvestirla hasta dejarla en ropa interior, tomándola en brazos y llevándola consigo a la bañera. Se metió y dejo a Toni sobre su pecho, llevando su mano repleta de anillos al agua y pasándola por el rostro de su niña a pesar de que ésta se removía para intentar respirar. Finalmente harta, Cheryl la tomo del rostro y la miro fijamente.

—Si no te calmas voy a tener que sumergirte.

Toni aguanta el aire por unos segundos y lo suelta lenta y temblorosa mente por la nariz, pero el llanto no abandona su pecho y no puede evitar sollozar un par de veces, pegando su mejilla contra el cálido pecho de la reina del inframundo.

—No te vayas, por favor. N-No se que hacer... —Solloza con más fuerza, a punto de comenzar otro ruidoso llanto.

Cheryl rápidamente comienza a dejar suaves besos en su mejilla y luego en su cuello, abrazándola más contra si. —Deja de llorar, no voy a irme.

𝐷𝐴𝑁𝐶𝐼𝑁𝐺 𝑊𝐼𝑇𝐻 𝑇𝐻𝐸 𝐷𝐸𝑉𝐼𝐿 || ChoniWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu