𝐷𝐴𝑁𝐶𝐼𝑁𝐺 𝑊𝐼𝑇𝐻 𝑇𝐻𝐸 𝐷𝐸𝑉𝐼𝐿 || Choni

𝐗𝐕: 𝐏𝐔𝐑𝐀 𝐏𝐄𝐑𝐎 𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀𝐁𝐋𝐄

Podría retomar todo nuevamente si alguna vez salir de ahí?

Estaba siendo carbonizado, mutilado, destripado una y otra vez, ¿Su piel? Ya no estaba, y podía ver los pedazos de esta en el aire a pesar de la oscuridad en el lugar, todo gracias a los fuertes relámpagos que partían su cráneo ante la intensidad de la repentina luz. Se encontraba desnudo, agarrando a una especie de telaraña hecha con fierros oxidados y puntiagudos. Gritaba, y nadie lo oía. Podría oír a más gente gritar, pero ninguno se oían entre sí cuando intentaba decir algo. Todo ahí eran lamentos, sollozos fuentes, quejidos y la inevitable soledad.

De vez en cuando todo se apagaba y le daba mucho sueño. Cuando sus ojos se cerraban, estaba nuevamente en la tierra, pero no en 1976. Siempre eran diferentes tiempos: su infancia, su adolescencia, su boda, situaciones con sus hijos....y todo eran pesadillas. Inevitables pesadillas, las cuales convertían Buenos momentos en traumas permanentes.

Habían pasado más de setenta años.

¿Todo seguiría igual fuera? ¿Todos estarían viejos? ¿Volverían a su cuerpo, en la tierra?

Y lo importante....

¿Volvería completo?

Por que su alma.... su alma no sólo había sido sumergida en aquel mar de fuego llamado "La Fosa", calcinada una y otra vez sin arrepentimientos.

¿Sería tan fuerte como para resistirlo?

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Habían pasado dos semanas desde lo ocurrido: Toni y Cheryl eran esposas. Los días había estado extrañamente bien, y cuando su madre le pregunto a su hija sobre el anillo ella mintió, diciendo que tan sólo era un anillo que compro en una tienda la cual tuvo que ir a acompañar a Betty. Por algún motivo, luego de decir aquello Tommy río secamente, y Toni tan solo lo miro fijo unos segundos, intentando analizar a su hermano, saber si este sospechaba algo.

¿Cómo podría? Cuando Cheryl le propuso matrimonio estaban en un parque, Thomas estaba en la escuela y ni siquiera quedaba en la misma zona. Era más posible que su madre las encontrará a que las encontrará su hermano.

En el pasar de las semana Toni se había vuelto paranoica, creyendo que todo mundo con el que hablaba sabía algo sobre Cheryl. No temía por ella, temía por la diabla. A pesar de que esta le había confesado que los exorcismos no le afectaban, tan solo la regresaban al infierno, pero podría volver muy fácilmente, Toni se abrazaba a ella y se quedaba en silencio, transmitiendo su miedo sin decir ni una palabra.

Cheryl le confesó como funcionaban las cosas luego de que Toni le hiciese unas simples preguntas. ¿Cómo era el infierno?

—Claramente No es la típica imagen del fuego, velas rojas y un trono donde todos se inclinán ante mi. No es una casa, tampoco es un lugar en si. —Comenzó con su mirada fija en el muslo de la más baja y en cómo su mano repleta del anillos de oro acariciaba aquella suave, y delicada piel, de vez en cuando haciendo una leve presión. —Hay muchas maneras de pasar la eternidad en el infierno, y todas son obligatorias.

—¿Por ejemplo?

Suspira. Por algún motivo, no le hacía sentirse orgullosa con Toni. —Me he tomado la molestia de observar a los mundanos, y entre aquello note que lo que más les molesta es esperar. Esperar en una fila de banco, de una tienda, de cualquier cosas. No pueden soportarlo. Cuando un alma va al infierno va a verse a sí mismo en una gira larguísima, y depende de lo malo que haya hecho esta alma, pasara el tiempo que el demonio que se encargue de aquella área decida.

—Vaya... ¿Y que pasa cuando finalmente termina la fila?

—Vuelve al principio. Como dije: Depende de lo que haya hecho.