-Habían pasado un par de meses desde que Auron mandó su carta a Luzu. ¿Qué había ocurrido?¿Por qué no le había contestado aún?¿A caso le odiaba por haberle dejado solo por tanto tiempo?¿Podría haber muerto en la guerra? No. En aquel caso él se habría enterado... La Hermandad se lo habrían comunicado de inmediato... ¿Cierto?
-Auron se quitó esos pensamientos de la cabeza mientras caminaba a paso rápido. Iba en dirección a Karmaland, para poder llegar a su clínica a tiempo. Esa mañana tenía pocos pacientes, pero estaba más nervioso de lo normal. Su hija había caído levemente enferma, y aquel día no acudiría a la escuela.
-Auron llegó al pueblo, como siempre, con mil miradas en él. Todos atentos al marido del alcalde, como siempre... Él, desde que Luzu se había ido, era el foco de atención en el poblado. Todos los ciudadanos le trataban bien, por supuesto. Aún así, era un incordio see parado unas cinco veces en el camino a su lugar de trabajo."¿Cómo se encuentra el alcalde?" Preguntarían unos. "¿Tiene noticias del señor Luzu?" Preguntarían otros. Auron solo les evadiría sin compasión. No tenía porqué responder a aquellas cuestiones. Él tampoco había tenido muchas noticias de su marido en un largo tiempo...
-De todas formas, él se fue a su trabajo, sin importarle las oportunas preguntas. Llegó a su consulta y se sentó en su cómodo y mullido sillón rojo, en espera por su primer paciente. Unos minutos más tarde, este apareció. No parecía presentar problemas más diferentes o raros que cualquier habitante del pueblo: preocupación y depresión a causa de la situación de guerra. Últimamente, muchas personas se habían tenido que unir a la batalla, por lo que había más familias preocupadas, y menos cultivos de los que comer.
-Desde que Luzu se había marchado, el pueblo había caído en decline: pocos cultivos, vandalismo, inseguridad... A todos les faltaba esa chispa de alegría y esperanza que el antiguo alcalde les daba... A todos.
-En fin. Dos o tres horas más tarde, su turno acabó. Volvió a casa corriendo, queriendo ver a su niña de nuevo.
-Caminó rápidamente hasta la puerta y la abrió.
-Dann-- Alguien le empujó en un abrazo sobre su cintura.
-¡Papi!- Gritó la pequeña, juguetonamente.-¡Has vuelto!- Remarcó feliz.
-Dannielle tenía su pelo castaño enredado e iba descalza. No algo muy bueno para una niña un poco enferma. Llevaba un liso pero largo vestido verde esperanza. Le quedaba genial.
-Auron acarició cariñosamente el pelo de Danni. También pasó su mano de forma tranquila sobre su frente: Menos mal, estaba casi a temperatura normal. La pequeña saltó en sus brazos y su padre la elevó en el aire, jugando con ella.
-Desde que Luzu se había ido, Auron y su hija se habían comenzado a llevar mejor, ya que Auron era el único que estaba con ella. Aún así, la pequeña seguía idolizando a su otro padre. Luzu, para ella, era el mejor héroe de la historia. Y el mejor presidente. Y el mejor marido. Y el mejor padre.
-Pero Auron, para su hija, solo era un psicológico normal y corriente, como si no hubiera hecho nada para la historia de Karmaland. Y, en cierto modo, eso era verdad. Auron no había participado en la guerra ni por asomo, y tampoco tenía ninguna fama fuera de lo normal en el pueblo. Ni siquiera cuando era miembro del grupo de héroes era importante. Pero el azabache se conformaba con eso. Él quería ser normal. Incluso si su hija no le veía como el mejor.
-Y en verdad, Auron no quería ser eso. No se lo merecía. No después de lo que le hizo a su familia. El hombre habría engañado hace un año más o menos a Luzu con una mujer de su adolescencia. Menuda vergüenza.
-Esa tarde, después de comer, Auron y Danni se quedaron en el jardín de la casa plantando flores nuevas y jugando con la pelota o al pilla-pilla. Se lo pasaron bien jugando toda la tarde hasta que llegó la noche.
-Danni se sentó en el borde de su cama y esperó a que su padre me trajera el termómetro para tomar su temperatura. Auron entró en la habitación silenciosamente y tumbó a su hija en la cama, mientras le ponía con delicadeza el termómetro entre sus lisos y blanditos labios de porcelana.
-Esperaron unos segundos, minutos, hasta que Auron tomó de nuevo el termómetro y lo miró con alegría: Danni ya se encontraba perfectamente. La mañana siguiente iría a la escuela.
-El de pelo azabache besó la frente de su hija y se incorporó, saliendo sigilosamente de la habitación y cerrando la puerta.
-Auron entró en su propia habitación y cerró también la puerta. Se acercó a su mesita de noche, al lado de su lado de la cama, y se sentó en el borde de la cama. Él cogió una llavecita que se encontraba tras el marco de una foto en la mesita de noche. Antes de abalanzarse a abrir el cajón de la mesa, miró por segundos la foto del enmarcado.
-Luzu sostenía con carisma y dulzura los paños color blanco puro donde se encontraba su hija recién nacida. Sus mechones marrones, algo ondulados, brillaban de color oro ante la luz del día. Como siempre, Luzu llevaba su elegante uniforme de presidente, solo que sin la chaqueta negra, descubriendo una camisa blanca, parcialmente tapada por un chaleco de vestir azul marino y una corbata negra. Sus ojos relucían de un color miel, sonriendo hacia la cámara. Auron sonreía formalmente junto a ellos dos. Él llevaba un traje de corbata blanco, mientras que la corbata destacaba en las ropas por su puro color verde. Sus gafas bien apoyadas sobre el puente de su nariz cubrían sus ojos casi negros, aún así, se veían bien. Auron tenía apoyado uno de sus brazos sobre el hombro de su marido, mientras que su otra mano acariciaba la pelona cabecita de Dannielle.
-Esa era la primera foto de familia que se habían tomado, y Auron rezó porque no fuera la última.
-Auron suspiró y dejó caer su cabeza sobre las palmas de sus manos. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué había engañado a su marido? Luzu no se merecía aquello... Ellos podrían haber sido una gran y feliz familia...
-Auron tomó una enorme bocanada de aire y apretó la llave que se encontraba entre sus manos. Se acercó al cajón y lo abrió con esta, dejando ver algunas de las cartas con las que se había estado contactando con Mónica.
-Leyó la dirección de una de ellas, luego sacó un papel y una pluma.
-Cerró el cajón con llave de nuevo, y se dirigió a su despacho con la pluma, el papel, y la dirección.
-Comenzó a escribir.
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Hola chicos! :D Perdonen mi tardanza, he estado aprovechando y subiendo dibujos en Instagram para poder tener contenido en ambos sitios jajjaja— de todas formas, gracias por su apoyo y espera! Las cosas se van a poner bastante intensas a partir de ahora... El en siguiente capítulo se viene la ejecución de Luzu... ¿Qué creéis qué ocurrirá? Poner vuestras teorías en los comentarios! Yo siempre los leo! :DDD CHAOOOOO!!!!!
Contador de palabras: 1200
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𝕯𝖔𝖘 𝕬𝖑𝖒𝖆𝖘 𝕺𝖘𝖈𝖚𝖗𝖆𝖘 II: 𝕸𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊
Fanfiction¿𝘠 𝘴𝘪 𝘶𝘯𝘢 𝘨𝘶𝘦𝘳𝘳𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘻𝘢𝘴𝘦 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘩𝘢 𝘤𝘰𝘴𝘵𝘢𝘥𝘰 𝘵𝘢𝘯𝘵𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘴𝘵𝘳𝘶𝘪𝘳 𝘤𝘰𝘯 𝘵𝘶 𝘱𝘳𝘰𝘱𝘪𝘰 𝘦𝘴𝘧𝘶𝘦𝘳𝘻𝘰?¿𝘠 𝘴𝘪 𝘢𝘭𝘨𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘥𝘦𝘴𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘪𝘥𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘷𝘦𝘭𝘢𝘳𝘢 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘴𝘰𝘣...