Cap 29. Primera Víctima

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-Cuando eso pasó, Lolito dejó caer al castaño al suelo de rodillas mientras comenzaba a llorar. Luzu recuperó del todo la cordura y miró a su al rededor, encontrándose frente a él el cuerpo sin vida de su compañero. Se tapó la boca y retrocedió aterrorizado por la imagen; toda la tierra y la ropa de Mangel estaban manchadas de tono rojizo. Luzu también comenzó a sollozar y se levantó del suelo, temblando de forma notable. Aún así, tambaleó y cayó sobre los brazos de Alexby, que únicamente se estaba centrando en el estado del castaño. Lo tomó del brazo para que su cuerpo no cayese al suelo y lo sujetó como pudo; Luzu se apartó y se puso de pie. Respiró profundamente para intentar calmarse, pero algo estaba claro: este error lo pagaría. Y si no era por culpa del enfado de Lolito, que lo mataría por aquello, sería expulsado de la guerra y renegado de su cargo como alcalde. Ojalá alguien realmente supiese lo que ocurría, pero empezaba a plantearse a sí mismo que ni siquiera él sabía la verdadera razón.

-Algo le había hecho la Hermandad el día que fue secuestrado, de eso estaba más que seguro. Ahora solo quedaba esperar a ver qué ocurriría dentro de unas horas, cuando todo el campamento esté al tanto de aquel accidente.

-Finalmente, después de unos minutos más de dolor y confusión, se alejaron del sitio y volvieron a los terrenos de la Hermandad Blanca. Cuando llegaron Lolito fue a entregar el cuerpo del chico a la enfermería para que lo pusieran en una camilla y pudiesen proceder con el ritual de las últimas lenguas. Medio centenar de jóvenes guerreros, entrenados anteriormente por Mangel, entraron al sitio y cada uno fue compartiendo sus últimas lenguas con él.

-El ritual de "compartir lenguas" consistía en que cuando alguien moría, todos los más cercanos al fallecido se acercaban a este y le susurraban al oído lo que más desearas haberle dicho a la persona cuando seguía con vida. Era algo habitual en las costumbres de aquellos pueblos cercanos a Karmaland e incluso Karmaland a veces también lo hacía; aunque en Karmaland nunca hubo guerras, cuando moría alguien que tenía muchas personas que lo querían del pueblo, iban y susurraban. En realidad, era bastante bonito y emotivo ir a aquellos eventos, o al menos eso pensaba de ello Luzu.

-En fin, cada guerrero iba y le susurraba cosas al oído. Luzu hizo lo mismo cuando tuvo la oportunidad.

-Entró en la habitación donde estaba el cuerpo del chico y se acercó a este. Se inclinó hacia su oído y le susurró una disculpa por haberlo matado. Cuando eso, se dió media vuelta y salió de allí, poniéndose la capucha de nuevo y yendo a la habitación para ocultarse del mundo. Unas horas más tarde, Alexby aparece en la habitación de Luzu y se sienta en el borde de su cama, donde el castaño se encontraba acurrucado. Le tocó el hombro y lo miró por encima de este.

-Rubius quiere verte...- Murmuró desanimado.

-«Genial, estoy muerto.» pensó Luzu mientras se levantaba de la cama y miraba preocupado al pelinegro. Salió de la sala y caminó por todo el campamento notando como las miradas de todos los guerreros se posaban en él al instante. Tragó saliva y continuó caminando hasta la tienda de campaña de su general. Entró con actitud calmada, aunque su corazón latía a mil.

-A-aquí estoy.- Anunció por lo bajo, intentando sostenerle la mirada a Rubius.

-El rubio lo miró con autoridad y enfado, acercándose a él.

-Has matado a Mangel.- Aclaró el tema sin rodeos.-... ¿Qué hago contigo, Luzu?- Preguntó de forma irónica frunciendo el ceño.

-... No sé cómo excusarme... Yo...- Quiso hablar Luzu, pero las palabras no le salían. O más bien, no sabía siquiera si tendrían que tener piedad con él.

-Has matado a un compañero... ¡¿En qué estabas pensando?!- Regañó Rubius, esta vez elevando la voz y empujando al chico.-¡Sabes que la pena es de muerte, Luzu!¡No puedo dejar esto así!- Gritó lo más alto que sus pulmones le permitían, volviendo a empujar a Luzu y tirándole al suelo.

-El castaño bajó la mirada aún en el suelo. Comenzó a sollozar, sabiendo que su amigo tenía razón: la pena por matar a alguien de tu Hermandad sería de muerte. Resopló por lo bajo con fastidio y nervios. Rubén tragó saliva y lo miró con seriedad y gravedad.

-Espero que esto no se vuelva a repetir... Por ser tú, podré perdonarlo. Pero recuerda que la próxima vez que ocurra, te mataré yo mismo.- Sentenció finalmente a los segundos, dándole la espalda a Luzu y dando por concurrida aquella reunión.

-Luzu salió con paso lento y desanimado de la tienda, encontrándose con Alexby, que lo esperaba ansioso en la salida. El castaño le explicó a su pequeño amigo la situación, y como predijo, esta se veía grave... Luzu prefirió volver a su habitación y quedarse allí el resto del día, resentido por sus actos.

-Alex entró en la habitación del chico y se volvió a sentar en el borde de la cama, acariciando la espalda del castaño mientras notaba como sus omóplatos se movían al ritmo de su respiración.

-¿Qué quieres...?- Masculló Luzu con la cara contra la almohada.

-.... ¿Puedes contarme lo que ocurrió cuando la Hermandad te secuestró?- Preguntó Alexby en respuesta, provocando que el amigo se volviese al instante hacia él y lo mirase fijamente a los ojos.

-Ya te dije, ellos m--

-Si, eso fue lo me dijiste, ahora quiero la verdad.- Le interrumpió con brusquedad.

-Luzu suspiró y se incorporó del colchón, tomando las manos de Alex y bajando la mirada. Tardó unos segundos en respirar y buscar algo que decir, finalmente, accedió.

-Está bien, te contaré, pero solo si me prometes que no le contarás a nadie...- Aclaró. Al ver que el otro asintió, hizo un gesto para que su amigo se acomodara junto a él en la cama para oír toda la verdad.

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*insertar bailecito feliz* al fin acabé este caaaaaaap :"D!!!!! MALDITO BLOQUEO. en fin. Espero que les haya gustado porque en serio, no tienen idea de lo mucho que me costó este capítulo x,dddd. Chao! :3 *lanza una bomba de humo y desaparece*

𝕯𝖔𝖘 𝕬𝖑𝖒𝖆𝖘 𝕺𝖘𝖈𝖚𝖗𝖆𝖘 II: 𝕸𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊 Where stories live. Discover now