-La suave luz de la Luna llena deslumbraba sobre él. Sus ojos se asemejaban un cristal empañado por las lágrimas que caían por sus mejillas, a causa de lo que estaba viendo: el pelo castaño del chico que sostenía en brazos estaba apelmazado y con algo de polvo. Su cuerpo inerte, lleno de heridas por doquier, estaba totalmente ensangrentado. Un pequeño hilo de sangre resbalaba por el labio de este y sus pupilas marcaban a la absoluta nada.
-Auron, que tenía en brazos su cuerpo, lloraba sin cesar y acariciaba con desdicha la mejilla del otro. Él lo sabía perfectamente; era Luzu. Tomó la mano del castaño y tocó con delicadeza el anillo de su dedo. Lo rozó con el suyo propio y volvió a comenzar a llorar de forma intensa y desesperada, rezando a los Dioses por su esposo.
-¿Cómo podía haber pasado aquello? Era prácticamente imposible. Ni siquiera estaba allí con él. No sabía de qué forma había muerto Luzu, ni quién lo había matado: si es que fue alguien, no algo. Miles de dudas se formaban de pronto dentro de su mente; seguía llorando, pero él solo pensaba en la causa y el porqué de su muerte. Sentía como su mundo parecía dar vueltas, y sus pensamientos surgían a cámara lenta. Se levantó, aún con el cuerpo de Luzu en brazos, y comenzó a andar por el campo en el que se encontraban. Había un extraño silencio sepulcral que lo incomodaba interiormente, pero en realidad se sentía más relajado y agradecido por ese silencio. Iba con la cabeza hacia la nada, pues ni siquiera sabía dónde se encontraba; únicamente caminaba a ciegas por un mundo desconocido, a solas con sus pensamientos. De pronto, todo se volvió negro para sus ojos, y pudo vislumbrar a lo lejos de la penumbra una forma espectral que iluminaba entre la oscuridad: Fargan. Este sonreía de forma sádica mientras sostenía una espada en su mano izquierda, llena de sangre. Otra vez todo se fundió en un negro mate, cuando entonces, se escuchó una risa malvada con eco, y el silencio volvió a reinar en el páramo.
-Auron abrió sus ojos y soltó una gran bocanada de aire, tirando al suelo la pluma que sostenía en su mano mientras dormía. Se quedó unos segundos mirando a la nada con los ojos en blanco y con la respiración acelerada; todo había sido un sueño. Pero... Pareció tan real... ¿Quizás era una predicción?¿Luzu moriría pronto? El pelinegro no quiso pensar en ello, si lo hacía una vez más, le daría algo al corazón. Al parecer se había quedado dormido mientras trabajaba en las últimas fichas de sus pacientes. Suspiró y terminó con su trabajo, para después irse a dormir a su habitación.
-A las horas, finalmente amaneció y el Sol iluminó el espacio del cuarto. Auron abrió sus ojos de forma costosa mientras sentía como algo, o más bien alguien, agitaba su cuerpo.
-Papá! Papá!- Gritaba la voz de la niñita, Dannielle, sentándose sobre el torso de su padre para que se levantara.-Papá!! Llego tarde a la escuela!!!!!- Insistió, provocando que Auron se levantara de un golpe y se vistiera rápido para llevar a su hija a la escuela.
-Dannielle tenía 5 años ya. Era una niña muy amable e hiperactiva. Siempre sonreía; Auron siempre pensó que la sonrisa de Dannielle estaba diseñada de la misma forma que la de su esposo, pues padre e hija se asemejaban mucho en eso.
-Auron seguía algo distraído por culpa de su pesadilla, pero aún así fingió estar bien para no preocupar a su pequeña. Llegaron a la escuela y allí la dejó, dándole un abrazo y un beso en la frente, deseándole un buen día a Danni. Él volvió a la casa y decidió coger su maleta e irse a trabajar. Se cepilló el pelo en un flequillo en punta y se dispuso a salir de su casa. Su teléfono sonó; llegaba tarde y habían dos pacientes esperando en la clínica. No se paró más a pensarlo y salió corriendo hacia el pueblo. Las consultas aquel día no fueron muy interesantes. No hubo pacientes nuevos, por lo que solo debía repasar las fichas de los ya inscritos y ver que todo estuviese en correctas condiciones. Al terminar de hacer eso, se percató de que pronto debería de recoger a su niña del colegio. Finalmente, después de hacer todo eso, volvió a casa y pudo tomarse un descanso para ver la televisión. En ese momento, se dió cuenta de que llevaba un año sin escribirle a Luzu. Aquel sueño de la noche anterior lo había despertado de su distracción y decidió hablar con el chico castaño. Se fue a su despacho y tomó una hoja para escribirle alguna carta a Luzu. Cuando acabó, comenzó a pensar en lo que le había hecho a Luzu junto con Mónica... Debía parar aquello; lo que estaba haciendo era muy malo. Llamó por teléfono a su amante y le dijo que no quería verla más, que todo eso estaba mal. Entre todo el tiempo que había pasado, Auron y Mónica se habían mandado muchas cartas, pero él prefirió guardarlas en un cajón de su mesita de despacho y cerrar aquel cajón con llave, para que solo él pudiera leer aquellas cartas. Así, finalmente todo ese tema quedaría por zanjado.
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Ok, morí haciendo este capítulo :))))) ODIO TENER TANTO BLOQUEO POR DIOOOOOOOOOOSSSSS D,: además, la culpa tmb la tienen las clases y los exámenes >:'[ Por cierto, puede que unos días mi seño de lengua lea este libro, y no quiero poner muchas palabras malsonantes solo por eso, pero.. Joder. Se viene una buena x,DdD De todas formas. Espero que os haya gustado el cap! Chau! <3
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𝕯𝖔𝖘 𝕬𝖑𝖒𝖆𝖘 𝕺𝖘𝖈𝖚𝖗𝖆𝖘 II: 𝕸𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊
Fanfiction¿𝘠 𝘴𝘪 𝘶𝘯𝘢 𝘨𝘶𝘦𝘳𝘳𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘻𝘢𝘴𝘦 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘩𝘢 𝘤𝘰𝘴𝘵𝘢𝘥𝘰 𝘵𝘢𝘯𝘵𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘴𝘵𝘳𝘶𝘪𝘳 𝘤𝘰𝘯 𝘵𝘶 𝘱𝘳𝘰𝘱𝘪𝘰 𝘦𝘴𝘧𝘶𝘦𝘳𝘻𝘰?¿𝘠 𝘴𝘪 𝘢𝘭𝘨𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘥𝘦𝘴𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘪𝘥𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘷𝘦𝘭𝘢𝘳𝘢 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘴𝘰𝘣...