Cristina es una chica normal que adora de los videojuegos, sobre todo la saga de The legend of Zelda pero a algunas personas no les parece y la agarran como objeto de burla, un día llega a su limite y pide un deseo desde el fondo de su corazón.... p...
Esta vez traté de ser más atenta a mi alrededor para evitar caerme, asustar a un jabalí o atraer algún monstruo, esta vez estoy preparada para cualquier cosa. En cuestión de unos segundos vi por la distancia la mina de oro de los alimentos.
- Cristina: ¡Mira! Por allá -corrí directamente hacia un extremo de donde estábamos
- Link: ¿Es la hierba?
- Cristina: Si y un poco más... mira, estas son Campanas Sigilosas: estas flores azules brillan en la oscuridad por lo que son más fáciles de encontrar al caer la noche y tienen la cualidad de que pueden otorgarte más sigilo a la hora de cocinarlo
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- Link: (Muestra interés) ¿De verdad?
- Cristina: (Emocionada) ¡Si! Y también hay esto, una Seta Vigorosa: también conocida como "Hongo Perené" estas setas de color verde crecen en los bosques y absorben la energía de la naturaleza por lo que al consumirlo te recupera parte de tu resistencia
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- Link: (Intrigado) Vaya, esto si será muy útil
- Cristina: Por supuesto que sí, y también hay Hongos Férreos, algunas bellotas, por allá hay más hierba de Hyrule, y-y por aquí hay más setas de Hyrule
Narra Link:
Se nota que en verdad le emociona esto, nada más la veo ir de un lado a otro tomando fotos, recolectando tantas cosas como logra cargar y trayéndolas aquí... ese brillo en sus ojos cuando explica algo o descubre algo nuevo es invaluable, tal vez si consigo algo para ella me pueda perdonar y ya no tenga miedo de mí.
Me alejé un momento para recolectar unas plantas que según Cristina son hierbas de Hyrule, me encontraba una tras otra y llegué a un claro del bosque lleno de setas de Hyrule y otro tipo de hongos que seguro le fascinaría a ella, me deslicé por la pendiente que llevaba al claro y fui recolectando esos hongos que crecían alrededor de unas rocas.
Una vez con todo en mis manos iba ir de vuelta con Cristina y al darme vuelta la vi en la orilla del claro, le mostré lo que había encontrado pero su reacción no fue la que esperaba, se veía aterrada o preocupada por algo... me acerqué un poco al centro para poder entender mejor lo que estaba diciendo cuando la tierra comenzó a temblar.
