El templo del tiempo

143 9 0
                                    

No comprendo que es lo que le pasa a Cristina cada vez que entramos a un santuario, ella queda en una especie de trance y por más que intente no puedo sacarla de ese estado hasta que salgamos. Lo único que podía hacer era llevarla de la mano conmigo por cualquier cosa.

Una vez afuera escuché la risa del anciano, unos segundos después él llegó volando con su paravela hasta quedar enfrente de nosotros.

- Anciano: Con ese último orbe del valor, ya has completado todos los santuarios que había en esta zona. Jo, jo, jo.

- Link: Si, finalmente. Ahora como acordamos

- Anciano: Se nota que eres un joven de palabra, por desgracia no puedo darte mi paravela

- Link: (Sorprendido y molesto) ¡¿Qué?! Hicimos un trato, le ayudé con el primer santuario que dijo y después le ayudé con los otros tres, ¡¿Qué más quiere de mí?!

- Anciano: (Serio) Eres demasiado precipitado, te arrojas al peligro sin tomar en cuenta las consecuencias. Y no solo eso, incluso has puesto en riesgo la vida de quienes te rodean

- Link: (Furioso) ¡No se meta con ella!

- Anciano: No lo hago, tú eres el único responsable de que estuviera en riesgo. Tú eres la razón de que por poco muriera. No eres capaz de cuidarte de ti mismo, mucho menos de alguien más

Tiene razón, cada vez que Cristina ha estado en peligro ha sido por mi culpa... nunca debí dejarla ir conmigo, si hubiera sido capaz de dejarla ir ella estaría más segura que cuando está cerca de mí. Puedo sentir como si me clavaran un montón de dagas por todo mi cuerpo, ¿Qué tal si soy yo quién la pone en ese estado tan mal? ¿Cómo pude hacerle esto a ella?

- Anciano: No estás listo para irte, deberás quedarte aquí más tiempo

- Cristina: ¡No, no es verdad!

Esa voz... Cristina ya se encuentra mejor.

- Anciano: ¿Qué fue lo dijiste?

El rostro de Cristina se veía pálido, como si hubiera cometido una grave falta y se hubiera dado cuenta, su cuerpo temblaba por completo y sus ojos derramaban lágrimas. De la nada dejó caer su peso en sus rodillas y bajó la mirada.

- Cristina: Perdone... pero debo diferir con usted

- Anciano: ¿Así?

- Cristina: Quizás Link sea impulsivo, pero no merece que lo trate así

- Anciano: Por supuesto que sí, ¿Qué tal si estuviera en una situación de peligro extremo?

- Cristina: Link lo combatiría con todas fuerzas hasta su último aliento... lo he visto, sé de lo que es capaz y de las proezas que ha hecho. Y usted también lo sabe perfectamente "señor"

Su tono de voz cambió drásticamente, ahora ya no suena asustada sino enojada.

- Cristina: ¡Dígale la verdad! ¡Sé lo mucho que le preocupa pero no tenemos todo el tiempo del mundo!... ¡Usted sabe mejor que nadie lo que está en juego! ¡Y del poco tiempo que nos queda!. Por lo que más quiera, por Hyrule, por su pueblo... por su hija, él tiene que cumplir con su destino

¿De qué está hablando? No comprendo acaso... ella ya sabía quién era, y ¿Qué hay con su hija? ¿También lo conoce?

- Anciano: Tienes un espíritu fuerte Cristina, me sorprende lo mucho que has crecido en estos dos días. Pasaste de ser una jovencita a una verdadera guerrera, me agrada tu determinación por querer ayudar a Link...

- Cristina: No es nada señor

- Anciano: Link... ha llegado el momento de contártelo todo. Si imaginan los dos una equis en el mapa con los santuarios en los extremos, verán el punto donde las líneas se cruzan. Ahí es donde deben ir

Mientras hablaba el anciano comenzó a brillar en una luz cian muy brillante al mismo tiempo que comenzaba a desvanecerse.

- Anciano: Los estaré esperando. En el lugar... donde se cruzan...

Después de decir eso se esfumó por completo en la luz del atardecer, no había notado que habíamos pasado toda la tarde dentro del santuario. Cristina se levantó mientras limpiaba su rostro.

- Link: ¿Qué fue todo eso?

- Cristina: ¿Recuerdas que te dije que era historiadora?

- Link: Si

- Cristina: La razón por la cual decidí serlo fuiste tú...

- Link: ¿De qué hablas?

- Cristina: Fuiste alguien muy importante hace cien años, es todo lo que puedo decir

- Link: Necesito algo más que eso

- Cristina: Entonces es mejor que vayamos a donde dijo el anciano

- Link: (Molesto) ¿El que me engañó y se desvaneció?

- Cristina: Es un alma en pena Link... lleva cien años cargando con su culpa, deseando haber podido dar más de sí mismo

- Link: ¿Cómo sabes...? ¿Tú lo conoces?

- Cristina: Ya te lo dije, soy historiadora... lo sé todo acerca de quién eres, quien era el anciano, hasta incluso quien era su hija. He querido decírtelo desde que descubrí quien eras en realidad pero esto es algo que debes descubrir por tu cuenta. Además que no soy la indicada para contarte esa historia

- Link: ¿Y el anciano si lo es?

- Cristina: No te atrevas a juzgarlo Link, él sabe mejor que nadie lo que fue estar en ese Cataclismo hace tantos años... él dio su vida por un futuro más brillante

Inmediatamente me dio la espalda y caminó un par de pasos lejos de mí, unos segundos después regresó su mirada a mí.

- Cristina: ¿Y, vas a venir?

- Link: ¿A dónde?

- Cristina: Donde se cruzan las dos líneas

- Link: ¿En dónde es?

- Cristina: (Molesta) Averígualo

Ella sacó su Tableta y empezó a hacer algo en ella.

- Link: ¿Qué haces?

- Cristina: Ir con el anciano, pero tú tienes que descubrir dónde

- Link: ¡Espera!

Traté de evitar que se fuera pero ya era tarde, se había teletransportado a alguna parte... no sé qué hacer, ¿Qué era lo que dijo el anciano?... "Imagina una equis". Abrí mi Tableta Sheikan en la sección del mapa para ver mejor, "con los santuarios a los extremos", si cruzamos los santuarios en diagonal queda dibujada una cruz... "y en donde se cruzan las dos líneas", quedan el templo del que hablaba Cristina.

"El templo del tiempo", el lugar de teletransporte más cercano es el Santuario de la vida así que ahí es a dónde iré, corrí tan rápido como pude hasta subir por completo las escaleras que daban a la entrada y ahí la vi.

"El templo del tiempo", el lugar de teletransporte más cercano es el Santuario de la vida así que ahí es a dónde iré, corrí tan rápido como pude hasta subir por completo las escaleras que daban a la entrada y ahí la vi

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Un juego muy realWhere stories live. Discover now