The Patron - Reitoei

Capítulo 4.- Gloria De Floración Nocturna

—Profesor Snape... Severus—Dijo Harry, apresurándose tras Snape—Espera. ¿Quizás deberíamos hablar de esto? —.

—Prefiero pensar que ya pasamos la etapa de conversación, señor Potter—Dijo Snape.

Su túnica negra todavía se extendía detrás de él como un tren fúnebre, notó Harry con diversión. Parecía sorprendentemente sin cambios para alguien que se había acercado tanto a la puerta de la muerte. Su cabello estaba recogido ahora, enfatizando las líneas marcadas de su rostro, pero otras cosas eran lo mismo. Su nariz patricia aún eclipsaba el resto de sus rasgos. Su ceño era familiar.

Era extraño verlo después de tantos años. Hubo muchas razones por las que Harry nunca visitó a Snape en el hospital, pero todas estaban enredadas en su mente en una gran bola de emoción que no había logrado analizar en hilos individuales. Había culpa, incertidumbre, y en la mezcla había una ración de miedo: que Snape fuera el mismo o que hubiera cambiado. Que sería peor, no estaba seguro.

Ahora descubrió que ambas eran ciertas. Snape se veía igual, pensó que quizás un poco más viejo y con túnicas más nuevas, pero era sutilmente diferente. Por un lado, no había descartado a Harry de inmediato ni se había burlado de él. De hecho, se había tomado en serio todo el asunto.

Harry tuvo que admitir que casi había esperado que Snape se riera y lo sacara de Hogwarts y que sería el final de todas estas cosas de Patrocinador. Ahora que estaban aquí, sin embargo, estaba ansioso por saber lo que vendría. Estaba sorprendido por su propia audacia. Por otro lado, no quería admitir que no tenía idea de lo que estaba haciendo.

>> Deberíamos hablar sobre el tipo de trabajo que quieres que haga, al menos—Dijo.

Snape se dirigía hacia las mazmorras. La multitud de estudiantes se separó a su alrededor fácilmente, aún lo evitaban. Harry, por otro lado, notó miradas y susurros asombrados.

>> También deberías llamarme Harry—Dijo con valentía.

—Harry—Dijo Snape, dándole la vuelta cuando entraron en el pasillo inferior. Su voz era peligrosamente baja—Tal vez deberías haber considerado todas las cosas desagradables que podría hacerte hacer antes de venir a Hogwarts para exigirme que sea tu Patrocinador—.

Harry se erizó ante esta injusticia—Ambos firmamos el contrato. No exigí nada—.

—No podría negarme—Dijo Snape.

—¿Es por eso por lo que aceptaste? ¿Por qué pensaste que tenías que hacerlo? —Harry luchó para mantener la decepción de su tono.

Desde que se le ocurrió la idea de preguntarle a Snape, no había podido sacudirlo. Parecía la solución más elegante, sin importar el resultado, y se había aplaudido por pensar en ello. Ahora se preguntaba si le había hecho a Snape un daño tan grande como parecía sugerir.

—Ciertamente no por tu ingenio y encanto—Dijo Snape con brusquedad—No deseo ser aún más paria de lo que soy hoy. Le sugiero que regrese a Londres y piense en lo que quiere de esto, y también contemplaré mi... cuestionable elección. Podemos discutir los términos del contrato más adelante—.

Se apresuró y esta vez Harry no intentó seguirlo.