The Patron - Reitoei

Capítulo 9.- Mortífagos en el valle

No se le escapó a Severus que Potter estuvo extremadamente callado el resto del día. Ahora que todo había salido a la luz, no estaba seguro de qué lo había poseído para poner a Potter como amortiguador entre él y Moreau. De ninguna manera era el tipo más lujurioso con el que Severus había tenido que tratar en la Sociedad Internacional de Pioneros, pero probablemente era más de lo que las sensibilidades de Potter en Gryffindor podían manejar. Quizás inconscientemente había querido probar a Potter, recuperar su equilibrio en su relación difícil de manejar. Para colocarlos en lados opuestos de la mesa una vez más.

Cuando se acostaron en lados separados de la gran habitación de la tienda de Severus, se excusó para cambiarse para evitar la incomodidad. Se desnudó lentamente y colgó su ropa en el armario, dándole a Potter el tiempo para hacer lo mismo. Cuando regresó, Potter estaba acurrucado de espaldas a la puerta y las mantas tiradas hasta los hombros, sobresaliendo su mechón de pelo negro. Se quedó muy quieto aunque Severus sabía que no estaba dormido.

Bueno, ¿qué había esperado? Debería haberse preguntado ante todo por qué estaba tan decepcionado por la reacción de Potter. Después de todo, fue varios pasos más arriba de Potter, el mayor, que lo llamó un maricón sucio en sexto año. O la repulsión de Lucius Malfoy ante sus avances.

Tenía que aceptar su propia culpabilidad, y eso fue quizás lo peor de todo. Una parte de él había querido saber si Potter caería fácilmente en el papel, si se ablandaría bajo la mano de Severus, si su mirada se posaría en él con falso cariño, si mostraba su sonrisa más brillante y ridícula. Esa fue la tontería que consumió los pensamientos de Severus en estos días, ya que se había despertado con Potter en su sala de pociones, y estaba ansioso por eliminarlo de su mente.

Salió el sol y la niebla se despejó en la mañana del día siguiente. Cuando Severus se levantó, Potter todavía estaba instalado en su cama y no mostraba signos de agitación. Lo dejó dormido y fue a la otra habitación a cambiarse. Lovegood lo recibió fuera de la tienda con un plato de desayuno que rechazó con tanta gracia como pudo. No le importaba intercambiar bromas o agradecimientos.

Sin embargo, ella le sonrió—¿Entonces se lo llevaría a Harry? —

—Está dormido—Dijo Severus, deteniéndose.

—A Neville y a mí nos gustaría comenzar temprano y estamos empacando pronto. Se enojará si se lo pierde—Dijo ella, sin dejarse intimidar por su ceño fruncido.

—Oh muy bien—Ella iba a pararse allí hasta que él aceptara. Tomó el plato ofrecido y regresó a la tienda. Lo colocó en el aparador de la habitación principal y fue a despertar a Potter.

Potter se movió pero no se despertó cuando Severus se inclinó y lo agarró por el hombro.

>> Potter, despierta—Sacudió el apéndice sobresaliente suavemente.

Potter apartó su mano—Cinco minutos más—Murmuró.

—Como no soy un reloj despertador, no puedes ordenarme como tal. Si no te despiertas, daré tu desayuno a los gusarajos salvajes—.