Capítulo 9

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Conociendo Linrra

Rodaric vio como Yata se dormía, lo que provocó que él comenzara a elevarse por el aire, mientras la imagen se fue volviendo blanca. Luego abrió los ojos, se sintió pesado y muy alterado por su sueño, saber que esos eran sus recuerdos lo afectaba más. Así que pensó en decirle a Alón lo que había soñado desde la primera noche. Quizá el emperador tendría respuestas.

Se levantó de la cama y se metió a bañar, era uno de sus momentos favoritos del día, un baño con agua caliente y con una presión perfecta, el jabón era muy espumoso, podría durar ahí todo el día de no ser porque desde el instante en que entras un reloj te indica en qué momento se apagará el agua.

Al salir del baño se arregló y fue directo al Salón Real para visitar al emperador, quien estaba solo en su escritorio. Rodaric no pudo evitar ver la pintura detrás de Alón, el mismo que vio en sus sueños, aquel que los profetas le mostraron a Yata para indicarle cuáles eran las tres armas del iluminado.

—¡Rodaric! ¿Cómo has estado?

—Bien, he pensado en varias cosas, quisiera hacerle algunas preguntas que no le he dicho antes —dijo mientras Alón ponía una cara más seria y luego respondía.

—Adelante, pregúntame lo que quieras.

—El cuadro, me ha llamado mucho la atención, podrías decirme todo sobre él —preguntó mientras Alón se mostraba interesado y apagaba la pantalla de su escritorio, luego se levantó.

—Es una obra muy antigua y tal como se lo he dicho a todos, te lo diré a ti... nunca hables nada sobre la existencia de esta pintura, para el mundo está perdida, según los libros de historia se quemó junto con el templo donde se encontraba.

—¿Y por qué es tan importante?

—Bueno, ya no es sorpresa ni misterio lo que mi familia ha buscado con tanto afán y secretismo, ya todos saben que son tres armas, esa pintura es una profecía, no sé con certeza que significa, ya que los profetas de aquel tiempo imbuían el cuadro con un poder espiritual, y si tenías la habilidad para conectar con las energías espirituales y cerrabas los ojos podías ver directamente el sueño profético plasmado en la obra. Pero una vez que el creador del cuadro muere, solo es cuestión de tiempo para que la energía se desvanezca, dura aproximadamente 70 años y ya han pasado más de 3,400.

—Esos son muchos años.

—Así es, el año en que este cuadro se creó fue el mismo que se cuenta como año cero. Antes el tiempo se medía por ciclos y estaciones, por ello fue necesario implementar uno nuevo y se tomó el comienzo de la noche eterna como el principio.

—¿Noche eterna?

—Así es, una era literalmente muy oscura... En fin, ese cuadro muestra dos guerreros enfrentándose, uno tiene en sus manos los tres objetos que busco, detrás de él está el símbolo del tiempo y del renacimiento. Del lado opuesto se encuentra otro guerrero, este tiene alas y detrás de él se observa una triqueta o trisquel, un símbolo que representa a los tres precursores, debajo vemos a otros dos seres con alas tirados en el suelo como si estuviesen muertos.

—¿Qué es lo que planea hacer con esas tres armas?

—Busco venganza... en este país he creado mi propio mundo, uno muy perfecto, algo que solo yo pude lograr. Algún día verás el planeta Courband y todos sus países. En ellos viven en la miseria, bajo gobiernos corruptos, hay gente pobre, ladrones y asesinos... Lo peor de lo peor, personas crueles y sin corazón, lo que aré será convertir el mundo entero en uno pacífico.

En ese momento Rodaric sintió un aire oscuro que envolvía las palabras de Alón y pensó que lo mejor era no contarle sobre sus sueños, así que decidió decirle que eso era todo lo que quería saber con un noble gesto y se retiró. Mientras lo hacía, Alón le dijo:

Courband: La Noche EternaWhere stories live. Discover now