El achichincle de Dazai 👥

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**Achichincle: de origen náhuatl. Ayudante, empleado, persona que acompaña a su superior y sigue sus ordenes. Se usa despectivamente.
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Estaba enojado, molesto, irritado, y todos los adjetivos que pudieran haber en los diccionarios que Mori me regalaba.

Hace un par de días Odasaku me presento a mi y a Chuuya a dos hermanos pelinegros. Ryonosuke y Gin.

Chuuya, tan sociable como siempre, los invitó a jugar con él y su ejercito de idiotas fútbol. Gin aceptó, pero su hermano no, así que se quedo conmigo.

Como Odasaku me dijo que debía de ser un buen superior, me ofrecí para ayudarle en la tarea.

NUnca conte que el chico fuera un tonto. Me exasperaba que el niño fuera tan idiota como Chuuya, al menos esa naranja andante era bonito.

Pero lo peor vino el día después.

Ryonosuke me empezó a seguir como si fuera un patito. Incluso tuve que llevarlo a su salón porque no me quería soltar.

"En serio, Chuuya, no me ha dejado en paz, es tan molesto" le contaba mis penas a mi amigo mientras este pintaba quien sabe que cosa en su cuaderno.

"A mi me parece tierno." me contestó, cambiando de color para pintarle el cabello al dibujo de su hermana. "¡Ah, si!" gritó, haciendo que me apartara ligeramente. "¿Vas a venir a la kermes? ¡Dicen que va a haber tacos y cheesecake ¡cheesecake!"

"No voy a ir" le avise, el de inmediato puso una cara de espanto, como si hubiera dicho la mayor blasfemia existente.

"¿Cómo que no vas a venir?" golpeo la mesa con las palmas de sus manos.

"Si vengo, ese chico emo me va seguir por todos lados a los que vaya."

"Pero va a haber cheesecake..." dijo Chuuya claramente más desanimado, mirando el suelo triste.

Y ahí estaban otra vez los síntomas de diarrea, mi estomago revuelto me exigía decirle que si iba a ir.

Tomé aire, y quise golpear al pelirrojo hasta que dejara de parecerme lindo.

"Está bien, Chuuya, si voy a ir"

"¿Me lo prometes?" preguntó, elevando su dedo meñique.

"Te lo prometo" entrelace mi dedo con el suyo, y lo sacudimos sellando la promesa.

"Si no cumples, te juro que no te vuelvo a hablar nunca jamás en la vida" me hubiera sentido amenazado, si no supiera que, con su memoria de pez, no se acordaria de la promesa en una semana. Aún así, trataba de ser lo mas honesto que podía con Chuuya, así que tendría que ir.

O eso pensé al principio. 

Me miraba al espejo, únicamente pensando en lo molesto que iba a ser aquel emo. Me tenía harto, y mi irritación no mejoraba con Mori dandome un sermón sobre cumplir mis promesas y no sé que. Eso de la palabra de honor, y ser un hombre de palabra y todo lo demás son cosas de ancianos. 

Aún así mi palabra en esta casa tenía nulo valor contra la palabra de Mori. Extraño aquellos tiempos en los que podía salir de casa de mi madre sin pedir permiso, y tenía, basicamente, cero supervisión, pero desde que aquel señor me llevo a su hogar, mi libertad se vio seriamente reducida.

Volví a concentrarme en mi reflejo. A pesar de mi estado de ánimo en este día, llevaba mi atuendo favorito, mis shorts naranjas tan oscuros que parecen rojos, pero, aclaro, son naranjas. También llevaba esa camisa que adoraba, tenía el estampado de una playa, y el mar era del mismo azul que los ojos de Chuuya.

School days with idiots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora