CAPITULO 7 AMANDO A BETTY

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A Hermes no le sucedió nada, todo quedo en un susto.

Armando no compró las telas en Panamá e hizo la colección con telas de muy buena calidad. La colección fue un éxito. Armando hablo con su padre sobre la colección fallida y las causas de esta, que fue por cumplir sus metas. Armando había recapacitado sobre todo lo que había echo, pensando sobre todo en todas las personas que dependían de él. No sabe si conseguirá sus metas, pero no arriesgara el empleo de sus trabajadores, aunque eso le cueste la presidencia. Ha consultado con su padre algunas estrategias y Roberto se ha emocionado, al ver que su hijo se apoya en él. Le consulta para que le asesore por su basta experiencia como presidente que fue en su día.


La relación entre ellos había mejorado. Roberto había ido a ver a Armando un par de veces desde Inglaterra y se encontró con una desagradable sorpresa. Pillo a Marcela montándole cantaletas a Armando. La primera vez estaba esperando a Armando en la sala de juntas para ver unas estrategias que quería plantear en la próxima junta y tenia una serie de dilemas que quería plantearle. Los gritos de Marcela se escucharon por toda la planta y él no le dijo nada a Armando. La segunda vez estaba en el baño de presidencia, cuando escucho a Marcela. Le dejo helado todo lo que le dijo a Armando. Empezaba a entender muchas cosas, también comprobó como su asistente en las dos ocasiones, con animo de cortar esos gritos intervenía. Marcela se desahogaba contra la pobre muchacha, también se asombro ante la defensa que hizo Armando a favor de Betty.

Cuando salió del baño, Armando tenia una carta en sus manos y la cara descompuesta, lo asusto verlo en tal estado.

D.R: ¿Qué pasa Armando? ¿Esto es todos los días así?

A: Si papa, Marcela día si y día también, me monta estos numeritos, tu sabes que anoche estuve cenando contigo y pase la noche en tu casa, pero ella siempre vive imaginando que la engaño porque no voy a su departamento. ¿Cuántas veces escuchaste sonar ayer mi móvil?

D.R: Muchas veces. ¿Era Marcela?

A: Si papa, era ella con su controladera. No puedo más papa, yo no la amo y ella tampoco, me he convertido en una obsesión para ella. Dice que me ama pero a mi me asfixia y no me deja respirar, he intentado acabar con la relación, pero me amenaza con vender las acciones suyas y de su hermano y con eso no puedo papa. Mi vida se ha convertido en un infierno.

D.R: ¿Y esa carta que tienes en las manos Armando?

A: Es la renuncia de Beatriz. No soporta más burlas y humillaciones. Se va papa y yo no sé que hacer sin ella. No puedo imaginar estar aquí y que ella no este a mi lado. Me ha aconsejado a un amigo suyo, que es economista y tan bueno como ella. Se quedara los 15 días que marca la ley y se marchara de aquí.

D.R: Pero es una gran profesional.

A: Lo sé papa, lo se. Pero Marcela, Hugo, Patricia, Daniel, todos siempre que tienen ocasión o cada vez que la ven la humillan. Ella no dice nada, pero yo he oído los rumores que corren por los pasillos y siempre me entero de alguna humillación nueva que le han hecho. ¿Qué hago? ¿Despido a Marcela, Hugo o Daniel? Sabes que ellos son dueños y accionistas de Ecomoda. ¿Despido al diseñador? Si despido a Patricia no sabes la que me va a montar Marcela. Con lo incompetente que es Patricia, no sabe hacer una carta sin faltas de ortografía.

D.R. Pues despídela.

A: Es el radar que me ha puesto Marcela. Así ella sabe cada vez que entro y salgo de la empresa y con quien voy y dejo de ir.

D.R: ¡Pero eso no puede ser Armando!

A: A si es mi vida papa. Ese es mi infierno personal, después Marcela se queja que me voy de rumba, pero yo de vez en cuando lo necesito para desahogarme y puede que me encuentre una mujer y la use como válvula de escape. Marcela es la que hace que yo me vuele de su lado y acabe en los brazos de otra mujer. Aunque si te soy sincero, hace ya algunos meses que no la engaño con nadie, pero tampoco me nace tener relaciones con ella. No la amo papa y no deseo casarme con ella.

D.R: Pues rompe el compromiso.

A: ¿Y dividimos la empresa? Eso es lo que quieres papa.

D.R: Se puede hablar con ella, siempre ha sido una persona razonable.

A: Eso es lo que os hace ver a ti y a mama, pero apóyenme a mi y verán como sale a relucir la verdadera arpía que es Marcela Valencia.

D:R: Pero Marcela nunca ha querido vender sus acciones, ella ama a esta empresa porque fue de su papa.

A: Solo la usa para chantajearme. Dudo que quiera de verdad la empresa.

D.R: Déjame hacer números y consultar con algunas personas. No voy a permitir que te cases con alguien a quien no amas. Eso sería lo último que permitiría en esta vida.

Roberto se marcho y Armando entró en la oficina de Betty.

B: ¿Qué se le ofrece Doctor?

Armando se acerca por detrás de su silla y le susurra: Betty mi vida, no puede renunciarme. - Y le da un beso en el cuello. Betty se queda sorprendida.-

B: Ya me canse Doctor. ¿Qué esta haciendo?

Armando le coge el rostro y comienza a besarla en la boca. Betty se resiste un poco y acaba por ceder ante los mordisquitos que Armando le esta dando en los labios, abre la boca para suspirar y Armando aprovecha para meterle la lengua y devorarle la boca. Las caricias empiezan a ser más atrevidas y empiezan a despojarse de la ropa. Armando la sienta encima del escritorio y la penetra, esta fuera de control, la deseaba desde hacia mucho tiempo y ahora no puede parar, quiere hacerla suya. Sus movimientos son rápidos y pronto les llega un explosivo orgasmo, dejándolos abrazados uno en los brazos del otro.

Betty recobra la conciencia, se pone colorada, se aparta de él y se viste a toda prisa.

B: ¿Doctor se volvió loco?

A: Si loco, pero por usted. Desde que hicimos el amor aquella noche no he podido quitármela de la cabeza. Nunca me había sentido tan amado y querido como cuando hice el amor con usted. Fue lo más tierno y amoroso que he sentido en mi vida y desde entonces, solo deseo estar con usted. No he vuelto a tocar a ninguna otra mujer. No me nace, solo la deseo y la amo a usted. - Betty no da crédito a lo que Armando le esta diciendo.-

B: Pero eso no puede ser. Yo soy muy fea, usted haría el ridículo con una persona como yo.

A: Si logro romper mi compromiso con Marcela, le prometo que la busco y comenzamos un compromiso serio entre los dos, porque yo quiero que usted sea mi mujer y la futura madre de mis hijos.

B: Doctor no sabe lo que esta diciendo. ¿Cuántos embellecedores se ha tomado?

A: Ninguno y nunca en mi vida he tenido algo más claro. Quiero casarme con usted porque la amo con todas las fuerzas de mi alma.

B: Yo también lo amo, pero sabe que esto no puede ser, tiene que casarse con Doña Marcela.

A: A ella no la amo, a quien amo es a usted.

B: Pero no puede romper el compromiso, piense en todos sus empleados.

A: Buscare una solución y le juro que usted sera mi esposa.

B: Solo me quedan 15 días aquí, seguro que después se olvida de mi.

A: En eso se equivoca y voy a demostrarle en estos15 días cuanto... cuanto la amo, cuanto la deseo. - Y la besa devorándole la boca.-

B: Aquí no Don Armando, nos pueden ver.

A: Prométame que durante estos 15 días va a salir todos los días conmigo.

B: Doña Marcela nos puede pillar.

A: Usted no sé preocupe por ella, ese es mi problema.

B: De acuerdo Doctor.

Esos 15 días fueron los más felices para nuestra bella pareja. Salían a pasear, a cenar o al apartamento de Armando, donde hacían el amor hasta quedar extenuados.

Se amaron de todas las formas posibles y por haber, se quisieron y amaron como si la vida dependiera de ellos.

A las doce Armando dejaba a Betty en su casa y la última noche la pasaron toda juntos. Armando no se quería separar de Betty, pero ella le dijo que al día siguiente volaba hacia Cartagena a trabajar con Catalina Ángel en el reinado.

LAS VERDADES DUELENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora