Cuando el siguiente eslabón de la evolución humana toma consciencia de su superioridad biológica, sólo el caos puede prevalecer. Pero Helmut Zemo está dispuesto a eliminar al experimento como parte de su misión contra los super humanos. Incluso si e...
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Era una experiencia extraña fuera de su cuerpo, y casi hasta paranormal. Su mente, singularmente adormecida, fluctuaba entre la realidad y un mundo oscuro albergado en lo profundo de su inconsciente. Toda fuerza de voluntad había sido arrancada desde su interior sin permiso, convirtiéndola en nada más que un objeto en movimiento constante. Podía sentir las manos ajenas arrastrarla, guiarla y hasta revisarla, pero no podía hacer absolutamente nada para detenerlo. Era una clase de títere sin intenciones.
Pasó mucho tiempo hasta que comenzó a espabilarse. Clover intentó abrir sus ojos al sentir un poco más de energia. Sin embargo, esfuerzo no rindió frutos: sus párpados parecían pegados entre sí. Cualquier pedido de su cerebro envíado a través de sus nervios por alguna acción o reacción, era ignorado conscientemente por el resto de su cuerpo. Sentía un suave cosquilleo en sus extremidades. Eso le indicaba que lo que sucedía realmente era que su cuerpo aún se encontraba dormido.
No podía escuchar nada a su alrededor. El silencio se volvía abrumador cuando se sentía desesperada por saber dónde se encontraba. Probablemente muerta, pensó durante unos instantes. Pero aún respiraba. Sus sistemas internos parecían funcionar a la perfección. Si prestaba la suficiente atención, podía escuchar las válvulas de su corazón produciendo el característico sonido de la vida. La sangre seguía fluyendo a través de sus venas, con una velocidad eficiente. El calor se continuaba distribuyendo dentro de su cuerpo. Se mantenía a una temperatura normal, lo que indicaba que no tenía ningún problema físico que pudiera generar un cambio interno —después de todo, presentaba heridas en los brazos, y no curar las mismas a tiempo podría producir fiebre y sudoraciones—.
