Cuando el siguiente eslabón de la evolución humana toma consciencia de su superioridad biológica, sólo el caos puede prevalecer. Pero Helmut Zemo está dispuesto a eliminar al experimento como parte de su misión contra los super humanos. Incluso si e...
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Clover aún albergaba muchas memorias de su infancia. Varias de ellas eran de fácil acceso entre sus redes neuronales: rememoraba de forma constante aquello que parecía permanecer en la superficie de su consciencia. Pero aunque algunas cosas las recordaba con una fea sensación sobre su pecho, otras eran demasiado bellas como para permitirse algo tan banal como el olvido.
Su reflejo se descomponía suavemente sobre el agua del río frente a ella. Con un movimiento lento y casi somnoliento, la masa líquida se alejaba hacia su izquierda, siendo el transporte de bellos pequeños peces tricolores. Se había quitado los zapatos robados, y había hundido en la breve profundidad sus pies cansados, irrumpiendo sobre el camino de aquellos animales acuáticos. Y sin poder evitarlo, mostraba una pequeña sonrisa en sus labios mientras los observaba moverse.
Cuando era una niña, su padre la llevaba a largas caminatas en los bosques australianos. A Clover no le importaba demasiado permanecer tanto tiempo fuera de su hogar, ya que allí encontraba todo tipo de maravillas: serpientes de todo tipo, wómbats, patos, y aves coloridas. Ella solía señalar el animal en silencio, sabiendo que cualquier posible sonido podría alertarlos de su presencia. Su padre decidía si era digno de cazar, o no, luego le explicaba qué tipo de animal era. Había sido de sus primeras incursiones en la biología, lo que había comenzado a despertar su inagotable interés en la magia de la ciencia.
