02.Prófugos.

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			Su corazón aún bombeaba con fuerza en su pecho

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Su corazón aún bombeaba con fuerza en su pecho. Enviaba un suave temblor a sus extremidades ante el precipitado avance de la sangre entre sus venas. Las enormes masas de agua que se movían agitadas a varios metros bajo ellos lograban revolver su estómago con fuerza. La había obligado a cerrar los ojos minutos atrás, mientras una suave lluvia mojaba el vidrio delantero del helicóptero.

Los nimboestratos sobre el cielo mantenían todo a su alrededor oscurecido. Clover no podía llegar a distinguir ningún tipo de tierra cercana a ellos. Por supuesto, además de oscuridad, las nubes traían consigo una continua cantidad de agua fría que provocaba que los vidrios comenzaran a empañarse poco a poco ante el calor de los cuerpos del interior. Aún así, la atención de Zemo en manejar aquel transporte no mermaba, y se mantenía firme en su lugar. En cambio, la rubia a su lado, parecía un ave perdida y mal herida que el criminal había encontrado en su camino de huida de La Balsa. Con el ala rota, no tenía oportunidad de escapar de la nave: si intentaba algo, caería al agua desde muy alto, y moriría ahogada en cuestión de segundos con aquellas inmensas olas.

Los singulares pensamientos de una muerte poco anhelada la mantenía apartada de la última imagen del experimento. De momento, sólo se trataba de una figura oculta en lo profundo de su mente. Pero no aún en lo recóndito de su cerebro, allí donde el inconsciente proponía esconderlo durante el tiempo que fuera necesario para entregarle algo de paz. Debía trabajar aún en ello si quería olvidarlo realmente.

COLLATERAL › barón zemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora