40

1.3K 98 10
                                    

El día que fuimos a firmar los papeles, decidimos ir a la playa después de haberlos adoptado oficialmente.

Festejamos toda la tarde hasta que Emma y Eva se durmieron, entonces subimos al auto y volvimos a casa.

- Entendés que ya somos mamás de cuatro nenes? -dijo Megan cuando ya habíamos acostado a todos. Estábamos las dos en la puerta mirándolos dormir.

La rodeé con mis brazos y le di un beso en el cuello.

- Te noto algo tensa -dije al ver que se quedaba quieta.

- Tengo miedo... -dijo.

- De qué?

Comenzó a llorar y la llevé hasta nuestro cuarto.

- Qué pasa, amor? -dije.

- Tengo miedo de no ser suficiente para ellos... Y si no les doy todo lo que necesitan? Si no soy capaz de ser mamá.

- Pudimos todos estos días, qué te hace pensar que va a ser difetente?

- Que ahora vamos a tener que mandarlos a un colegio, tratar de que la prensa no los persiga... Es muy complicado.

- Sabíamos eso cuando los trajimos, y vamos a poder.

Asintió y la abracé.

- Vamos a la pileta? -pregunté.

- Qué?

- Te acordás cuando fuimos a la playa? Podemos meternos en la pileta.

- No desnudas.

- No -reí-. Aunque la idea me gusta...

Le acaricié el pecho.

- Lizz...

- Dale, vamos a la pileta -dije y tomé su mano.

Sin esperar su respuesta la llevé hasta la pileta. Comencé a sacarle la ropa dejándola solo con el corpiño y las bragas.

Me tiré después de quedar igual que ella.

- Dale, amor, metete -dije.

Ella dudó, pero no tardó en saltar a la pileta.

La agarré cuando salió a la superficie y la besé.

Nos quedamos un rato allí hasta que comenzó a hacer frío. La abracé fuerte, sólo nuestras cabezas afuera del agua, sus piernas rodeando mi cintura, yo cargando con el peso de las dos.

- Vamos a dormir -dije saliendo con ella aún encima.

La dejé bajar cuando le puse la toalla en los hombros.

- Me quiero quedar así -dijo aferrándose a mis hombros sin querer bajarse.

- Dale, princesa, que ahora son más los nenes para los que tenemos que hacer el desayuno mañana... Y es el primer día de clases.

- Es verdad que ahora tenemos más responsabilidades -dijo bajando.

- Pero vos sos mi favorita, claramente -respondí levantándole la mirada desde el mentón.

Sonrió mirándome a los ojos.

- Vamos arriba -dije y le di la mano.

MEGAN

Desperté con Lizzie dándonme besos tiernos en las mejillas.

- Buenos días -dijo cuando me vio sonreír.

- Hola, amor.

- Lista para un día largo? -preguntó.

- No, quiero seguir durmiendo -dije en broma y me di vuelta.

Ella me levantó rodéandome desde la cintura y me dejó parada en frente suyo. Aún con los ojos cerrados la abracé.

- Dale, nos esperan cuatro personitas abajo -dijo y me dio un beso en la frente.

Bajamos, yo aún adormilada. Nuestro nenes estaban jugando en la mesa, Emma en su sillita, Eva corriendo alrededor de la mesa con Matías persiguiéndola y Lila poniendo cosas sobre la mesa.

- Buenos días, amores -dije tomando a Eva en mis brazos.

- Me atrapaste! -dijo riendo.

- Te atrapé -respondí riendo también mientras le daba besos por los cachetes.

- Buen día -dijo Matías que se sentó en la mesa inmediatamente.

- Buen día -dijo también Lila que vino a darme un abrazo.

- Cómo durmieron? -pregunté mientras me sentaba con Eva encima mío.

- Bien, Emma se puso a llorar en medio de la noche y Lila la calmó -dijo Matías.

- Qué? -preguntó sorprendida Lizzie-. Pasó eso?

- Sí... -dijo Lila.

- Por qué no nos despertaste? -pregunté.

- Porque estaban muy cansadas... No quería despertarlas.

Lizzie se acercó a ella y se agachó para estar a su altura.

- Mirá, Li, en esta casa no tenés que hacer el rol de madre de nadie, sí? Las únicas que sí deben hacerlo somos nosotras dos, Megan y yo. Ustedes son nuestros hijos, si hay alguien a quien tienen que acudir cuando pasa algo es a nosotras, no como en el hogar que tenían que arreglarse ustedes mismos. Si Emma se pone a llorar y nosotras no la escuchamos, venís y nos despertás, nunca nos va a molestar que lo hagas. Entendido?

Lila asintió.

- Quiero palabras -dijo Lizzie, nunca la había escuchado de esa manera, hablaba demasiado en serio.

- Sí, entendí -respondió Lila.

- Bien, ahora a desayunar que después va a ser su primer día de clases -dijo Lizzie ahora de otro humor.

Lila estuvo callada durante el desayuno. Cuando los nenes estaban entrando al auto, yo tenía a Emma upa para llevarla caminando al jardín un rato más tarde, agarré a Lizzie del brazo.

- Hablá con Lila -dije.

- Qué? Por qué?

- La asustaste... Con lo que le dijiste hoy a la mañana, ahora no habla

- Se le va a pasar, necesitaba decirle eso.

Me dio un beso y se estaba por ir, pero la retuve.

- Elizabeth.

- Amor? -dijo ella sabiendo lo que venía.

- Hablá con ella. Fuiste demasiado dura con Lila.

Asintió.

- Quiero palabras -dije haciéndole burla a lo que ella había dicho hoy.

- No tenés chance de usar mis herramientas en mi contra -dijo tomándome del mentón.

Me besó, saludó a Emma y se fue.

Ya en el auto, bajó el vidrio y los nenes me saludaron.

- Suerte hoy, yo paso a buscarlos -dije.

Entré de vuelta con Emma a la casa. La dejé en el piso de la sala mientras ordenaba todo, en media hora tenía que dejarla en el jardín.

ELIZABETH OLSENWhere stories live. Discover now