45

1.2K 89 11
                                    

MEGAN

Esa noche, con Lizzie nos íbamos a acostar después se ordenar todo abajo cuando los nenes se durmieron. Al acostarme a su lado, estaba a punto de caer dormida pero una voz me despertó.

- Mamá? -dijo, sonaba como Emma, pero más grande, era Eva.

- Amor, qué hacés despierta? -dije tomándola entre mis brazos, estaba en la puerta de nuestra habitación.

- Pesadilla... -casi susurró.

- No pasa nada, estamos acá -dijo Lizzie que la acunó en sus brazos cuando la dejé en la cama.

- Mamá? -dijo Eva otra vez.

- Sí? -respondí.

- Me gusta.

- Qué te gusta, cielo?

- Nuestra familia.

Yo estaba a punto de llorar, y Lizzie un poco también.

- Sabés que me gusta muchísimo a mí? Ser mamá de una nena tan hermosa -dije dándole besos en la cara.

La rodeé con mis brazos y Lizzie hizo lo mismo conmigo, dejando a Eva en el medio.

No sé en qué momento caí dormida, pero desperté con Eva abrazada a mí y Lizzie cambiándose el pijama, la luz del día entraba por la ventana.

- A dónde vas? -le pregunté aún medio dormida.

- A buscar a Rose, me dijo Scar que ella viene más tarde, pero que la puedo traer.

- Te acompaño?

- No, quedate con las nenas, desayunen y yo la traigo.

Hice un intento de decir que sí pero tenía demasiado sueño.

- Son las nueve, amor -dijo ella sonriendo tras darme un beso.

- Las nueve?! -respondí despertándome más.

- Está bien, dejalas dormir un rato y cuando vengo con Rose desayunan todos juntos, dale? Así dormís vos también -dijo mientras me acariciaba el pelo.

Asentí, me volví a acostar con Eva sin haberse movido de su posición.

Al rato, desperté porque alguien me había abrazado, vi que Eva no estaba y que en su lugar estaba Rose. La aferré fuerte contra mi pecho, hacía muchísimo que no la veía.

- Hola, tía Meg -dijo.

- Hola, princesa de la tía -respondí dándole besos por los cachetes.

Lizzie nos miraba desde la puerta, tenía a Emma a upa. Bajamos juntas las escaleras, entonces me acordé de que Emma aún no había desayunado.

- Querrá teta? -le pregunté a Lizzie.

- Sh... -respondió-. Creo que ya se olvidó de la teta...

Reí ante su seriedad, pero tenía razón, Emma ya no había pedido más, y tomaba mamadera.

Nuestros hijos se llevaron muy bien con Rose, especialmente Lila que jugó con ella toda la tarde. Cuando llegó Scar, quedó encantada por las nenas y Matías, cómo se trataban entre ellos, cómo nos trataban a nosotras.

- Son demasiado dulces... Los tres... -dijo sonriendo.

- Sí... No pudimos haber elegido mejor... Aunque a veces creo que nos eligieron ellos...

Lizzie se fue a jugar con las nenas que corrían por el jardín, nosotras las mirábamos desde las reposeras.

- Me acuerdo cuando Lizzie te miraba cuidando a Rose y me decía que quería que fueses la Mamá de sus hijos... Qué hermoso ver a dónde llegaron...

- La verdad que sí... Es demasiado lindo todo esto, ellos, nosotras como mamás...

Lizzie volvió con nosotras con Matías agarrado de un pie a su espalda sin poder parar de reír.

- Alguna vio a Mati? -preguntó seria. Dio media vuelta, después otra, haciendo como que buscaba.

- No, pero puede que se haya ido hacia allá -dijo Scar señalando donde jugaban nenas.

Él no dejaba de reír.

- Estoy atrás, mamá -decía.

- Lo escuchan? Siento que está cerca, pero... -siguió Lizzie.

Entonces lo posicionó frente a ella, aún agarrado de un pie.

- Acá estás! -dijo y lo abrazó ahora si acomodándolo bien, yo ya tenía miedo de que lo hiciera vomitar.

Matías siguió riendo abrazado a mi novia, yo no podía dejar de sonreírles.

- Estaba atrás tuyo! -dijo él.

- En serio? Cómo? Así? -preguntó Lizz qué volvió a darlo vuelta.

- Va a terminar vomitando -dije como advertencia.

Lizzie me dio a Matías aún tomándolo de una pata, yo lo acomodé en mi regazo porque estaba sentada, él puso una pierna a cada lado de mi cintura y apoyó su cara en mi pecho.

- Me cansé -dijo agitado.

- Y sí, amor, si mamá te hizo lo mismo que haría una montaña rusa -dije sonriéndole a Lizzie.

Ella se fue con las nenas y yo me quedé con Scarr y Mati, que se quedó dormido mientras le acariciaba la espalda.

LIZZIE

Esa noche Rose se quedó a dormir, Scar tenía que trabajar al otro día, por lo que se quedaría hasta la tarde con nosotras. Lila y ella quisieron ir a dormir solas a uno de los cuartos que teníamos para cuando quisieran independizarse del cuarto general. Pusieron la tele y se quedaron allí las dos.

Entonces recordé la casa de la playa, la que había comprado sin decirle a Megan hacía unas horas. Todavía no era el momento, pero ya faltaba menos... Pensaba en que si ya éramos felices en esa casa, lo seríamos aún más en la de la playa.

MEGAN

Cuando Lizzie comenzó a trabajar más horas, no solía almorzar con nosotros, entonces los nenes la extrañaban más. Yo trataba de que no me afectara porque era su trabajo, pero me parecía raro que llegara a las seis de la tarde a la casa, y como no quería sonar como una desquiciada, no dije nada. Aprovechaba que ella no estaba en el almuerzo para saltearme esa comida, entonces podía mantener el cuerpo que necesitaba para el personaje que tendría que seguir después de esas mini vacaciones.

Una tarde que Lizzie llegó a las siete, yo estaba estresada porque Emma lloraba más, aunque no pedía teta, tenía caprichos incomprensibles. Lila y Matías comenzaron a pelear de la nada, cosa que me extrañó muchísimo y no sabía qué hacer. Primero fueron gritos, después se empujaron un par de veces, en el medio llegó Lizzie que se dio cuenta de que algo iba mal.

ELIZABETH OLSENWhere stories live. Discover now