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MEGAN

- Megan Smith, amor de todas mis vidas, la mujer a la que elegiría una y otra vez hasta el fin de los tiempos, aceptarías casarte conmigo y hacerme la persona más feliz del mundo? -dijo.

- Sí, en esta y en todas las vidas que sigan, quiero estar a tu lado... -respondí y la besé fuerte cuando se puso a mi altura.

Me subió a sus caderas desde las piernas y seguí besándola con mis brazos al rededor de su cuello.

- Creo que ahora tengo que ponerte el anillo -dijo riendo.

- Nos salteamos esa parte -respondí también riendo.

Se sentó en el sillón conmigo encima y me puso el anillo y quedaba perfecto.

Mientras yo miraba el anillo con más detalle, ella me secaba las lágrimas que habían quedado y las que salían por la alegría.

- Aubrey ya no me cae tan mal -dije sonriendo.

- No sabía que te daba inseguridad...

- Es que nunca la presentaste en casa como una amiga...

- Es que ella creía que te caía mal, y ahora veo que no estaba equivocada...

- Invitala cuando quieras, quiero agradecerle por ayudarte.

- Jamás la hubiese seguido viendo si sabía que te hacía sentir así...

- Así quedo yo como la tóxica, amor... no te voy a prohibir ver gente.

- Pero si te hacen sentir mal, yo tengo que ayudarte, te amo.

Me abrazó por la cintura con la delicadeza que usaba conmigo al estar embarazada.

- Cuando llegue el bebé, nos casamos -dijo sonriéndome.

- Podemos esperar unos meses después de que llegue? Porque mi cuerpo no va a estar en su mejor momento... -reí.

- Siempre está en su mejor momento... pero como quieras, si te parece mejor esperar... solo que sepas que van a ser las consecuencias de literalmente sacar un ser humano que vos misma creaste... es increíble.

Le sonreí.

- Te imaginás a todas las nenas con ropa con flores? -dije, aún sentada sobre ella.

-Si, me las imagino perfectamente.

Yo ya estaba en mi séptimo mes, me habían recomendado no volver al trabajo hasta que naciera el bebé, por lo que pasaba mis días en la casa.

- Quiero ir con vos al set... -dije cuando nos acostamos en la cama.

- Cuando las nenas estén en el colegio?

- Sí... extraño estar ahí. A parte, así estoy menos en casa, me canso.

- Bueno, mañana vení con nosotras a llevarlas al colegio y vamos al set.

Asentí. Estaba acostada sobre su pecho, ella dibujando círculos en mi espalda.

LIZZIE

Al otro día, le contamos a las nenas la noticia.

- Voy a poder usar un vestido de mariposas? -preguntó Emma.

- Sí, amor, el que quieras -dijo Meg.

- Va a ser en casa? -Matías habló con la boca llena porque estábamos desayunando.

- No creo... -dije mirando a mi futura esposa para confirmar si ella quería hacerlo allí.

- Podría ser en una estancia... -propuso ella.

Asentí, ella estaba cada día más hermosa.

- Cuánto le falta al bebé para llegar? -preguntó Matías.

- Tres meses -dije y me acerqué a Meg que aún no había terminado de desayunar.

- Simón va a querer jugar conmigo? -preguntó Eva.

- Obvio, amor, va a jugar con todas sus hermanas y su hermano.

- Pero cuando llegue va a ser muy muy muy chiquitito -siguió mi novia-.
Como Emma cuando ustedes llegaron, más aún.

No le dieron mucha más importancia y se fueron al jardín. Yo me quedé con Meg que se tomaba su tiempo para desayunar.

- Viste que estoy comiendo bien? -dijo sonriéndome.

- Sí, amor, me di cuenta... quería decírtelo pero prefería hacer como si nada para que siguiera igual.

- Me siento mejor... comiendo así, digo. Como más sano, no me siento culpable después de hacerlo y puedo adquirir todos los nutrientes necesarios para formar a este bebé -dijo posando una mano en su panza.

- Te faltó la parte en la que decís que también es para cuidarte a vos.

- Exactamente -respondió sin mirarme.

- Me pone muy feliz que te sientas de esa manera... estoy muy orgullosa de que hayas podido llegar a hacer las paces con tu cuerpo... Quizás haya altibajos, pero estoy siempre a tu lado... y ahora más aún -lo último lo dije tomando su mano y señalando el anillo.

Ella me sonrió, se acercó a mí y me besó.

- Ese nene va a ser tan hermoso -dije tras darle un beso a su panza-. Espero que tenga tus ojos marrones... tu paz... tu sonrisa...

- Yo quería que tuviera tu sonrisa... -respondió simulando estar triste.

- Esa ya la tiene Emma.

- Buen punto... no di a luz, imprimí a una Lizzie en miniatura.

Reí sin poder dejar de tener contacto con ella, o le acariciaba la panza, o el rostro, ahora que estaba comiendo le hacía mimos en la pierna.

- La verdad que sí... te salió demasiado parecida a mí -dije.

- Vamos a tener que tener cuidado con sus enamorados o enamoradas... va a romper muchos corazones si es como la madre -respondió riendo.

- Y si es como vos? Cagaron. La persona que le llegue a romper el corazón...

- Emma tiene tu cara y mi carácter, dudo que alguien le rompa el corazón a ella, va a ser demasiado orgullosa -dijo Meg.

- Sí... La que me preocupa ahora es Lila, igual... -dije poniéndome un poco más seria.

- Por el chico del que habló en el campamento? Le sigue gustando?

- Sí, me contó un poco más después... le gusta de verdad.

- Y bueno... ya tiene once*, en algún momento iba a pasar.

- Es que la veo tan bebé, tan nena... Me hubiese encantado tenerla desde bebé, a Matías y Eva también... -dije.

- Si... hubiese sido hermoso...

- Con la única falla de que vos eras menor de edad cuando Lila nació -le informé, y ambas reímos porque era verdad.

- Podemos decirle que lo invite a una pijamada -propuso mi novia.

- Estás loca? Que duerma con ella?

- Amor, es una nena, él es un nene, no hay chances de que siquiera sepan lo que se puede hacer.

- Igual... no sé...

- Vamos a estar presentes, Beth, no te preocupes. Quizás quiere que venga a almorzar después del colegio nada más.

Nota de la autora: me confundí y puse que Lila tenía 12 años cuando en realidad eran 11, si encuentras errores de ese estilo por favor comentenlo porque quizás no me doy cuenta😭

ELIZABETH OLSENWhere stories live. Discover now