P R Ó L O G O

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Era una noche de principios de Otoño, el frío se presentaba como leves ventiscas que azotaban en las ventanas de aquel hospital.

Una mujer de cabellos blancos se encontraba en aquel quirófano, esperando escuchar el llanto de sus bebés como señal de que ya estaban fuera de su vientre. Y así fue, escuchó primero uno muy ruidoso, la mujer lloraba de felicidad al ver a uno de sus pequeños. Lo acercaron un poco para que pudiera besar su pequeña frentecita. Y el segundo bebé salió, aunque apenas si hizo algo de ruido. Se escuchaban sus leves sollozos y como lentamente abría sus ojos ante el mundo. Su madre también tuvo oportunidad de darle un pequeño beso y logro ver los pequeños ojos marrones del pequeño.

- Tienes mis ojos, mi pequeño Shinsuke.

La cesárea fue todo un éxito, la mujer de nombre Akali Bokuto fue llevada a su cuarto, dónde en unos minutos les llevarían a sus dos pequeños.

La enfermera llegó cargando a los pequeños.

- Todo está muy bien con ellos, son dos niños muy saludables y fuertes.

Akali los tomó entre sus brazos, pudo observar que su pequeño Shinsuke era algo serio como su padre, en cambio su hermano quien soltaba pequeñas sonrisitas se dió cuenta que era muy parecida a ella.

- Mi querido Koutaro, eres igual de risueño que yo.

En las cabecitas de los pequeños vio como crecía una pelusita blanca, ambos habían sacado su color de cabello, pero Shinsuke tenía unos pequeños brotes obscuros en la punta de sus mechones, en cambio Koutaro los tenía en las raíces.

- Sacaron algo de su padre- sonrió con algo de melancolía.

Escucho unos toques en la puerta, Akali le dió pase a quien tocaba. Abrieron la puerta y se encontró con la abuela de sus pequeños, quien la miraba con una sonrisa cálida que era característica de la señora.

- Buenas noches, señora Kita- dijo con un tono formal.

-Por favor Akali, deja las formalidades a un lado. Llámame Haruka - respondió la mujer con una sonrisa cálida.

Haruka era una mujer ya mayor proveniente de Hyogo. Shima Kita, su único hijo y padre de los niños, era un empresario con una fama en todo Japón y sobre todo en su pueblo natal. Pero que ante buscar tener un heredero a su fortuna, decidió buscar a la mujer perfecta que pudiese darle un hijo perfecto.

Y esa había sido Akali Bokuto, hija de un empresario multimillonario proveniente de la capital. Había sido fácil para Shima que Akali cayera en sus encantos, era una mujer que creía en el amor verdadero y sentía que aquel hombre era con la persona que anhelaba su corazón. Pero al quedarse embarazada, su pareja le dijo que no se casaría con ella hasta que su hijo naciera y que estuviera en perfectas condiciones y sin ningún problema o malformación. Akali con dudas aceptó, pero algo en ella le decía que aquel hombre estaba solo por interes con ella. Aunque lastimosamente, ella estaba enamorada de Shima.

Haruka jamás estuvo de acuerdo en aquellos tratos, ella era de la idea en que debían casarse para que formasen una familia. Pero su hijo no mostraba interés en la madre de su futuro hijo. Solo quería un heredero digno que siga sus pasos en su empresa.

Pero, a los 4 meses de embarazo, una impactante noticia les llegó. Akali esperaba a dos pequeños. Aún no estaban seguros si eran gemelos o mellizos, pero para su madre era una noticia que le alegraba, tendría a dos pequeñitos que crecerían juntos y que siempre se tendrían el uno al otro.

Aunque no todo pintaba color de rosa, Shima quería que abortara, el solo deseaba tener un hijo y el tener dos era un problema para el. Pero su petición no pudo ser concedida, Haruka y Akali se opusieron rotundamente, ella no quería abortar y Haruka respetaba la decisión de la madre de sus futuros nietos. Aparte de que los doctores les informaron que sería riesgoso practicarle un aborto en aquel punto de su embarazo. Por lo que Shima no tuvo de otra que aceptar, pero se las arreglaría para cumplir sus caprichos.

¿Eres...mi mellizo?Where stories live. Discover now