VIII. Un zorro y un búho con problemas de amor

467 64 122
                                    

—¿Enserio ese es su brillante plan?

Después de una larga explicación sobre lo ocurrido hace unas semanas y el excelente plan de Osamu (con una casi pelea entre ellos dos por querer dar sus versiones), Kenma y Suna intentaban procesar todo lo escuchado para no terminar dándoles un golpe en la cabeza a ambos.

—Con celos no van a llegar a nada. ¡Tienen que ser directos!

—No es sencillo, Kenma— Akaashi soltó un suspiro pesado antes de seguir hablando— Tu nunca tuviste miedo de perder a Kuroo-san. Se conocen prácticamente de toda la vida, fue más fácil para ti.

—El hecho de que fuera mi amigo de la infancia, no significa  que iba a tener asegurado qué el correspondiera mis sentimientos. 

La mirada de Kenma era dura. Pocas veces había mirado al azabache de esa forma. Akaashi cayó  en cuenta que hablo de más, sabiendo que su mejor amigo también había llegado a pasar por las mismas dudas que el.

—Lo siento, Kenma-san...—Dijo avergonzado —Pero es la única manera.

Kenma masajeó el pequeño hueso de su nariz intentando mantener la calma.

—Te dije que fueras sincero con Bokuto. ¡No qué armaras un teatro! ¿Acaso quieres complicarte aun más las cosas? 

—Lo mismo digo— respondió Suna irritado —Ya ni tu hermano tendría ese tipo de ideas para conquistar a la mandarina de Karasuno.

El teñido arqueo una ceja y miro algo sorprendido al castaño.

—Al rato te cuento, ahora tenemos que ver cómo ayudar a estos idiotas.

Los dos miraron a Suna con mala cara. Osamu aceptaba qué tal vez no había sido su mejor plan pero ¡hey! Un idiota no era. Solo tenían que idear otra manera de separar a esos dos.

Pero ¿cómo podrían hacerlo?

—Suna-san— el nombrado volteo y se encontró con una gran sorpresa— Atsumu quiere practicar antes de volver a los partidos. Dice que si puedes ir a ayudarlo.

—Dile que en un momento voy— mencionó Suna sin interés mientras rodaba los ojos. Tenía que lidiar con los problemas de Osamu y ahora tenía que ir con  Atsumu. ¿Qué acaso no podía pedirle a Aran qué lo ayudara?

El extranjero soltó una carcajada en cuanto vio los gestos que ponía el bloqueador de Inarizaki, se acercó a el para revolver sus cabellos.

—Anda Sunita,  no se me achicopale. Bien qué disfrutas ver cuando Atsumu hace sus corajes por no hacer un buen pase.

(Nota del autor: Cuando este en cursiva es un dialogo en español)

Ninguno de ellos había entendido lo que había dicho el extranjero, pero Suna no pudo evitar reír cuando los otros tres miraban confundido a Dan.

—¿Qué  carajos es achi...ati...ahzi...

Achicopalar. Es cuando una persona esta afligida o triste. También cuando sobre piensa  de manera negativa o de más, como ustedes dos —señaló a Osamu y Akaashi— le dan tantas vueltas a sus problemas qué no ven qué la solución más simple esta frente a ustedes.

Los cuatro intercambiaron miradas entre ellos. ¿Dan había estado escuchando toda su conversación?

—Descuiden, no diré nada respecto a lo que sienten por Bokuto y Kita. Soy un buen confidente y también, soy experto en conquistar corazones.

El corazón casi se les para del susto, querían que la tierra se los tragara y los escupiera lejos de allí.

—¿Porqué me persigue la desgracia?— dijeron ambos.

¿Eres...mi mellizo?Where stories live. Discover now