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Las hojas de los árboles comenzaban a caer, el otoño estaba cerca y el verano se despedía.

Pero con esto una fecha importante venía.

El cumpleaños de Shinsuke.

Aunque el pequeño paso sus dos últimos dos cumpleaños  solo con la compañía de su abuela. Ella le preparaba su comida favorita y un pastel del sabor qué más le gustaba.

Y aunque Shinsuke le encantaba siempre había una pregunta de por medio en esa fecha.

"¿Dónde  está Kou y Mamá?"

Haruka nunca le respondía esa pregunta.  No por que quisiera ser mala, si no que el cumpleaños de Shinsuke  era una fecha muy difícil para ella. Era también cuando lo habían separado de su madre.

Para su cumpleaños número cinco, después de insistirle tanto a su hijo. Shima hizo acto de presencia. Shinsuke estaba sonriente y feliz, su padre por fin pasaría un cumpleaños con el.

La celebración iba a la perfección pero la pregunta que Haruka jamás contesto volvió a salir de la boca del pequeño. Pero esta vez traería graves consecuencias.

—Lo siento papá. ¡Porfavor, no me lastimes! ¡Nunca volveré a preguntar sobre ellos!

La espalda pálida de Shinsuke ahora estaba completamente  roja y con pequeños rasguños de donde salían algunas gotas de sangre. El pequeño no paraba de llorar mientras le suplicaba a su padre que dejara de golpearlo con su cinturón y su abuela por más que quería no podía parar a su hijo después de tumbarla de una abofetada al suelo.

—Te haré entender a golpes hasta que se te grabe. ¡Ellos están muertos, jamás van a volver! ¡¿Entendiste?! ¡Tienes prohibido mencionar sus nombres y si lo haces te ira peor!

—Lo prometo papá, no te voy a desobedecer— gritó el pequeño.

—Porfavor hijo, para. Estas lastimando a tu hijo.

Shima finalmente dejo de golpear a Shinsuke y el pequeño rápidamente corrió a los brazos de su abuela. El pelinegro antes de retirarse nuevamente se acercó a ambos, Haruka escondió el rostro de Shinsuke en su pecho.

—¿Cómo pudiste hacerle esto?

—Es la manera en la qué uno impone respeto, madre. Y ni tu ni mi padre me enseñaron a hacerlo.

—¡Porque eso no esta bien! Tienes que proteger a Shinsuke no lastimarlo.

—Lo volvería a hacer si sigue sin entender la lección. Y recuerda muy bien esto madre. Si tu no ayudas en esto, jamás volverás a ver a Shinsuke.

Los escalofríos recorriendo el cuerpo de Haruka quien apenas si pudo articular una palabra de afirmación.

—Bien.

Shima se retiró sin decir una sola palabra más.

Ese fue el peor de todos los cumpleaños del pequeño.

Shinsuke no paraba de llorar en los brazos de su abuela. Haruka se sentía inútil de no haber podido defender a su nieto de las manos de su hijo y aterrada de ver en el monstruo qué se había convertido Shima.

Aquel evento fue un trauma en la vida de Shinsuke.

Nunca volvió a mencionar sus nombres frente a su padre.

Nunca volvió a preguntar cuando los volvería a ver.

El tiempo pasó,  y los olvido. Solo vivían en sus recuerdos qué eran tan borrosos y lejanos qué ya ni recordaba como lucia  el rostro de su madre y hermano.

Pero algún día volvería a verlos.

Algún día el podrá recuperar los recuerdos que había perdido.

Algún día el volvería a los brazos de su madre...

¿Eres...mi mellizo?Where stories live. Discover now