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✧ೃ༄‬

Ese mes de noviembre es lento y sin sentido. No hay suficiente ética de trabajo para soportar las fiestas que se están acercando. Comenzó a hacer mucho frío demasiado rápido y eso no hace que sea más fácil levantarse de la cama. Louis se despierta esa mañana con un lúgubre cielo gris salpicado por una nevada a medias. Es la primera nevada de la temporada sin ni una pulgada de acumulación de nieve pero Louis ha planeado todo su fin de semana en torno a ella.

Paso uno: abastecerse de bocadillos y medicamentos para la resaca.

Paso dos: emborracharse más allá de lo razonable con Zayn y Harry.

Paso tres: Dormir hasta tarde con Harry.

El tercer paso podría hacer que noviembre valga la pena.

Es importante notar que Harry se aferra a algo mientras duerme. Cuando Louis no está en la cama, se aferra a las almohadas. A veces se aferra a sí mismo, acurrucado hacia adentro, con los brazos cruzados. A Louis le gusta ser la cuchara grande con bastante frecuencia, pero durante los últimos dos meses descubrió que también le gusta que lo abracen. Dos meses es todo lo que le toma a Harry sentirse tan cómodo con él - su rodilla sobre el muslo de Louis, un brazo alrededor de la cintura de Louis. Está en todas partes, pesado, cálido y tan bienvenido porque el radiador de la habitación de Louis no funciona como funcionaba hace años atrás.

Louis se da vuelta para enfrentarse a él, con cuidado de no hacer movimientos bruscos, con la plena intención de volver a dormirse.

La alarma de Harry suena - con el sonido de "bocina para la niebla" porque Harry es un completo demente. Sus rostros se arrugan simultáneamente. Harry levanta su brazo lejos de Louis e instantáneamente está ofensivamente frío. Que se joda noviembre.

"No presionaría el botón de posponer si fuera tú," dice Louis.

"Ya lo he hecho." Harry se da vuelta, el brazo colapsando sobre la cintura de Louis.

"No te has dado cuenta, pero está nevando afuera."

Harry mira por la ventana con un ojo abierto. "No parece prometedor. Apuesto a que el restaurante permanece abierto."

"Diles que estás enfermo."

Harry empuja su rostro contra una almohada. "Manon se lo dirá a mi mamá."

"No, no lo hará".

Pero Louis no puede saber eso con certeza. Manon es el jefe de cocina en la sede de Augustine en Nueva York y, según el relato de Harry, un espía. Todo lo que este hombre bajo y curtido presencia en Augustine llega a Londres y a Anne. O eso dice Harry.

"¿Quién me va a mantener caliente si te vas?" Pregunta Louis.

Los ojos de Harry se abren de nuevo. Su sonrisa es somnolienta y tan lenta como la nieve que cae afuera. "Estás en lo cierto. Supongo que tengo que quedarme."

Y se queda, al menos hasta que su alarma suena de nuevo. Luego se desliza y se desploma fuera de la cama. Lleva una camiseta blanca fina y ropa interior, sus jeans en algún lugar del suelo. Mientras se inclina para encontrarlos, Louis estudia las hendiduras de su columna vertebral y la forma elegante en que sus rizos caen hacia adelante. Un mechón de cabello castaño cae como un detalle de un cuadro clásico. Demasiado encantador para ser verdad.

"Gracias por dejarme pasar la noche," dice Harry.

Louis capta el último vistazo de los muslos de Harry antes de que se suba completamente los jeans. "¿Sabes lo que considero gratitud? Que te quedes y que me hagas un omelette."

a yuzu grows in brooklyn » l.s [traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora