—¿En serio un golpe lo dejo así? —pregunto MiSuk a HoSeok que se encontraba en la oficina de NamJoon.
—No sabemos si es el golpe o la falta de sus omegas—se encogió de hombros.
—La segunda, en verdad extraño mucho a SeokJin, necesito de sus besos que me mantenían en la tierra, aunque me ponía en las nubes o cuando TaeHyung se ponía a platicar conmigo de la escuela y siempre lo hace con emoción por aprender algo nuevo—se dejo caer en su silla acolchonada.
—Lo sé, pero seguimos trabajando, sabemos quién fue la cabeza de todo esto, y donde están, pero no podemos llegar solo así—.
—¿Entonces? ¿dejaras que mis amores sufran en manos de esos hijos de puta que tienen ordenes de Dan-I? —enfureció.
—A ver, te me calmas y me pones suma atención que no lo voy a repetir. Jin y Tete están bien, de entre esos hijos de puta hay dos policías en cubierto de nombre Zico y Jay Park, ambos se están encargando que los otros dos no entren o no tengan tanta interacción de la que deberían. Zico, mi hermano, está en una misión en cubierto donde quieren atrapar a Dan-I por ser la cabeza de varios crímenes para poder llegar a ti, no podemos simplemente llegar así sin más información para el jodido caso, y aquí es donde entras tu ¿vamos bien? —pregunto.
—Si mamá—rodo los ojos.
La chica solo atino a jalar una de las orejas del moreno, provocando una risas en HoSeok.
—Ahora ¿Dónde entras tu? Fácil, seducirás a Dan-I—sonrió maliciosa.
—A ver, a ver, ¿Estas loca? ¿Cómo quieres que haga eso? A pesar del hombre que soy nunca e coqueteado o seducido a alguien—dijo desesperado.
—No es necesario que hagas mucho, Dan esta más que perdida por ti—comento HoSeok.
—El plan es muy simple Nam y te lo contaremos detalladamente una ultima vez, porque a la próxima que no entiendas te golpeo, ¿entendido? —amenazo la chica. NamJoon solo asintió temeroso.
—Bien, jefecito, la cosa esta así—.
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—Namu~—aquella voz chillona resonó por todo el pasillo.
—Paciencia Nam, paciencia—se susurró a sí mismo. —Dan-I—le sonrió de una manera linda, sabemos que es muy falsa.
—Oh, que lindo, al fin me dices por mi nombre, Namu—se rio, que horror.
—Bueno, creo que es mejor, tu nombre realmente queda con tu hermosura—le sonrió de forma coqueta, como le habían enseñado sus amigos.
La omega solo atino a sonrojarse y ponerse de una manera tímida.
—Ay, que cosas tan lindas dices—sacudió sus manos despreocupada.
