3. Nuevo Hogar

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Disfruten el capítulo.

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—Hicimos todos los arreglos que solicitó adecuando cada espacio para el pleno disfrute de su estadía —el ingeniero abrió la puerta para darle paso a Mónica y que pudiera apreciar el resultado de su equipo de trabajo. 

Ese día estaban reunidos para la entrega del departamento remodelado. Si bien, no era un sitio como lo que ella siempre estuvo acostumbrada, admitía que se veía agradable. 

El edificio se ubicaba en una de las zonas con mayor encanto en el corazón de Madrid. Fácilmente se podía acceder a los lugares más emblemáticos sin perder de vista los sitios de interés como las oficinas de industrias Kofmant. 

—Como lo pidió. Cambiamos la tonalidad de las paredes al contraste del suelo de madera dándole profundidad y altura entre cada habitación. 

Mónica se dedicó a observar cada espacio que compendia el lugar: desde la sala, el comedor y cocina, hasta las habitaciones de baño y dormitorios. Este último en especial fue su favorito, se había dado a la tarea de buscar los muebles que más se acomodaron a su estilo y le dió gusto saber que se veían espectaculares. 

—Como verá, esta es la habitación más grande de las dos restantes. Y se me pasó decirle que todas las paredes fueron mejoradas con aislantes de ruido, evitando con eso molestias para su buen descanso. 

Aquello sonaba tentadoramente bien. 

—Claro, mi descanso —arqueó la ceja y ladeó su sonrisa cómplice de sus pensamientos—. Es una buena noticia. 

Continuaron el recorrido. Media hora más tarde, el hombre concluyó la entrega del departamento. 

—De todas formas, si algo no le convence hágamelo saber. Estoy a sus órdenes, señorita Kofmant —completó una vez escuchado el visto bueno de la mujer. 

—Gracias por su tiempo. Que pase buena tarde —cerró la puerta al despedirse del ingeniero. 

Avanzó hasta la sala observando con mayor detenimiento. Se dio cuenta que era un hermoso departamento, a pesar de sus reducidas proporciones. Estaba bien por ahora, pues funcionaria para ahorrar tiempo al trabajo y salir a dar una vuelta en sus ratos libres.

Pero lo que más animada la tenía, es que luego de hacer una búsqueda por internet, se topó con la noticia de que el restaurante “De Gant” quedaba a escasas calles del lugar. Tenía dos semanas de haber llegado al país y seguía sin atreverse a visitar el lugar para poder hablar con Alondra. 

Primero, estuvieron los pendientes en las oficinas de industrias Kofmant que la absorbieron prácticamente desde su llegada y, ahora que tuvo más libertad, se encargó del hogar donde habitaría. 

Entonces, tal vez tomaría uno de los siguientes días para ir a verla. 

Mando un mensaje a su chofer avisando que saldría para realizar algunas compras. 

—Diga —respondió sin ver al número que entró cuando se preparaba para salir. 

—¿Cómo te va, Mónica? Soy Renata. 

—Ah, hola Ren. Bien y tú. ¿Cómo va tu embarazo?

—Tranquilo, hace un par de días pedí en el trabajo mi baja temporal. 

—Es bueno oírlo. Necesitas descansar y que mi prima atienda tus necesidades. ¿De seguro está dormida, verdad? —revisando en el reloj que allá ya era de noche. 

—jejeje… no. De hecho salió. 

—A esta hora. ¿Qué se cree esa mujer? Ahora mismo hablaré con ella para…

Sonrisas y Sabor (Chicaxchica)Where stories live. Discover now