I. Una pizca de... Celos

2.6K 279 56
                                    

A continuación disfruten de una serie de situaciones de la vida cotidiana de nuestras mujeres favoritas.

_________________

El interminable mar de los negocios suele ser una lucha constante de poder y dinero. Navegar entre sus turbulentas aguas a menudo atraen la mirada de peces que aspiran desestabilizar la armonía de su tripulación. Alondra lo tenía tan claro y aún así, no podía dejar de sorprenderse de la facilidad con la que aquella morena que veía al frente del podium conseguía desenvolverse con tanta facilidad y calma ante la multitud de invitados que compartían el recinto de eventos en Industrias Kofmant.

—Oye, parece que Mónica tiene facilidad en esto. Me cuesta trabajo verla en modo serio —susurró Paola quien compartía mesa con la chef.

—Si, luce… distinta —respondió sin despegar ni un segundo los ojos de la morena quien estaba terminando de agradecer la asistencia a la reunión.

Cuando terminó, de inmediato fue interceptada por algunos ejecutivos que aprovechaban la oportunidad de discutir temas de interés.

Era obvio que aquella velada ella estaría ocupada atendiendo asuntos de la empresa por lo que la interacción con la chef sería limitada. Aún así, Alondra parecía contenta de estar ahí y tampoco es que estuviera sola porque su mejor amiga la acompañaba.

—¿Cuál de estos te gusta más?

—Tú no pierdes el tiempo.

—No. Responde.

—Estamos en un evento privado y ¿se te ocurre mostrarme vestidos de novia, Paola?

—¿Qué tiene? Tengo que aprovechar cualquier oportunidad libre para encontrar el vestido ideal.

—Te vas a casar en un año. Hay tiempo de sobra.

—Puff. Amiga, cuando estés en ello me entenderás.

—Eso tendrá que esperar. Además… —expresó dudosa—, Mónica y yo aún no formalizamos lo nuestro.

—¡¿Qué?!

—¡Puedes bajar la voz!

—Repite eso.

—Bueno, es que hemos estado un poco ocupadas con el trabajo y digamos que esta es la primera salida juntas en días.

Paola la observó con incredulidad.

—Pues date prisa Alondrita porque quién sabe y a lo mejor ya te están comiendo el mandado —señaló con la mirada al fondo de su costado a Mónica quien parecía entretenida conversando con algunas personas, en su mayoría adultos mayores. Aunque dentro de aquel grupo fácilmente sobresalía una joven mujer que parecía no tener la intención de apartarse de la morena en lo que iba de la reunión.

Habían pasado diez minutos y Mónica ya se encontraba discutiendo con otro grupo de personas pero para su sorpresa, la misma mujer seguía acaparando su compañía.

La chef evitó a toda costa prestar interés a ese detalle, no tenía la intención de parecer atenta a lo que su “querida amiga” mencionó y tampoco adoptaría una postura que la colocara en una situación de sospecha porque conocía los sentimientos de su morena.

—Alo, tu celular está vibrando.

—¿Eh? —despegó la vista del pequeño centro de mesa. Se encontraba pensativa—. Ah, cierto.

Observó que se trataba de un mensaje de nada más y nada menos que Mónica.

Mónica: ¿Te gustan los tacos?

—¡Eh! —levantó la ceja ante su pregunta tan fuera de lugar.

—¿Sucede algo? —se acercó Paola para leer lo que veía Alondra—. Ustedes sí que son muy románticas.

Sonrisas y Sabor (Chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora