-No, Jughead, yo si tengo las cosas claras. Me atraes y te tengo una especie de cariño, eso es todo.
-¿Ahora si? ¿No era un idiota al que nunca amarías y todas tus mierdas?
Una fiesta cambió todos los planes, para bien o para mal, debía afrontar un...
You'd be the love of my life when I was young When the night is over Don't call me up I'm already under I get a little bit alone sometimes and I miss you again I'll be the love of your life inside your head 21 - Grace Abrams ─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───
La mañana siguiente Betty había decidido salir a caminar por el parque antes de ir a la fraternidad. Necesitaba relajarse un poco, así que cuando creyó estar preparada, partió hacia la casa de su hermano.
Al llegar, observó la casa durante unos minutos antes de tomar aire y golpear la puerta, esta al abrirse dejó ver a un pelinegro sin camiseta. Betty abrió la boca algo sorprendida ante la escena: una chica lloraba sentada en el sofá detrás del chico, el padre de su hijo.
—Oh lo siento, pasaré en otro momento.— dijo con la intención de voltear.
Tal vez si había sido mala idea ir hasta allí.
Él salió y cerró la puerta dejando a la pelirroja llorar sola —No no, espera. ¿Necesitas algo?
—No importa, creo que tu novia necesita de tu ayuda— negó con una sonrisa de incomodidad.
—No es mi novia, es la ex de un amigo y lo está esperando ahí...— hizo una mueca al notar lo raro que sonaba y se veía eso. Éste le echó un vistazo a la rubia —La hermana de Charles.—recordó.
—Elizabeth, aunque prefiero Betty.
—¿Buscas a tu hermano?—preguntó pero ella negó—¿Alguna vez nos hemos visto? Porque la otra noche sentí que ya te había conocido.
—A eso vine.— rió nerviosa—Hace unas semanas, en una de las fiestas, me acosté contigo y...—tragó en seco—Creo que estoy embarazada.—murmuró.
Directo al punto. Pensó él.
Tal vez no era la respuesta que esperaba, pero ahora todo cuadraba.
El estar frente al chico con el que tuvo sexo mientras estaban algo ebrios no sería tan malo, sólo que ahora ambos tenían un problema, uno grande.
Jughead abrió su boca pero la cerró al instante, estaba en un estado de shock. No todos los días aparecía una chica a decirte que estaba embarazada ¿Cómo diablos se suponía que tenía que actuar?
Ante el silencio del chico, Betty habló:—Escucha, si es así, yo quiero seguir con el embarazo. No te estoy pidiendo que te hagas cargo, ni dinero—ésta hizo una pausa y cayó en la realidad—Por Dios, siquiera recuerdo tu nombre.
Sin mirarlo bajó los escalones de la entrada para volver al campus, pero él la tomó de la muñeca—Jughead. Mi nombre es Jughead.—aclaró.
Joder, estaba frente a un desconocido.
—¿Estás segura que es mío? No es por presionarte, sólo... No lo sé, lo siento.— balbuceó.
—Fuiste la última persona, así que si.
Había estado con otras personas antes de él, pero luego de esas veces su periodo había llegado, así que era de él o del Espíritu Santo. Esa podría ser una buena respuesta, pero como estaba tan agotada mentalmente y con ganas de llorar, no lo veía tan gracioso.
Él asintió—Podemos comprar un test de embarazo e ir a tu casa para que lo hagas, y si da positivo, estaré ahí en todo momento.— aseguró —Supongo que nos conoceremos durante el embarazo, pero no tendrás que cargar con esto sola.—le dio una sonrisa.
Los ojos de Betty estaban cristalizados —Gracias.
Él la miró con diversión, aunque no podía negar que estaba aterrado—¿Quieres un abrazo?—ella lo observó confundida—No será la primera vez que nuestros cuerpos se toquen.—bromeó haciéndola reír.
Y si, Betty aceptó el abrazo, el cual fue algo incómodo al principio, pero el chico lo había hecho con buena intención.
Jughead podía actuar como si nada pasara, pero estaba asustado, no creía ser capaz de poder hacerse cargo de una cosa tan pequeña y delicada como un bebé. Mierda, no se hacía cargo de si mismo, ¿y tendría que aprender como cuidar a un niño?
Era mucho para procesar. Pero ahora no podía hacer mucho, tenía a una joven llorando en sus brazos, y no iba a mentir, él también quería llorar.
Tal vez a los veintitrés estás preparado para algo así, pero no Jughead. Él aún quería viajar, salir de fiesta, disfrutar de su juventud junto a sus amigos y las diferentes chicas que pasaban por esa casa. Cambiar todo eso por pañales, vómito, llantos, y biberones... No era una oferta muy atractiva.
Aunque para la rubia tampoco lo era, no había pensado en ser madre, al menos no en ese momento, pero tampoco sabía si quería interrumpir el embarazo.
Debería dejar sus estudios, y mudarse del campus ¿Podía hacerlo? Si, pero eso no quitaba que ella aún era joven y soñaba con graduarse, demostrar que ella si podía hacerlo.
Dentro de la casa, un chico bajó por la escalera en busca de su ex novia, la cual se presentó en su casa sin previo aviso—¿Qué haces aquí?
Ésta tomó aire y secó sus lágrimas antes de girar para verl —Vengo por lo único que puedes ofrecerme.
—Cheryl...—advirtió.
—Ella se fue.— lo cortó —Y si no lo hubiese hecho, tampoco te afectaría. Ahora, Ethan, es sólo una vez, me lo debes.
Él la miró por unos segundos. Con un simple movimiento de cabeza ella entendió que podía pasar a su habitación. El castaño caminó tras ella intentando engañar a su mente, intentando creer que ella era alguien más.
—Yo también intentaré hacerlo.—aseguró Cheryl al notar la mirada del chico—Intentaré olvidar el daño que me hiciste.
—Que nos hicimos,—corrigió sentándose en el borde de la cama—no olvides que la cosa fue de los dos.
—No quiero comenzar con esto, pero yo no fui la primera en engañar.— soltó.
—¿Viniste para reprocharme algo que pasó hace dos años?— preguntó ya harto de la conversación.
La pelirroja apretó sus labios y negó —No, sabes muy bien a lo que vine.
—Entonces deja de joder con una relación que ambos arruinamos.
Cheryl y Ethan, una historia complicada. Salieron durante un tiempo en la preparatoria y creyeron que todo sería igual en la universidad, pero no fue así. A causa de sus peleas decidieron tomarse un tiempo, pero el rumor de que el castaño había estado con alguien más, había llegado a Cheryl. Luego de eso las cosas se complicaron, ella comenzó a verse con una chica.
Se dieron cuenta de que el sexo no podía arreglarlo todo, así que lo dejaron, pero a pesar del tiempo, algo quedaba pendiente.
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