Capítulo 5

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Give yourself a break, have a little faith
Let's hear it for the girls
Living in the modern world
Helen of troy - Lorde
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Unos días después de enterarse del posible embarazo, la rubia tenía un turno en el hospital, por el que había rogado a través del teléfono.

Una vez que Betty había tomado las cosas necesarias, salieron del departamento y caminaron hasta la parada del bus, la cual estaba cerca de su edificio. Su viaje hasta el hospital fue silencioso por parte de la rubia, aunque Veronica intentaba ser la mejor compañía y contaba diferentes cosas para hacerle olvidar sus nervios.

—¿Elizabeth Cooper?—preguntó una de las secretarias luego de ingresar el número de documento. Ésta asintió—No hay mucha gente hoy, pero preocure pedir turno antes. Igualmente, puede pasar.

—Gracias.—sonrió tomando el papel que la mujer le extendió.

Como la secretaria mencionó, en la sala de espera sólo se encontraban cuatro personas, por lo que no esperaron más de quince minutos en ser llamadas al consultorio.

Antes de entrar, Veronica tomó la mano de su amiga y le dio un apretón para hacerle saber que todo estaría bien, le sonrió y a cambio recibió unos ojos cristalizados acompañados de un murmuro dándole las gracias.

Fuera de sus pensamientos y emociones respecto al posible embarazo, también se preguntaba por qué todos los hospitales eran blancos. El blanco podía tener un significado bonito, pero no en ese caso. Odiaba los hospitales, le resultaban deprimentes y hasta llegaban a darle miedo, como en ese momento cuando sintió el gel frío en su vientre.

Su mirada estaba clavada en el techo, en cambio su amiga pasaba sus ojos de pantalla a la enfermera—Felicitaciones, señorita Cooper, está embarazada.—avisó la enfermera ajena a la situación—Mientras se limpia, iré a imprimir la ecografía.

—Gracias.— murmuró.

—Todo estará bien, B.—prometió.
Salió de ese pequeño espacio junto a Veronica, quien no soltaba su mano—Te compraré una botella de agua y algunos caramelos, ¿Está bien?—soltó al notar que la presión de su amiga había comenzado a bajar.

Ésta asintió, y sin más, buscaron la cafetería del hospital. Pararon unos minutos hasta que la rubia recuperara su color natural, ya que su palidez fue lo que llamaba su atención, y cuando ya se sentía con las fuerzas necesarias para seguir, volvieron al campus.

Esta vez, el viaje si fue silencioso, no sólo por el miedo de Betty, sino que la morocha también estaba asustada. No era muy agradable ver a su mejor amiga tan decaída, pero tampoco sabía de que manera ayudarla.

Por otro lado estaba Jughead, que los únicos resultados que estaba esperando eran los de sus exámenes. Era su ante último año, y faltaban sólo unas semanas para terminarlo. Si todo salía como planeaba—que eso no pasaría—faltaba menos de dos meses para estar de vacaciones. Fiestas, bares, chicas, sus amigos, y tal vez algunas multas para no perder la costumbre.

Mientras que el verano para Betty iba a ser en alguna cabaña con piscina o en alguna cerca de la playa, pero el maldito condon fallado había hecho un cambio de planes. Nada de alcohol, controles médicos, buscar un departamento, contactar al chico de la fiesta, hablar con su familia, y todo lo que implicaba ese embarazo.

Nada divertido ¿Verdad?

Todo ese tema le resultaba sensible e irritante al mismo tiempo, y eso que sólo iban cinco días al tanto.

Suspiró y pasó las manos por su cabello antes de salir de la ducha, envolvió un toallon en su cadera y se puso su remera haciendo que esta quede pegada a su cuerpo gracias a que su torso aún estaba mojado. Notó que había dejado su pantalón en la habitación por lo que debió salir con el toallon cubriendo sus piernas y así caminar hacia su cuarto.

En cuanto terminó de vestirse bajó por las escaleras con la intención de sentarse en el sofá, pero este ya estaba ocupado por dos de sus amigos, quienes jugaban un video juego.

—Avísenme cuando terminen la partida así me uno.—ordenó yendo hacia la cocina, donde estaba otro de sus amigos: Kyle.
El pelinegro siquiera se molestó en levantar la cabeza para ver quien había entrado, sólo lo ignoró y siguió con la mirada en su celular—¿Tu hermano?— preguntó Jughead.

—No lo se, casualmente no lo traigo en mi bolsillo hoy.—respondió con su ironía usual.

Jughead rió ante el comentario mientras buscaba una botella de agua en el refrigerador—¡¿Quién tomó mi botella?!—gritó para que el resto de la casa lo oyera.

—Fangs y Noah.—soltó Kyle.

—¿Qué?—preguntó confundido.

Su amigo levantó la cabeza para poder verlo—Están fuera de la casa,—explicó—probablemente hayan ido al gimnasio.

—¿Y eso qué tiene?

Kyle suspiró pero su expresión seguía igual de aburrida—Eres tan lento.—murmuró—Alguno de ellos habrá tomado tu botella, idiota.

—Buen punto. Gracias, sabelotodo.—agradeció saliendo de la cocina.

Al estar solo, el pelinegro agarró su celular nuevamente para navegar por Internet ya que no encontraba una botella igual a la de Jughead, esa misma botella que él había roto horas antes cuando la tomó sin permiso.

—¡Kyle, ¿juegas?!—preguntó Ethan desde la sala.

—¡En la próxima partida me uno!—contestó sin darle mucha atención—ñ¿De dónde mierda sacó esa botella? ¿La trajo de Narnia o por qué no se consigue?—masculló por lo bajo.

Y claro que era difícil de conseguir, no todo el mundo andaba con una botella gigante que te animaba a tomar los litros necesarios de agua.

—¿Planes para el fin de semana?—preguntó Charles.

—La fiesta de siempre.—contestó Ethan—Aunque podríamos poner alguna temática como para no aburrir.

—No seas ridículo, estamos algo grandes para eso.—se quejó Jughead.

—A Jughead lo disfrazaremos de conejito.—se burló Charles.

Antes de la cena con Betty, Archie había avisado a los chicos que si la habían visto, debían guardar silencio porque su hermano no lo sabía. Aunque solo a Jughead le resultaba familiar.

 Aunque solo a Jughead le resultaba familiar

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Escrito: 19/08/2021
Publicado: 12/01/2023

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