Contracorriente | La Historia de Annie Cresta y Finnick Odair

Isla de los Condenados

Meghan Swan tenía muchas cosas cruzándole por la cabeza desde hacía días atrás, consiguiendo que el huracán azotando a su Distrito fuera nada al lado del embrollo que se había generado desde que ganó su amiga, Annie, quien la miraba azorada mientras que la anciana trataba de calmarla.

Mags Flanagan. Tenía a 2 vencedores en la casa- 3 si contaba a Annie, claro-, y los tres la miraban expectantes, el rubio claramente malhumorado a pesar de sus intentos por permanecer neutro.

Finnick Odair...por más que trataba, no podía alejar la imagen de él masacrando gente siendo apenas un niño. ¿Qué no sería capaz de hacer ahora, siendo un hombre hecho y derecho? Al parecer sus padres pensaban lo mismo, pues explicaban con cautela todo lo que había ocurrido, dirigiéndose directamente a Annie...

-...Apenas se dio la noticia de que ganaste, todo el 4 hizo fiesta, pero entonces empezó a llover muy fuerte y supimos que ya había llegado el huracán, así que todos en la plaza fuimos a casa para refugiarnos. Los días pasaron y no regresaban, lo cual era raro, pero creímos que era por la tormenta, así que no le dimos importancia. Los Cresta nos pidieron ayuda para poder mandarte algo a la arena, por lo tanto, recibimos dinero cuando ganaste, dinero que es de tu familia y que planeábamos devolver apenas nos lo dieran, pero cuando fuimos a verlos para resolver ese asunto, antier, notamos que la puerta estaba abierta y que había sangre en el piso. Cuando entramos vimos a Marlowe con una herida de bala en la pierna, desmayado. Con el estruendo de la tormenta, nadie escuchó que se metieron a la casa o si gritaron siquiera para pedir ayuda. No había señales de tus padres, y tu hermano estaba muy malherido, así que mejor lo llevamos al hospital lo más rápido posible...

Annie, claramente ansiosa, subió sin decir palabra alguna, probablemente a ver a su hermano, dejando la tarea de seguir interrogando a Finnick y Mags.

- ¿Por qué están aquí aun?

-El hospital está a reventar con gente herida del muelle, no están dando piso. Apenas lo estabilizaron, lo enviaron a casa con instrucciones de seguimiento, y nosotros nos dimos a la tarea de cuidarlo en lo que había noticias de los señores Cresta, o que Annie volviera, lo que ocurriera primero. Lo hubiéramos llevado a nuestra casa, pero notamos que habían robado al notar la que estaba vacío aquí, así que decidimos quedarnos a cuidarlo a él y a la casa. No queríamos que Ann no tuviera un hogar al cual volver...

- ¿Y no temieron que les pasará lo mismo? ¿Qué quien sea que atacó a los Cresta volviera? - regañó Finnick por su imprudencia. La realidad era que no estaba enojado con ellos, si no que con Snow, pero fueron ellos quienes dieron la cara y no pudo contenerse.

-Si quien lo hizo nos tuviera en la mira, nos atacaría en esta casa o en la nuestra- respondió Meghan cortante, claramente molesta por el tono que Finnick usó para dirigirse a sus padres.

-Que bien que no les pasó nada- dijo Mags con sinceridad, volviendo al tema-. Y qué bueno que los Cresta tengan a personas como ustedes de su parte.

- ¿Deberíamos denunciar lo ocurrido?

-No creo, señor Swan. De hecho, me alivia escuchar que no lo hizo. Esperemos que el hospital no levante reporte...

-... ¿Pero por qué? - preguntó la señora, confundida.

-Los Agentes de la Paz son los únicos legalmente armados en el distrito- respondió Meghan antes que Finnick, comprendiendo. El rubio solo asintió, dándole la razón.

-Pero los Cresta no son problemáticos, ¡Neil es del ayuntamiento! - exclamó el señor Swan, horrorizado.

-No sé qué más decirle, señor Swan. Como dijo Mags, lo bueno es que llegaron a tiempo para atender a Marlowe, pero por su seguridad, sería mejor que nadie más se enterara de su rol en su recuperación...-Finnick se esforzó en sonar educado, pues no quería fastidiar más a Meghan, quien parecía comprender todo mejor que sus padres. A él tampoco le haría gracia que alguien le hablase mal a Mags...