Capítulo III

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"Amar con el corazón no es difícil, lo complejo es depender tanto de una persona hasta el punto de no soltarla nunca más"

— Siéntate en la silla de ahí — Apunta YoonGi a Sunoo, mientras acuesta al alfa en el sofá de la sala.

El azabache lo hace, incluso estando perdido en todo lo que ve. Hay un gran ventanal que muestra la gran altura del octavo piso en el que se encuentra y no puede creerlo, porque él, siendo la posición más alta en toda Gojoseon, nunca había estado a tan alta altura de tierra firme. Además, había demasiadas cosas que se veían de oro y de plata en todo el apartamento, un comedor de mármol blanco pulido que ni su castillo poseía junto con un amueblado del que pensó, en su ignorante inocencia, que era la cama.

"En qué cosas tan pequeñas duermen" piensa en su interior.

— ¿Cuál es tu nombre, Niño? —Suelta de repente el mayor. Sabe que es una mala idea pero se limita a no decir ni una palabra, concentrándose en el movimiento de sus dedos para así evitar empeorar la situación diciendo algo erróneo al Alfa del cual desconoce. Sus rodillas siguen ardiendo y está agradecido de que pueda sentarse porque ya se le dificultaba caminar, YoonGi nota eso y enseguida le manda un mensaje al doctor que siempre lo ha atendido desde que es pequeño. Es amigo de la familia por lo que sabe que no habrá problema en hacerle saber del asunto, pues es el mejor guardando sus secretos.

Busca el botiquín en el baño del apartamento y agradece haber conseguido uno para ese apartamento, después de todo no es el mismo que donde vive con JungKook. En estos momentos está agradecido de comprarlo tiempo atrás porque ahora lo puede utilizar para esta circunstancia tan extraña que le ha hecho tener más de un susto.

Ahora que lo piensa, le tocara encargarse de un montón de cosas como: decidir si llamar a la policía, cuidar de dos adolescentes, mandar el auto al mecánico o comprar otro auto, contestar la llamada de HyunJin antes de que se vuelva loco y –la más importante– hablar con su mejor amigo de esto.

La verdad, no sabe si regañarse por irse tan tarde o alegrarse por ser él quien haya encontrado a esos niños

Cuando regresa a la sala todo está como lo dejo, así que sin más se acerca a Sunoo, quien se aleja empujando la silla para atrás con los pies cuando lo ve caminando hacia él junto con algo en la mano. Sin embargo no nota que pésima idea fue hasta que siente como la gravedad hace su efecto y del impulso en el intento de escapar, cae de espalda con la silla tras de él.

— ¿Puedes calmarte un momento? – Reclama el Alfa fastidiado, alzando al chico y a la silla del piso. – Por si no lo has notado, traigo un botiquín para curarte las malditas heridas que tienes en la rodilla y tú solo intentas hacerte más daño así que, si no es mucho decir, ¡puedes quedarte quieto por un jodido momento! –Suplica perdiendo la poca cordura que le quedaba, apretando el tabique con sus dedos para conseguir calma.

Kim baja la guardia al verlo tan alterado por su culpa, quedándose extremadamente quieto y dejando que el mayor tome su pierna para desinfectarla. Lo primero que hace es pasarle un paño húmedo para limpiar la extremidad ensangrentada y llena de barro. El chico mantiene una postura tan tensa que cualquiera puede darse cuenta, más alguien tan observador como el mayor.

— ¿Sabes que si no respiras, te mueres verdad? –Pregunta, logrando que enseguida el menor deje salir el cálido aire que tenía aguatado. Min ríe todavía más fuerte al ver su cara tornándose roja de la vergüenza. –No te comeré, no ahora por lo menos –Comenta un poco divertido y sorprendentemente el azabache, entendiendo la burla, también suelta una pequeña risa.

— Kim Sunoo.

— ¿Qué? –Suelta confundido la pierna que estaba limpiando para mirar al niño a los ojos.

Lost in time |Taekook|Where stories live. Discover now