"El Sol se oculta en el horizonte y la Luna baña con su blanca luz al oscuro mundo que con su máscara de bien, disfraza su maldad".
En el castillo del Alfa Kim los pasillos permanecen en silencio como cada noche, hasta que las pisadas son escuchada...
"Si muero quisiera confesarme y decirte lo que nunca pude. Por cobarde e ingenuo te perdí. Por arrogante y desesperado te dañaron. Pero, por fortuna, me encontraste cuando más nos necesitábamos.
Aun así, me pregunto: ¿Quiénes somos?"
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Parpadeó varias veces, consternado por lo que acababa de escuchar. El alfa frente a él lo miraba buscando una respuesta mientras mantenía una sonrisa que aún con cada segundo que pasaba, persistía.
— Quiero conocerte más. —Volvió a hablar Kim, al no recibir respuesta por parte del omega.
— ¿Es una cita? —Pregunta en tono bajo con las mejillas tan rojas como una manzana, algo de lo que TaeHyung no quiere ni puede apartar los ojos.
— Solo si tú quieres.
— ¿¡Quién quiere salir contigo!? — Se tapa la boca con ambas manos ante el pequeño salto del hombre ante el grito. Es inevitable sonrojarse y por ello se odia. Siempre ha sabido cagar los momentos más inoportunos por sus nervios. — Lo siento. Lo siento. Es que sufro de ansiedad y tu dijiste cita. Y yo grite. Y quieres salir conmigo. Y quiero salir contigo. — Contesta un poco ido.
— ¿Quieres salir conmigo? — Pregunta animado el alfa.
— ¡No! — Abre los ojos al darse cuenta de lo que acaba de decir. — Quiero decir, ¿sí? — Sonríe ampliamente con nerviosismo y una cantidad considerable de sudor bajando su frente.
Se sorprende cuando una carcajada resuena por todo el Café. No puede creer las ocurrencias que ha mencionado frente a Kim. Ha sido tan torpe e inexperto que está seguro de la imagen tan deplorable que el alfa debe tener de él en ese momento.
Por el contrario, el corazón de TaeHyung está dando saltos de alegría, porque lo que su lobo y mente no pueden concebir es la existencia de un omega tan malditamente tierno. Pero, lo que todavía más remueve al sensible Kim, es que ese omega sea su destino.
— Ya entendí, si quiere esa cita.
— No lo he llamado cita, TaeHyung-ssi. — Mantiene la cabeza baja debido a la timidez.
— Entonces no queda otra, me quieres a mí. —Engrandece su sonrisa cuando ve cómo el contrario levanta la cabeza cubierta de tonos rojos y lo apunta con el dedo murmurando incoherencias que ni el oído prodigioso de TaeHyung es capaz de escuchar. —Tranquilo, JungKook-ah. Yo también estoy ansioso por nuestra no-cita.
Toma el dedo con el que lo apunta y lo mantiene en su mano durante un tiempo hasta que un grito se roba su atención.
— ¡Jeon, ¿con qué permiso te estas tomando un descanso?!
