Capítulo IV

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"Aquí es cuando el mundo se quiebra, siento como caigo solo en la oscuridad, pero me da más miedo que no estás aquí"

El polen revolotea en el aire mientras el sol es escondido entre una de las múltiples nubes en el cielo. Una tormenta estaba a punto de hacerse presente en ese bosque, pero el rubio no hacia ni un leve movimiento para regresar a su hogar, descansando alrededor de unas flores blancas de las que desconocía el nombre y viendo los florecidos arboles de cerezo.

TaeHyung siempre tuvo una fascinación por la naturaleza de la tierra, un amor que ningún ángel o ser místico entendía como él. Se sentía en paz cada vez que pisaba el mundo terrenal, como si una fuerza le pidiera que se quedara ahí para siempre. Sin embargo, no sabía para qué.

Caía en un sueño hasta que escuchó las lentas pisadas de alguien detrás de él, asustándose inmediatamente. Los humanos no pueden verlos, es la ley para todos a menos que El Todo Poderoso lo ordene. Aunque Kim siempre pensó que solo crecía una gran brecha entre ambos mundos que no tenía razón alguna de ser.

Se pone en posición para volar, escapándose de quien sea que pueda descubrir su existencia.

No tiene intensión de cerciorarse que es hasta que escucha unos sollozos y la poca cordura se va, dando paso a su inmensa curiosidad. Necesita saber quién es, por lo que su deseo mueve su cuerpo en dirección al sonido, caminando sin hacer la mínima bulla mientras se escuchan unos truenos a la distancia, indicándole que pronto empezara a llover.

Cuando presencia al dueño del llanto ya no hay vuelta atrás para él, el mundo al que no pertenece, desaparece y se ve envuelto en un sinfín de emociones que no tienen sentido. Es un chico, tiene el pelo azabache y la piel más blanca que haya visto. Emana un olor que le recuerda a las semillas que el ángel NamJoon le mostró luego de su misión por la tierra de la diversidad, aunque él la llama, "La no descubierta".

Se encuentra arrodillado en el suelo a la vez que tapa su cara con sus manos, sin ser consciente del exterior, sin querer ver su cruel realidad, sin mostrar las lágrimas que significan su debilidad.

TaeHyung ve su ropa ruñida e incluso lo ensangrentada que está cuando el pelinegro quita las manos de la cara y deja de encorvarse, colocando una posición parecida a una súplica mientras mira al cielo. Ve como sus labios se mueven, lastimosamente no puede entender que está diciendo a pesar de todas su intención por ayudarle.

Siguen sonando los ruidos de la pronta tempestad y como si del destino se tratara, cuando ambas miradas se conectan, el cielo empieza a llorar. El pelinegro se asusta al ver a aquel ser que con sus blancas alas permanece a una distancia muy corta.

¿Qui-quién eres? — Pregunta, alejándose del ángel.

No temas de mi —Trata de tranquilizarlo, cerrando la distancia de ambos. Esa cortada en su pecho se ve tan fea y el rubio sabe que si no hace algo el chico podría terminar en malas condiciones. — Quiero ayudarte con eso, por favor — Apunta a su herida.

Se resigna en su lugar, esperando a que el otro ser acorte toda distancia entre ellos, porque cualquier cosa que le haga no va a ser peor que la muerte que su propia sangre ha intentado provocarle.

Siente unas manos cálidas tocando su herida, pero el tacto en vez de doler, reconforta. En cambio cuando Kim lo toca solo ve desastre; observa a una mujer con un hanbok rojo, sonriendo muy cínicamente mientras mira la corona que tiene en sus manos; luego escucha el sonido que dan las espadas junto a los desgarradores gritos de humanos siendo masacrados. Por ultimo solo puede ver la hermosa cara del chico sin vida, sus ojos vacíos y sus labios ensangrentados solo lo hacen jadear.

Lost in time |Taekook|Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang