Capitulo 3

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Tanit

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Tanit.

Morrison.

Cuando me levanto me percato que voy a llegar tarde a la central. Me baño rápidamente y me cepillo los dientes para dejar una nota y salir rápidamente.

El estomago me ruge al no comer pero lo ignoro ya que no puedo llegar más tarde. Me subo a otro Ferrari que tengo en la casa de mi hermano para conducir a toda velocidad a la central.

Una vez que llego me detengo en la puerta de acero y coloco mi huella en un pequeño aparato ocultado entre los arbustos. Las puertas se abren lentamente y es una tortura porqué solo me retrasa más.

Una vez que se abren completamente me estaciono en mi lugar y veo una nueva camioneta nueva en el lugar de un general ya retirado, frunzo el ceño por eso. Me bajo para correr a los camerinos y colocar mi uniforme.

—¡Eso debe estar bien puesto!—grita un hombre y me percato que todos están alterados.

Olvido eso y corro para ver a mi tropa perfectamente alineada con Alexei al mando. Me preparo internamente para lo que viene y coloco mi peor cara.

—¡Buenos días mi capitán!—me planto frente el firme y seria como siempre, el me repara de arriba a abajo.

—¡Son estas las horas de llegar!—me grita y yo lo quiero golpear por eso. No respondo, eso lo irrita más—¡Le hice una pregunta!

—No fue pregunta fue una afirmación—le respondo tranquila, si hay algo que me encanta es irritar a la gente que me odia.

—Graciosa—espeta—Veremos si seguirás siendo graciosa luego de lo que te haré.

—No soy graciosa pero gracias—mi cara se mantiene tranquila cuando él se acerca peligrosamente.

—¡Veinte vueltas en toda la cancha!—dispone y mi estómago vuelve a gruñir.

—¡Necesitan ir ya a la ceremonia!—grita un soldado salvándome—¡Se presentará al nuevo general! ¡Repito se presentará al nuevo general!

—Creo que lo tendré que hacer después—lo irritó—Permiso mi capitán—me alejo de el montón de idiotas.

Me voy al lugar donde la ceremonia se llevará a cabo. Me indican que me siente en mi lugar reservado de teniente coronel, y me acomodo para esperar a ver quien será el idiota inocente que no hará nada para calmar toda esta central. Todos llegan a sentarse y la ceremonia empieza.

—Buenos días—dice un capitán al micrófono—Les informaremos que esta ceremonia es debidos que ya tenemos un nuevo general de primer rango, luego de lo qué pasó con el último—niega—Pero deben recordar que él tiene un poder supremo en la central de Seattle por lo tanto llevará el orden en todas las cosas de este lugar y sin derecho a reclamar—todos asentimos—Recibamos con un fuerte aplauso a Nikolaj Morrison.

Peligrosa Adicción Where stories live. Discover now