Capitulo 6

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Odio.

Tanit.

Hoy me muero.

Me encuentro en casa sola ya que luego del viaje me dijeron que podía tomar la tarde libre pero no tengo nada que hacer por lo cual estoy bebiendo en mi sillón aburrida.

Pienso en muchas cosas de mi vida, extraño a mi madre y papá debe estar de viaje por lo cual ella debe estar sola, aunque no la vea casi nunca es la única que no me juzga por nada.

Siento que tocan la puerta y me levanto un poco mareada, lanzo la ropa que se cruza en mi camino, abro para ver a mi mejor amiga sonriente.

—Hola Tanisita—entra mientras deja su bolso en la entrada.

—No me digas así—me enfado.

—Tengo qué decirte algo importante—se sienta en el sofá para que le da un trago al Vodka.

—¿Que sería?—le arrebato la botella.

Levanta su mano derecha y la inspeccionó para encontrar algo, hasta que mis ojos chocan con algo brillante en su dedo anular.

—No me digas que...—ríe abiertamente.

—¡Siiiiii!—comienza a saltar en el sillón—¡Me pidió matrimonio! ¡Seré la señora de Tyler Woods!

—Al fin hace algo bien ese hombre—la detengo—¿Tú estás segura?—le pregunto.

—Tu sabes que tenía mis dudas respecto a él—se sienta correctamente—Pero ahora se que lo amo y que de verdad me quiero casar—le brillan sus ojos.

—Si eso es lo que quieres—la apoyo—Te felicito futura señora Woods—le sonrío castamente, ella me abraza, obviamente se lo devuelvo con las mismas ganas ya que eso hacen las mejores amigas.

—Gracias...—suena el timbre, ella se levanta para ir ha la puerta y que entre Eiza con dos botellas de Whisky, una sonrisa que dice: Hoy bebemos

Vine apenas supe la noticia—abraza a Sofia—¡La futura novia!—sonríe.

—Dame una botella—Sofia le arrebata una botella y la abre para dar un trago largo que nos hace quedar sorprendidas.

—Toma—Eiza me ofrece una pero le muestro la mía—Bebiendo de temprano me gusta.

—Hablando de gustar—se sientan—A Tanit le gusta el general.

Me atraganto con la bebida y comienzo a toser. Eiza me golpea suavemente la espalda, cuando acabo me limpio con la manga mi boca.

—Estás loca—digo una ves que me calmo.

—Vi las miradas que se dieron ayer—acusa mi mejor amiga—Esas miradas no son normales amiga.

—¿Como eran?—pregunta Eiza bebiendo.

—Eran de seducción segura—me miran—¿Paso algo entre ustedes?

—No—niego rápidamente.

—¿Ósea que no aún no conoces a la geneconda?—frunzo el ceño ante lo que dijo Sofi.

Peligrosa Adicción Where stories live. Discover now