Capitulo 24

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Último momento.

Nikolaj.

Estiro mis brazos ante el cansancio que tengo, mis músculos se tensan cuando flexiono y creo que esto es lo peor que me ha tocado vivir.

Tener a un Bianco en tu territorio no es algo agradable, menos cuando es el más "inocente" por no decir el más inservible, se sigue negando a hablar pero ya no es necesario ya que cree un próximo movimiento.

Estoy al tanto de que ellos pueden venir aquí a la central para atacar pero tengo un sistema más que preparado, haremos la vista gorda por ahora.

La noche comienza a salir, quiero un poco de distracción y por eso la llamo.

Suena una y dos veces para que al tercer pitido conteste.

Teniente coronel al habla—contesta—¿Que desea?

Ven—hablo más frío de lo que quiero.

—¿Nikolaj?—su voz se torna un poco más aguda—¿Como mierda conseguiste mi numero?

Dios esta chica me altera los nervios siempre.

—Eso no importa te estoy dando una orden, ven ahora.

Bien bien, ya iré—suspira antes de colgar.

Pasar tiempo con ella se me hace tolerable, no es mala compañía pero tampoco es como si la quisiera para siempre.

Me pude dar cuenta de que puedo tolerar a alguien que nos sea yo, y eso ya es muy humilde en mi.

Siento los pasos acercarse para que entre sin tocar, trae el respectivo uniforme, lleva una coleta que resalta sus facciones y esos hermosos ojos azules.

—General—saluda—Estoy a su disposición.

Algo que jamás olvidaré

—Salgamos hoy—le propongo—Solo tú y yo.

—Pensé que esto era de trabajo—camina un poco—¿A donde quieres ir?

—Será una sorpresa—medio que sonrió—Tómalo como un regalo por tu desempeño en la central.

Se comienza a reír por lo que dije, no sé qué le parece gracioso no dije nada malo o raro, me enfado cuando la risa no cesa en ella.

—Si o no—me mira intentando contener la risa.

—Si brujo—es preciosa—Gracias por el regalo del desempeño en esta central pero podrías haber dicho que querías follar y ya.

—Tú lo dijiste no yo—le hago una seña para que entienda se debe seguir con lo suyo—Nos vemos después.

Se marcha sin despedirse y me quedo mirando por donde se fue para suspirar, debo terminar algo antes de salir.

Salgo de la oficina para caminar a una celda en especial, camino a paso apresurado para llegar y verlo tirado en ese piso lleno de suciedad.

—General que placer verlo—me sonríe antes de levantar la cabeza.

—Dime algo Giovanni—toco la reja—Cuanto te podría doler si te aplico la electricidad.

Peligrosa Adicción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora