Volumen 8: Capítulos 241

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Vicente cae rendido al suelo y con los ojos cerrados.
Amorest se adelanta unos pasos y le grita muy enojada y con llanto a los asesinos “¡¡¡Mald*tos!!! ¿Porque la iglesia Flamee esta atacando el palacio del emperador?.”
En los primeros segundos no recibe una respuesta, pero luego una risita molesta, asquerosa y macabra surge de entre medio de todos los asesinos.
Eso molesto mucho a la emperatriz. Sin embargo, en el momento que iba a hablar, es interrumpida por el dueño de esa repugnante sonrisa…
Este, poco a poco salía de entre medio de todos los asesinos.
Su vestimenta era igual a la de los asesinos, pero la diferencia estaba en lo grande que era la ropa que llevaba.
Las túnica, al igual que la de los asesinos era oscura, naranja y cubría su rostro.
No obstante, esta era muy grande y larga. Sus túnicas se arrastraban por el suelo y Amorest al instante se dio cuenta de que la persona que iba a hablar era un cardenal de la iglesia flamee y uno que estaba bajo el mando directo del Santo de la iglesia Flamee.
“¡Hola! Gran flama del imperio.”
Dice el cardenal en un tono muy asqueroso a la emperatriz.
Así como Adeben tiene el apodo del “Gran emperador Fénix”, la emperatriz tambien poseía uno y su apodo era el que el Cardenal acababa de mencionar.
[Amorest] “Cállate la boca, Cardenal.”
“Como se atreve un integrante de la iglesia a atacar a personas de la familia real.”
“Incluso hirió a mis sirvientes. ¿usted está loco?.”
“¡¿Qué pensaría el Santo si se enterada de que uno de sus vasallos esta aprovechando la mala situación del pais para atacar a integrantes de la familia real?!.”
《¡No puede ser!...Estábamos a punto de cumplir nuestro sueño y ahora sucede esto… ¡Porque tiene que pasar esto en el momento que estábamos a punto de marcharnos!.》
Sus brazos y piernas empiezan a tiritar y su cuerpo poco poco transpira por los nervios.
Los alrededores de sus ojos estaban paspados y sus ojos celestes completamente brillando por las lagrimas que retenía.
Cierra sus ojos y meditan sin preocupaciones y dudas…
《No tengo más opción. Tendré que ganar tiempo. Me arriesgare a darle una vida feliz aunque sea a mi hijo y a mi amiga. Con eso me conformo.》
Luego de que transcurrieran al menos 5 o 10 segundos de que ella le hubiera hablado al cardinal, abre los ojos e impone su autoridad.
Hace segundos temblaba. Ahora ya no.
Los nervios se esfumaron y solo quedaba una Amorest dispuesta a darlo todo por la felicidad de sus seres queridos.
La mujer hace una pose arrogante y dice “Eres un Cardinal. ¿porque haces esto?.”
“¡Responde a lo que pregunte hace un rato! Soy la emperatriz de Flamee. Aunque mi muerte llegue, al menos tengo derecho a saber el motivo de que estés aquí.”
El cardinal se queda en silencio por unos diez o quince segundos. Sin embargo, rompe ese silencio entre risas y mientras se retorcía.
Nuevamente dejaba escuchar esa sonrisa repugnante y de maniaco.
El Cardinal se calma y segundo a segundo deja de reírse.
“Oh, tienes razón, Emperatriz. Le he faltado el respeto y debería de darle los honores que posee como la flama que acompaña al emperador, le pido disculpas de la manera mas humilde que puedo.”
Muchas palabras sarcásticas.
Al mismo tiempo que mencionaba eso, hacia una reverencia bajando su espalda y poniendo su mano en el pecho.
“Creo que así esta bien.”
“Bueno, dejando de lado mi falta de respeto, permítame darle aunque sea una mínima consideración por la lamentable y penosa vida que ha vivido junto a su esposo…”
“El motivo por el que estoy a punto de matar a todos los de la familia real, se debe a que en realidad la iglesia Flamee esta haciendo un golpe de estado en contra del gobierno de la familia real, asi que mi líder, el Santo de la iglesia Flamee, no creo que este molesto por esto, después de todo es de quien sigo ordenes.”
“¡Ah!, como un bono por lo que pregunto, déjeme contarle que todo lo que está sucediendo en este momento fuera del palacio se debe a nosotros.”
Esas palabras sorprendieron y dejaron mala impresión en todos los que no eran asesinos.
Era algo raro para todos.
Costaba creer que la mismísima y poderosa iglesia Flamee se interesara en el gobierno o aun mas raro, en hacer un golpe de estado.
Siempre fueron cerrados y no muy activos con cosas relacionadas a la política.
《Quien iba a pensar que estarían detrás de esto, pero todo se hizo mas creíble cuando vi a ese individuo volando en escoba frente a la entrada del palacio.》
….
….
《¡Espera! ...Recuerdo muy bien haber escuchado a Blofebus decir algo con respecto a la iglesia y sobre que se estaban moviendo…¡Entonces el se refería a esto!. Como se esperaba de el. Siempre sabe todo.》
《Además, ahora que lo pienso, es obvio que ellos supieran de esto, ya que antes de ayer, cuando Zero se reunió con nosotras, nos dijo que nos quedáramos adentro.》
《Era consiente de esas palabras, pero hasta este momento no las había razonado.》
《Es un poco raro que me ponga a pensar en algo que no me va a servir de nada, pero al menos algo de tiempo les hice perder.》
El Cardenal ríe y con estas palabras saliendo de su boca “Bueno……*Cambia su tono tranquilo a uno muy rápido y acelerado*…… ¡Le llegó la hora emperatriz!.”
Junto con esas ultimas palabras, el Cardenal desde debajo de sus largas mantas negras con naranja saca pequeños cuchillos y los lanza contra Amorest de manera imprevista.
Son tres filosos y pequeños cuchillos los que se dirigen a ella.
Su expresión seria poco a poco cambiaba por una de miedo a medida que su muerte se acercaba.
Mirth, sostenido por Zeltia, gritaba a llantos por su madre.
La concubina estaba en el mismo estado de llanto que Mirth.
Las sirvientas sueltan un grito de reacción ante lo que Observaban.
Estaba a punto de sucumbir a su muerte.
Cierra los ojos como ultima alternativa.
No obstante, mientras cerraba los ojos de una manera algo parecida a cámara lenta, la dama se ve sorprendida por una repentina sombra en frente de ella.
La emperatriz no puede evitar reaccionar alterada ante lo visto “¡Queeeee!”
Seguido de esa sorpresa, una voz masculina interrumpe su asombro “Por favor, No grites…Gracias por esperar.”
Cuando se fija bien en la espalda del hombre que estaba en frente, unas lagrimas de alivio salen de ella y sus piernas caen rendidas ante la tensión.
《Una gran espalda con gigantes alas con plumas.》
《Un cabello corto oscuro y una voz misteriosa y seria…》
《No puede ser otro individuo mas que esa persona.》

XXX
C

uando Blofebus vio que una de sus personas Vip estaba en peligro y a punto de ser asesinada, no dudo en ir mas rápido e interponerse en la muerte del individuo.
Los tres cuchillos pequeños, que ahora se dirigían a Blofe, son detenidos en el momento y a una gran velocidad por las manos del demonio.
Las armas quedaron sostenidas entre los dedos de Blofe.
《Oh, llegue en el momento justo.》
《Por poco casi le ocasiono nuevos problemas a su majestad.》
Tras meditar eso, oye un fuerte grito de Amorest proviniendo desde su espalda.
El suspira y le dice de manera amable que no grite.
Al mismo tiempo le agradece por haber esperado a su llegada.

Mi Reino Fue Transportado A Otro Mundo 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora