Volumen 9: Capitulo 338

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Nota: Estoy intentando solucionar esto de que los párrafos aparecen todos juntos.

XXX

“Muy bien hecho, ahora la niña podrá tranquilizarse gracias a ti.”
La vampira se sonrojo y las que tenían a los otros niños también lo hicieron.
Tras eso Yossu volvió a la vida a todos los niños y todos tuvieron el mismo problema o trauma.
Cuando sus recuerdos volvían obtenían un fuerte trauma.
Era de esperarse algo así. Habían sufrieron mucho con lo que vivieron antes de morir.
Sin embargo, gracias a todas las vampiras pudieron tranquilizarlos.
Verlas actuar de esa manera las hacia ver como madres ejemplares.
Además, a medida que curaba a los chicos las vampiras de hielo ponían sus cabezas para que su padre las acariciara.
No era nada raro.
Después de todo si era su padre.
Izet y Tiamat sintieron muchos celos, pero se contuvieron a pesar de que ardían en furia desde sus lugares.
Para finalizar las mujeres de hielo se fueran de la sala junto a los niños.
Con esto ya hecho su majestad se había sacado un peso de encima.
Quería darle un regalo a su amiga elfa.
Al principio Yossu la trataba como una herramienta, pero con el tiempo pudo ir encontrando en ella una amiga.
Deseaba enviarle de vuelta sus niños para hacerla feliz y mostrarle que no se había olvidado de ella.
Al finalizar con esto ya casi no quedaba nada de que hablar.
Lo único que quedaba por hablar era sobre sus viajes.
“Me alegra bastante que Félida vaya a poder disfrutar todo el tiempo que quiera con sus hijos.”
Menciona con una sonrisa.
Tanto Izet como Tiamat asintieron con sus cabezas.
Si bien no mostraban ninguna alegría, en realidad estaban felices por esos niños.
Lo mismo ocurría con las novias de Blofebus, las dos estaban felices, solo que estas si lo demostraban con una sonrisa.
En flamee era normal que las esposas del rey ocultaran sus sentimientos y expresiones, pero ahora eso era pasado.
Podían reír y demostrar sus sentimientos todo lo que quisieran.
Ah, en realidad, Zeltia siempre demostraba sus sentimientos con gritos y expresiones graciosas, así que la que más se soltó fue Amorest en este caso.
“Para finalizar con esta junta voy a darles sus siguientes ordenes.”
Menciona su majestad ya con un tono serio y distinto al de hace un rato cuando hablaba sobre los niños.
Obviamente ese tono fue señal para que los demás tomaran muy en serio de lo que su majestad iba a decir a continuación.
“Voy a comenzar con el orden de siempre, así que, Nazar será el primero.”
“Como ya lo hablamos hace un rato Nazar seguirá con su trabajo de proteger el país en ausencia de algunos generales y además, se encargará de ver el funcionamiento de algunas de las reformas y de las construcciones de afuera de las murallas.”
“Se que deseas conocer algunos lugares de este continente y cuando sea el momento te daré algunas misiones para que hagas afuera de nuestro país.”
Nadie se negó y Nazar con mucho orgullo acepto.
Estaba feliz de que su rey supiera lo que deseaba, así que acepto con una sonrisa bastante rara, que causaba repugnancia a todos los demás generales.
Era bastante raro que una calavera sonriera.
“Faulus se encargara de revisar el bosque Toby como es de costumbre y hará el trabajo que le di con respecto a los minerales.”
Después hablo de Blofebus, pero no tenía nada nuevo que hacer.
Lo único que debía hacer era seguir apoyando a Flamee como un noble del país e informar sobre cualquier suceso o  decisiones que ocurrieran en el lugar.
“Ahora le toca a Breisha.”
Menciona en un tono bajo.
“¡Tercer general Breisha!.”
La ángel se pone firme y a disposición de su rey.
Era algo rara su expresión, ya que trataba de estar seria, pero su seriedad era algo rara.
Parecía algo cómica su expresión mientras trataba de no dejar salir su típica Sonrisa alegre.
Digamos que era difícil para la ángel evitar sonreír.
“Para ti tengo una misión muy importante además de cuidar el pueblo demi-humano…”
“Necesito que hables con la reina de Leville y le hagas saber nuestros límites territoriales.”
“Si le dices eso a ella estoy seguro de que no querrá saber nada con nosotros y mucho menos acercarse a nuestra ciudad.”
“Después de lo que le hicimos en el reino elfo es muy poco probable que desee meterse con nosotros.”
Dejo de lado toda intención de seriedad y Breisha no pudo evitar sonreír y gritar al escuchar la emocionante misión que su majestad le había encomendado.
“¡Como usted diga, Yossu!.”
Desde lejos ya podía sentir el aura amenazadora de Tiamat.
Y así, Breisha se quedó quieta como una linda perrita.
Seguido de eso sus palabras se dirigieron a su heredera.
“¡Segunda general Izet!.”
“No se que voy a hacer sin ti en el tiempo que no estés.”
“Me voy a dormir con todo el papeleo, así que promete que volverás lo más rápido de nuestras ciudades elfas.”
La vampira iba a estar a cargo de llevar soldados al territorio elfo y traer a los soldados que iban a hacer los ejercicios conjuntos con los militares de Orbis.
Tras aclarar la misión de la general Izet su majestad empezó a hablar con la última general.
Su majestad no hablo nada nuevo con la dragona.
Solo aclaro que ella junto con Diana iban a continuar trabajando en la formación de la policía secreta de Orbis.
Lo único nuevo en esto, fueron las siguientes palabras dichas por Yossu “Además, el nuevo general va a ayudar a Tiamat y Diana con el entrenamiento de las nuevas sirvientas.”
En ese momento un gran grito salió del fénix.
Estaba en contra.
Quería disfrutar de sus largas siestas en su nueva casa, pero para su mala suerte no podía negarse y de alguna forma terminó aceptando.
Con todo esto aclarado Yossu dio sus últimas palabras…
“¡Vayan y cumplan con sus deberes mis generales!.”
Un fuerte “Si” se escucha acompañado de él ruido de sus cuerpos formados.


XXX


En algún lugar del continente y dentro de un gigante edificio lleno de pilares altos yacían siete personas con túnicas blancas sumamente largas y que se arrastraban por el suelo.
La telas parecen ser súper costosas, pero no se comparaban en nada a las túnicas del individuo que estaba en medio de todos.
Por dentro de este edificio había tapizados celestes, acompañados por un color dorado por todos lados.
Había estatuas de un montón de armas a los alrededores de las alfombras de color celeste, que llevaban hacia donde estaban estas siete personas.
No había duda de que este lugar era muy majestuoso y perfecto.
También se notaba que este era bien cuidado en cada momento.
Los siete hombres al final del pasillo estaban parados y quietos en sus lugares.
A lo lejos las grandes puertas se abrieron acompañadas de un ruido que hacía semejanza a su tamaño.
Dos personas con tamaños opuestos entraron a la gran habitación.
Una de las mujeres era alta y llevaba en su espalda un precioso arco.
Su ropa era igual de hermosa.
Su vestimenta estaba muy pegada al cuerpo y de su cadera caí una pollera hacia atrás.
La ropa de la parte superior era marrón mientras que la de la parte inferior era un pantalón pegado a las piernas de color oscuro.
En uno de sus hombros rectos llevaba un cuerpo más grande de lo normal.
La forma en que se movía y caminaba era noble y perfecta.
La segunda de estas dos chicas era totalmente distinta a la arquera.
A diferencia de la otra, esta daba aires de ser una mujer que se tomaba todo en broma, como si se tratara de una niña.
Caminaba y se movía de una manera desordenada.
Hacia pequeños saltos por la alfombra mientras se reía y jugaba consigo mismo.
Al igual que su actitud, su altura también era el de una niña y su vestimenta era bastante demostradora.
La ropa dejaba ver su abdomen, la espalda y casi las piernas completas.
Llevaba una pollera blanca bastante corta con dos cuchillo oscuros y rojos en la cintura.
Los pechos de esta niña que no era tan niña estaban cubiertos por ropas oscuras.
De esta manera y juntas una al lado de la otra llegaron al frente de estas siete personas con vestimentas blancas y se arrodillaron con la cabeza bien baja.


-CONTINUARA-



Mi Reino Fue Transportado A Otro Mundo 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora