Cap 11

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Kubo ya no podía soportarlo más, ya tenía suficiente con perder a Leo, pero aún no lo aceptaba, dió un paso más para abrazarlo por el cuello y besarlo, no le importaba que en esos momentos sus lágrimas adornaran sus mejillas, el amaba mucho a Leo. Poco después ambos salieron del museo para ir de regreso a la panadería, el tiempo se les estaba agotando.

Hiro por otro lado estaba confuso, necesitaba respuestas de lo que había pasado con el caso Rivera que no fue resuelto hace varios años, su lado de héroe y detective lo podrían ayudar en esos momentos. Cuando terminó con los papeles que le pedía su tía se escabulló por las calles junto a Baymax, el museo ya estaba cerrado, eso lo ayudaría mucho en su investigación y a no recibir interrupciones. Se tuvo que ayudar del tamaño de su robot médico para poder entrar por la ventana, era de noche y la única luz que lo ayudó a fué la de la Luna, mientras lo hacía el robot le decía que eso era un acto de delincuencia y que podrían llevarlo a la cárcel, pero Hiro sabía cómo engañarlo para que no dijera nada y se quedara callado mientras entraba al museo.

Baymax estaba programado para insertar un código haciendo que todas las cámaras de seguridad que estaba resguardado el museo se apagaran durante el tiempo que el nipón esté en el lugar.  Bajó con cuidado de la ventana y con ayuda de la linterna en su celular fué revisando todo el lugar, la habitación podría ser muy tenebrosa a esta hora, pero eso no era ningún obstáculo para el, leería una y otra vez las descripciones que tenia en cada uno de los objetos que le pertenecieron a su cantante favorito, hubiera dado lo que sea para asistir a uno de sus conciertos que eran llenos de vida, color y alegría o eso era lo que demostraba en los videos de youtube, siguió así hasta llegar a la pulsera que fué encontrada en el lugar de su muerte, era una mala idea, pero ese objeto podría ayudarlo a encontrar una pista, sacó la misma herramienta que usó para cortar el vídeo de la ventana y la puso en el cristal, en cuestión de segundos la herramienta hizo un circulo perfecto y Hiro lo tomo en su mano para dejarlo a un lado y tomar la pulsera, ahora que la tenía en sus manos podía verlo con mas detalle incluso tenía un aroma un poco extraño, no olía como a un objeto viejo, mas bien era un olor de cempasúchil mezclado con el olor metálico de la sangre. Hizo una mueca de confusion, era extraño que aún con el paso del tiempo la pulsera conservara esos olores que seguramente eran de Miguel cuando estaba vivo, el sonido de su celular comenzó a sonar interrumpiendo sus pensamientos que estaban enfocados en el pequeño objeto en sus manos, sin ver quien era contestó.

-¿Hola?

Del otro lado solo pudo escuchar un suspiro muy molesto.

-¿Dónde estás? Llevamos una hora esperándote.

-¿Esperándome? ¿Para qué?

Preguntó confuso mientras seguía viendo la pulsera, pero estaba atento a la llamada.

-No te hagas el pendejo y date prisa

Entonces como si todo hiciera click en su cabeza recordó lo que tenia que hacer y porque Leo lo estaba llamando tan enojado, tenía que asistir a un ensayo para la boda esta noche, pero el lo olvidó por estar mas concentrado en el tema de Miguel, guardó la pulsera en su bolsillo, no creía que se molestaran por tomar algo que no le pertenecía ¿verdad?

-Estaré allá en 10 minutos

Dijo antes de subir de nuevo a la ventana, colgar la llamada y caer sobre su robot quien lo abrazó para evitar que el impacto sea muy duro. Se tardó un poco en llegar a la iglesia, pero por lo menos no faltó a su palabra de asistir.

-Hiro, ¿Trajiste los anillos?

Preguntó el robot blanco mientras que el otro trataba de recuperar el aliento por ir corriendo a la iglesia, Kubo por otra parte tenía un rostro un poco serio mientras arreglaba el cuello de Leo, no estaban vestidos de gala pero estaba hecho un desastre por no descansar como era debido y eso lo demostraba en su ropa toda desarreglada.

-Yo...

Empezó a tantearse en los bolsillos de toda su ropa pero no los tenía, eso podría salvarlo de los ensayos al menos por ese día, pero no contó que Cass había ido a su habitación unos minutos antes de los ensayos y los encontró sobre la cama de su sobrino, Hiro era un super genio pero era un poco descuidado con respecto a algunas cosas. 

-Toma, y no vuelvas a hacer eso Hiro 

Le dio la caja con los anillos en su mano, eso solo hizo que Hiro tragara en seco por el frío tono en su voz, tal vez luego tendrían una charla sobre lo que pasó en estos momentos.

El tiempo pasó pero Hiro ya estaba perdiendo la poca paciencia que tenia.

-Señor San Juan, otra vez, desde el principio: Con esta mano yo sostendré sus anhelos, tu copa nunca estará vacía, porque yo seré tu vino. Con esta vela alumbraré tu camino en la oscuridad y con este anillo te pido que seas mío. Ahora hágalo usted.

No todos los sacerdotes tienen mucha paciencia y este sacerdote era uno de ellos,  mientras Kubo veía preocupado a Leo por no recitar el juramento y cometía varias veces el mismo error de confundir las palabras una y otra vez, era lindo en cierto sentido, pero ahora era un momento serio y debía estar concentrado. 

-Si, si señor. Con esta vela

Leo se acercó a la mesa para encender la vela que tenía en su mano, pero estaba temblando y eso impedía que la encendiera, sentía la mirada de todos los presentes en la iglesia, por suerte solo eran ellos y no los de la prensa, sería muy incomodo como ellos grabarían ese momento o hacían "divertidos" comentarios frente a la cámara narrando lo que sucedía, tuvo que repetir 3 veces la frase solo porque su mano no paraba de temblar, miró de reojo como su abuela también estaba un poco preocupada por su nieto.

-Vamos Leo tu puedes

Luego miró de nuevo al sacerdote quien solo aclaró su garganta y luego regresó su mirada a la vela que ya estaba encendida por suerte del moreno.

-Con esta vela ¡Ja Ja!

Sólo bastó esa simple risa triunfante para apagar el fuego en la vela.

-Continúe 

El sonido de la puerta llamando distrajo a todo el mundo, mientras que Hiro llevaba varios minutos de brazos cruzados tratando de controlar sus palabras para no herir los sentimientos de Leo.

-Iré a abrir Doña Toñita

Dijo la nana Dionisia mientras se iba del lugar, la abuela de Leo solo asintió su cabeza.

-Creo que por hoy omitiremos la parte del juramento.

Después de unos segundos Dionisia regresó, pero un poco atónita, se acercó a la abuela de Leo y le susurró algo en el oído.

-Que pase de inmediato

No sabía que tipo de tono usó en su voz, eso definitivamente llamó la atención de los jóvenes comprometidos. 

-Soy muy malo para recordar fechas, pero al parecer me adelanté al día de la ceremonia

Los ruidosos pasos de dos personas hicieron eco en toda la iglesia, todos los presentes giraron su vista para ver de quien se trataba, los mexicanos y el asiático se quedaron con la boca abierta cuando vieron quien era. 

-¿M-Marco?

El moreno iba vestido con su típico saco azul, una bufanda blanca y pantalón del mismo color, pero esta vez no estaba solo, traía a alguien que nunca lo habían visto, al menos no por los demás, pero para Hiro y Cass era como si hubieran regresado en el tiempo para volver a estar con... Tadashi. 

 

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Mas allá de la muerte (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora