Mas allá de la muerte (Higuel)

Cap. 2

-oh Kubo, no debiste venir con nosotros-dice amable la mujer mexicana.

-descuide señora San Juan, ya le dije que no era ninguna molestia- el pelinegro negaba suavemente la cabeza- me gusta ayudarla a usted y a Leo.

-bueno si me necesitas estaré cerca- la mujer piel canela camino unos cuantos pasos y desapareció entre la multitud. Kubo miro por algunos minutos como aquella amable mujer desaparecía entre la gente, ahora el se quedaría a cargo de la exposición de pan mexicano. Miro que cada cosa estuviera en orden hasta cuando vio como un grupo de chicos se acercaron al lugar, el pelinegro muy amable les sonrió para luego atenderles. El grupo de tres chicos empezaron a señalar conchitas, campechanas, Pan de muerto y algunas Chilindrinas. Kubo tomo varios platos y con ayuda de unas pinzas colocaba el pan en los platos.

Mientras tanto los jóvenes se percataron del parche de Kubo que lo cubría su cabello, eso les dio una maravillosa idea.  

Molestarlo.

-apúrate ciego

-eres un inútil.

-eres muy lento

-¿Porque ponen a alguien como él para atender?

-Este es un evento de clase, no una beneficencia

Ante los diversos comentarios, el asiático no quería armar un alboroto en un evento tan importante, sus manos empezaron a temblar y en su cabeza solo resonaban esos insultos y risas, sus mejillas se sonrojaron y empezaba a ver todo borroso. Los jóvenes al percatarse de eso se acercaron a Kubo y comenzaron a empujarlo de los hombros hasta que llego a la pared, no podía defenderse le dolía mas los comentarios que no podía moverse. Eso llamo la atención de todos los presentes, el pelinegro se tapo sus oídos con sus manos, no podía gritar. Dejo el delantal sobre la mesa y empezó a correr con dirección al baño, Leo logro verlo momentos antes de que desapareciera en la multitud, se disculpo con sus nuevos amigos y fue a la misma dirección de el asiático.   

Kubo se apoyo con ambas manos sobre el lavabo y trataba de regular su respiración para poder pensar con mas claridad, sino lo hacia en pocos minutos podría desmayarse por hiperventilación. Leo entro al baño y vio a su amigo en ese estado, se acerco lo suficiente para tomarlo del hombro y así llamar su atención, se sobresalto al sentir como alguien tocaba su hombro suavemente, giro levemente su cabeza y al ver a Leo lo abrazo muy fuerte sentía que en cualquier momento sus piernas podrían fallar y caería de rodillas al suelo. Leo lo abrazo por la cintura. Hundió su cabeza en el pecho del moreno mientras algunas lagrimas se escapaban de sus ojos y su respiración se calmaba poco a poco.  

-Tranquilo Kubo, no pasa nada, estoy aquí a tu lado- Leo acariciaba lentamente el cabello de Kubo eso siempre lo ayudaba a relajarse.