Cap. 14

236 29 2
                                    

 Lo primero que hizo fue empezar a correr desde que Miguel y esa calavera con sombrero de paja se pusieron a hablar o eso era lo que creyó Hiro, a su alrededor estaba lleno de "vida", colores, alegría y música, pero no tuvo tiempo para admirar ninguna de esas cosas, si lo que le dijeron en ese lugar era cierto entonces se encontraba en la tierra de los muertos, eso era más que obvio por que no encontraba un concepto lo suficientemente lógico para explicar los esqueletos caminantes. Corría, corría y corría sin dirección, su cabeza estaba hecha un caos pensando en varias cosas al mismo tiempo, pero sobre todo buscando una manera para salir de este lugar, algunas veces tropezaba con algunas "personas" entre ellas niños y no quería saber como murieron todo ellos.

Mientras que en el mundo de los vivos la tensión en la iglesia se sentía en el aire por la llegada de Marco y de su guardaespaldas, pero la conversación había quedado ahí y ya no dijeron nada mas. Marco parecía que le iba a dar un ataque de pánico de no ser por Kyle quien disimuladamente tenía contacto con su brazo o con su mano haciendo que se calmara.

- esto parecía una buena idea cuando lo hablamos en casa -

El azabache soltó un suspiro mientras relajaba su postura de brazos cruzados mirando a su jefe.

- los problemas del pasado siempre nos alcanzan tarde o temprano así que no tenía mas opción que enfrentarlo ahora o nunca -

En eso tenia razón su amigo, los problemas siempre terminan por alcanzar a uno no importa lo que hagamos para evitarlo, siempre traerá sus consecuencias y las suyas no serán nada positivas. Marco bajó su mirada y tomó la mano de su guardaespaldas para entrelazar sus dedos, lo levanto un poco para llevarlo a sus labios y darle un leve beso en sus nudillos, el azabache se sonrojó por ese acto lleno de cariño que le estaba dando el latino, cada vez se le estaba haciendo más difícil ocultar sus sentimientos hacia el latino, no era correcto, no podía permitirse amar con locura a esa persona que le contó lo más difícil de su vida, además que tenía miedo de no sea correspondido.

Por otro lado Leo y Kubo habían visto ese acto entre esos dos haciendo que sus sospechas se confirmaran.

- Sabía que esos dos algo se llevaban entre manos -

Dijo Kubo, pero no estaba molesto sobre ese acto entre los dos, Leo solo bufó girando un poco su cabeza.

- es más que obvio que esos dos se mueren el uno por el otro -

El tono ácido en la voz de Leo se notaba muy claramente, pero no podía permitir que algo como esto arruinara un día como este.

- déjalo, el también merece ser feliz -

- pero...

Kubo lo tomó de sus manos para que lo vea a los ojos.

- lo de Miguel paso hace años y es mejor que sea feliz y deje ir todo lo del pasado -

Debía cuidar sus palabras si no quería que Leo se hiciera una idea errónea, sabía lo impulsivo que podría ser el mexicano con cualquier cosa y eso aumentaría sus problemas. Leo se separó y fue a un lugar mas solitario, callado y tranquilo para seguir practicando con el juramento

Poco a poco y con el pasar del tiempo todos se fueron de la iglesia a excepción de cierto asiático que se quedó rezando por la felicidad de Leo o al menos intentarlo, pues en un momento levantó su mirada para ver a las estatuas con un ligero reproche.

- ¿Qué fue lo que hice mal para que me quitaras todo?... primero mis padres... luego mi abuelo... y ahora... a Leo ¿Cuánto más tengo que soportar este dolor de la soledad? ¿Cuánto? -

Varias lagrimas salían de sus ojos y un ligero dolor apareció en su pecho.

- ya sufrí demasiado ¿no merezco ser feliz? -

Mas allá de la muerte (Higuel)Where stories live. Discover now