Cap. 5

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Kubo aún dormido estiró su mano para abrazar a Leo, pero no sintió nada, el lado de Leo estaba vacío, se sentó en la cama y se frotó los ojos para despertar mejor, pero luego recordó todo lo que había pasado en el día anterior, la discusión y luego la confesión, con una mano tocó la comisura de sus labios haciendo que sus mejillas se sonrojaran al recordar el acto que hizo sin pensar.

-Buenos días mijo - dijo la Nana entrando a la habitación, Kubo se quitó la mano rápidamente del lugar en el que estaba.

-Buenos días nana Dionisia - respondió con una sonrisa el asiático.

-Veo que estas de buen humor muchacho -

-Siempre me levanto con buen humor nana- dijo con una suave risita.

-Pero esta vez es diferente - se acercó a Kubo y lo miro fijamente- ¿No será que paso algo entre tu y Leo? -

-Bueno pues... Se podría decir que si nana-

La nana alzó una ceja y una sonrisa cómplice.

-Bueno, en otro momento me lo dices, ahora ve a cambiarte que debemos abrir la panadería.- Dionisia sacó casi a empujones al asiático de la cama- Pero mira nomas ¿no tuviste tiempo para cambiarte a la pijama?-

-Yo pues...-

-No hay tiempo, mejor date prisa que tengo pan en el horno.-Dionisia llevó a Kubo al baño y le puso una toalla en su cuello. Una vez dentro del baño Kubo río un poco, en serio que quería mucho a todos los "San Juan".

Otra semana más de rutina pasó en la casa de los "San Juan" el día que viajarían nuevamente a San Fransokyo llegó muy rápido, Leo y Kubo avanzaron mucho con su relación, pero a escondidas de la madre de Leo. Por otro lado Toñita y Dionisia sabían perfectamente de su relación y la aprobaron aún sabiendo que María se interpondrá ente los dos con tal de cumplir su promesa de la boda. Era de noche, Leo acabó de guardar todo lo necesario en su maleta, miró por unos segundos y vió que la maleta era un poco grande, "No se cuanto tiempo estaremos allá" le había dicho su madre, llevó sus dos manos a la cintura y soltó un pesado suspiro, esto se le estaba saliendo de las manos, pero sabía que tarde o temprano su madre se enteraría de la relación que tiene junto a Kubo.

Leo caminó hasta salir de su habitación y se dirigió a la de su novio, pensó que tal vez necesitaría ayuda con su equipaje o algo, cuando abrió la puerta vió que su amado estaba doblando un poco de ropa y la colocaba en la maleta, se escuchaba que tarareaba una suave melodía, era una de sus canciones favoritas tanto del mexicano como del asiático. Esa canción la cantaba Miguel a su abuelita "Recuerdame", era la canción favorita de los Rivera, incluso cuando Miguel falleció le dedicaron esa canción en el velorio y en el entierro.

Les causaba mucha nostalgia porque un día antes de su muerte los tres cantaron esa misma canción en mitad de la plaza del mariachi, Kubo y Leo no eran muy buenos cantando, pero Miguel logró convencerlos de hacerlo, los tres cantaron con el corazón, y cuando terminaron la gente pedía entre aplausos y gritos una nueva canción.

Leo se acercó a Kubo y lo abrazo por la espalda, Kubo al sentir el tacto del moreno se sobresalto un poco, estaba tan concentrado en su canción que no se percató de la presencia de Leo en la habitación, el mexicano enterró su cabeza en mitad del hombro y la espalda de su amado para poder respirar un poco del perfume que el asiático emanaba.

-¿Necesitas ayuda cariño?-

-No para nada, ya estoy terminando-

Mas allá de la muerte (Higuel)Where stories live. Discover now