Capítulo 45

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-Eres... un maldito enfermo, mínimo me hubieras dado una semana de vacaciones- le susurro con la voz afectada.

Escucho su risa ronca, aleja el arma y me voltea sutilmente quedando a tan solo centímetros de su perfecto rostro. Suspira, me mira detenidamente y mueve la cabeza.

-Conmigo nunca tendrás vacaciones hada- me dice con voz grave mirándome pensativo.

Me quedo boquiabierta... ¿Cómo es posible que me diga esas cosas y no se dé cuenta de todo lo que me afecta?

-B-basta aléjate, en estos momentos no quiero hablar contigo- intento alejarme, pero sus manos me detienen.

-Yo tampoco quiero hablar en estos momentos. Arreglaremos la situación de otra manera- murmura.

- ¿Qué?

-Que lo arreglaremos en la cama, que necesito a mi mujer- me lanza una sonrisa perversa.

Trago saliva de los nervios. Se me ha secado la boca.

-E-estás... loco.

-Por ti... solo por ti hada- me dice con mirada intensa.

Madre mía... ¿estaré soñando? Me ruborizo, él se da cuenta y veo como sus ojos cambian de unos completamente dilatados a unos ojos brillantes, deseosos... excitados. Me tiende la mano y no sé si estoy hipnotizada por este hombre, porque la tomo sin dudar.

Suelta una sonrisa triunfante, me conduce hacia la cama. Me siento como bambi recién nacida por lo temblorosas que están mis piernas y ni siquiera he tenido sexo. No me importa mis cicatrices ya no... después de tantos días voy a hacerlo. Se quita la chamarra arrojándola por alguna parte de la habitación. Me deja ver su camisa negra por unos segundos porque se la quita dejándome ver su torso duro... dios santo, es demasiado atractivo, su pelo oscuro lo lleva alborotado y esos malditos ojos grisáceos audaces llenos de perversidad que me quitan la poca cordura que tengo. Se quita sus botas y se inclina para despojarse de su pantalón.

Se acerca a mí despacio, el corazón me martillea... la sangre me bombea por todo el cuerpo. Cuando pienso que me va a besar no lo hace, comienza a quitarme mi ropa, dios ya no puedo más... todo me quema, el roce de sus dedos con mi piel no me deja pensar de manera clara.

- ¿Tienes idea de lo mucho que me aterré al no encontrarte en el hospital? - me susurra. Desliza muy suavemente sus manos por mis pechos-. Ahora ya no importa, mejor cambiemos la pregunta, ¿Tienes idea de lo que quiero hacerte?

Se me corta la respiración, si antes era difícil apartar mis ojos de él ahora es incluso más. Se inclina y me besa con exigencia, ferocidad, deseoso de más. Empieza a desabrocharme el sostén, lo logró... ahora estoy desnuda y a su merced. Una de sus manos me recorre hasta la columna, sigue avanzando a la curva de mi trasero, se detiene apretándolo. Deposita besos húmedos en mi barbilla, mandíbula y la comisura de mi boca.

Me lleva hacia atrás quedando totalmente recostada en la cama, vuelvo a mirarlo... joder, lo deseo tanto, con locura... todo de él es adictivo, desde la punta de su cabello, su escultural cuerpo y esas cicatrices que lo hacen ver tan sexy. Ay por dios ya estoy delirando- ¿O son las hormonas? - si debe ser por el embarazo. Me sujeta de las caderas y sin esperarlo desliza su lengua por mi ombligo, me mordisquea recorriendo mi abdomen, mis caderas...

-Ah- gimo cuando besa la parte interior de mi muslo. Introduce su lengua en esa parte en especial que me palpita y que estoy segura que está demasiado húmeda.

-No te muevas hada- murmura.

¿Cómo mierdas no me voy a mover si él está devorando mi parte más íntima? No puedo quedarme quieta, estoy demasiado excitada, me estoy retorciendo de deseo. Traza círculos alrededor de mi sexo, pierdo la cordura cuando lame uno de mis pezones y peor aun cuando los chupa, se detiene y se va con mi otro pezón apretándolo con los dientes.

DRACWhere stories live. Discover now