IX. Ataraxia

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imperturbabilidad, serenidad

El viento se filtró por la ventana... El viento de otoño se filtró por la ventana e hizo ruidos cada vez que soplaba... Me di cuenta de eso desde la primera vez que Namjoon se fue y me dejó solo en esta casa que puso a mi nombre sin que yo se lo pidiera. La casa era grande, demasiado grande. Incluso a veces me hacía sentir más pequeño de lo que en realidad soy. No lo sabía, jamás me había detenido a escuchar el sonido del viento al filtrarse por una ventana, eso era porque nunca antes supe lo que era estar solo en un espacio tan grande... De hecho nunca antes supe lo que era estar solo.

Tener a Namjoon en mi vida era algo para lo que no estaba preparado y cuando estaba solo como en ese momento, lo entendía, es decir... Si estaba listo para tener un alfa en mi vida y si me dejé marcar por él fue porque tenía la plena certeza de que era la persona con la que quería pasar el resto de mis días. Si bien no nos hemos casado, aunque su papá así lo sugirió...Yo pensaba que era demasiado pronto, aún así él me trataba como si fuera su esposo... No sé, era extraño, vivía en su casa, tenía lujos que jamás pedí, tenía la posibilidad de ayudarle a mis papás sin matarme en el proceso, trabajaba en lo que me gustaba: La fotografía. Namjoon decía que cuando pudiera establecerse en un punto me dejaría viajar con él y así podría seguir tomando fotos con él a mi lado, tenía lo que siempre necesité sin saberlo siquiera, sin embargo... me sentía solo.

Namjoon se había ido hacía apenas unas cuantas horas e iría a cumplir sus compromisos como el heredero del buffet, ya que el señor Kim, desde la muerte de su esposa, ha caído en una profunda depresión que le ha impedido seguir al mando de la compañía. De eso habían pasado once meses ya. De hecho, el día que conocí a Namjoon fue tan solo un mes después de que él perdió a su madre. Luego entendí que ese día la conmosión era porque su padre había enfermado y él tendría que asumir todo.

No sé si el hecho de dimensionar que estaría lejos por cuatro meses fue lo que me hizo sentir tan solo, jamás se había ausentado tanto tiempo y aunque él insistió en que le acompañara, sé que no era lo ideal. Yo era una distracción para él, esa era la unica razón por la que al resto de los socios no les agradaba, de todas formas ellos a mí tampoco.

Una vez, poco antes de enlazarnos, durante una cena de la compañía a la que asistí, escuché a un par de ellos planear sobre convercer a alguien de la prensa de que yo era un cazafortunas. Lo recuerdo y me da risa, para comenzar antes de llegar a Seúl no tenía idea de quiénes eran los Kim, jamás le conté sobre esa conversación que escuché a Namjoon, solo entré al baño donde se encontraban y les insinué lo poco creíble que sería su historia teniendo grabado todo en mi celular, así que no sé si cambiaron de opinión, pero al menos no hubo ninguna noticia circulando sobre mí en media Corea.

A veces sentía que no pertenecía a Namjoon por más que ambos nos esforcemos en demostrar lo contrario. Por momentos así como ese, cuando me sentía solo e insuficiente o quizá la palabra correcta es un estorbo, creía que no estaba preparado para toda la presión que él traía consigo. Lo amo, lo amo con intensidad, solo que me cansa de tener que seguirle el paso, siempre estaba un paso atrás y eso dolía a su manera... Para estar con Namjoon cedí en muchos aspectos, no he sido alguien sumiso nunca, no he dependido de nadie, ni de nada en toda mi vida, pero estar con él significaba tener una fachada que a veces sentía que me sobrepasaba y no porque él me lo pidiera, sino que sentía que así no le generaría problemas, él ya tenía suficientes.

Así que cada vez que regresaba de sus viajes, yo trataba de darle ese pedacito de normalidad que ser el hijo heredero le arrebató, trataba de darle un hogar, con una vida doméstica de un alfa con su omega, de disfrutar de nuestra compañía y de nuestros olores mezclados, de una familia. Sin embargo esta casa jamás se ha sentido un hogar para mí... Cuando él estaba, sí lo era, pero tan pronto ponía un pie fuera de acá, solo se convertía en una casa hermosa, tan grande que el sonido de mi respiración hacía eco.

Afire LoveWhere stories live. Discover now