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Después de decirle a todos nuestros respectivos padres que estábamos bien y que aun seguíamos vivos, nos fuimos a dar una vuelta por ahí. Ari y Karla después de la anterior noche y todo lo que paso en el juego estaban bastante raras y aunque me da vergüenza preguntar, estoy segura de que tienen algo.

*

Fuimos a desayunar a un Starbucks cerca de la casa de Abby. Después de estar mas de 24 horas con estos locos, he entendido realmente el verdadero valor de la amistad.

Después de desayunar, cada uno volvió a sus casas, pero yo me fui con Jack. Realmente estaba enamorada de él, es de las primeras personas que me ha demostrado más que nadie en tan poco tiempo.

- Jack – lo llame, no se como iba a salir esto.

- ¿sí? – me respondió dedicándome una de sus mejores sonrisas.

- Me estoy enamorando – confesé con la cabeza baja, me daba miedo su reacción.

Él no contesta, cosa que me dolió.

Al minuto de un gran silencio incomodo, Jack estampo sus dulces labios contra los míos, haciendo así un beso apasionado. Él puso sus manos en mi cuello, profundizando el beso, nuestras lenguas jugueteaban, haciendo del beso una maravilla.

¿Realmente quería llegar a algo más con Jack? Creo que sí, pero no estaba preparada para hacerlo de nuevo. Sam me había echo más daño del que pensaba cosa que me jodia muchísimo.

- Repítelo – dijo Jack con una sonrisa.

- Así es Jack, estoy jodidamente enamorada de ti. – respondí sin temblar, cuando se trataba de él, todo se volvía más fácil hablando de los sentimientos.

- Yo también – sonrió apartándome un mechón del pelo y poniéndomelo detrás de la oreja

Y después de fundirnos en otro maravilloso beso, nos pusimos ambos a leer After. Yo recostada en su torso mientras su cálida voz narraba la historia de dos jóvenes hizo que realmente afirmara lo enamorada que estaba de él.

*

- Corre Hannah – exclamo el chico agarrándome de la mano mientras corríamos bajo la lluvia.

- Bobo, tan solo es agua, no te vas a morir – reía mientras él me llevaba a rastras tras suya.

Eran finales de junio, y aquí estábamos, debajo de una gran tormenta corriendo hacia una cosa que me tenía que enseñar y que era demasiado importante como para dejarlo para otro día.

- Tachaaan!!! Bienvenida a nuestro pequeño rincón – exclamo riendo Jack mientras agitaba sus manos. Todo su cabello rizado estaba mojado, cosa que me causaba mucha gracia.

- Esto, es fantástico – grito como loca al ver el gran monumento que tenía enfrente.

Era una gran casa abandonada que por dentro estaba decorada. Al cruzar la puerta había una gran entrada con unos percheros grandes y un pequeño mueble donde había un cuadro de Jack y mío con todos los que estábamos en la playa. Al seguir andando entremos a una gran habitación con una pequeña cama y un gran ventanal que daba paso a un gran paisaje lleno de vegetación. Había también un vestidor con un gran espejo.

Jack y yo seguimos andando y nos encontremos con una espaciosa cocina y gran cuarto de baño. Todo era perfecto, era mágico.

Involuntariamente, cojo de la mano a Jack y la apretio fuertemente. Lagrimas de felicidad brotaban por mis mejillas.

- ¿Qué es este lugar? – pregunte mientras más lagrimas salían involuntariamente.

-  Hace unas semanas encontré esta casa abandonada, y he pensado en hacerlo nuestro, acudir aquí cuando el mundo se nos haga demasiado pequeño para ambos y pasar tiempo aquí junto a ti. Leer y hacer todas las gilipolleces que se nos ocurran, pero juntos. Escuchar nuestra música  y ser felices. – contestó mientras me abrazaba. Se notaba que este sitio significaba mucho para él.

Después de estar en "nuestra casa" durante toda la tarde, hacer miles de estupideces y cantar como dos locos, nos fuimos a nuestras respectivas casas, donde unas familias rotas nos esperaban.

35 millones de sonrisas junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora