22

26 8 0
                                    

30 minutos para mi cumpleaños...

Recuerdos vienen a mi mente, mis padres pelando, yo feliz con Abby fingiendo que todo va bien, todas las peleas con Sam. Todas las noches llorando invaden mi mente. Todas las personas que prometían estar a mi lado y no irse nunca, ya no están junto a mí. No tendría que estar triste, mis 18 están a la vuelta de la esquina.

10 minutos para mi cumpleaños...

Lagrimas recorren mis mejillas y ni se la razón, no voy a poder celebrar mis 18 con ella, la que me ha aguantado durante 15 años. Y eso me jode muchísimo. Mejor dicho, me entristece, lo teníamos todo planeado y ahora... ahora no tengo nada. Ella esta medio muerta en la cama de un hospital.

3 minutos para mi cumpleaños...

Jack dice que tiene una gran sorpresa para mí, no sé qué será y me asusta que lo quiera hacer ya. No he tenido sexo desde que corte con mi ex, más de 1 año y medio. Pero la verdad es que no me importaría hacerlo con Jack...

27 de julio // 00:00

Miles de notificaciones llenan mi teléfono, pero solo me interesa una. La suya.

Jack: Feliz cumpleaños querida Teacher Hannah, te quiero mucho preciosa. ¿Me paso hoy por tu casa y lo celebramos?

Yo: Gracias querido pelinegro, te veo en mi casa.

Jack: ;)

Reviso algunas notificaciones mas y me voy a dormir.

-  ¡Hannah! Felices 18 cariño – entra mi madre gritando mientras sostiene una tarta en ambas manos.

Tan solo sonrió, ¿Qué cojones se supone que tengo que decir cuando te dicen eso? Cosas que nunca sabremos.

- Te espero abajo, han venido tus tías – no por favor, mis titas no.

- Pero – intento poner alguna excusa, pero mi madre me corta.

- Ni pero ni mierdas, baja a saludarlas que hace mucho que no las ves.

Y se baja. Me pongo mi top blanco y mis pantalones de deporte negro con mis tenis. Me recojo el pelo en una coleta baja y me saco dos mechones para no parecer una rata calva.

Bajo las escaleras a regañadientes mientras escucho voces en el salón. *ansiedad social modo on*

- ¡Hannah! Que grande estas, que guapa – una de mis titas me ve haciendo que 10 mas se giren hacia mí.

- Ay, pero que grande ¿Cómo estas bonita?

-  Bien, si – dios que incomodo

- ¿Y el novio? – la pregunta que no podía faltar

- Aun no tengo – rio para quitar tensión a la frase.

- Hannah no mientas, y Jack que – mi madre habla haciendo que todas las miradas vuelvan hacia mí. Gracias mamá.

- Ay, pero ten cuidado vaya que – agrega otra tita, pero se corta al recordar lo que le paso a mi madre. Que oportunas.

Después de mas de dos horas contestando preguntas, tocan a la puerta. Una espiral de nervios invade mi cuerpo, haciendo que la sangre vuele hacia mi cabeza.

Me dispongo a abrir la puerta, pero se me adelanta una de mis titas. Abuelos, ¿Por qué habéis tenido tantos hijos?

- Hannah creo que es tu novio! – grita ella, haciendo que un tomate en comparación a mi cara, no sea nada.

Jack ríe abiertamente y yo me tapo la cara con ambas manos.

- Pasaaaaaaaa – oigo gritar a mi madre

- ¿Quieres pasar o nos vamos directamente? – pregunto, él me mira con maldad.

- Quiero reírme un rato – y pasa directamente a la sala, que vergüenza.

Cuando paso, ya esta sentando con todas mis titas alrededor suyo acribillándolo a preguntas.

- No le hagas daño eh, aun esta pequeña.

- ¿Contigo es igual de borde?

- Toma come come.

Pobre Jack, esta blanco como la pared, por imbécil.

Y después de muchas preguntas más, nos vamos.

- Feliz cumpleaños – dice Jack una vez nos hemos alejado de mi casa.

No me deja decir nada, me coge de la nuca y me acerca hacia sus labios, su mano acaricia mi cadera suavemente haciendo que me estremezca y acerca mi cuerpo hacia el suyo. Nuestras lenguas juguetean, me da un pequeño mordisco en el labio inferior lo que hace que un pequeño jadeo salga de mi boca.

Al separarse de mi me doy cuenta, estamos en mitad de una calle, la gente nos mira esbozando una media sonrisa. Que vergüenza.

- Cuando lleguemos a nuestro sitio te daré el regalo – susurra en mi oído, haciendo que se me erice todos los pelos posibles del cuerpo. Me imagino lo peor (en verdad, mejor, pero hay que parecer decentes).

Llegamos a nuestra casa abandonada y justo antes de entrar me tapa los ojos. Jack abre la puerta y unos maullidos recorren mis oídos.

No me lo puedo creer.

- Tachaaaaan!! Un gatito – me sorprende, levantando al pequeño felino con ambas manos.

El gatito es gris con unos ojos azules saltones, tiene unas grandes orejas y esta lleno de pelo esponjoso.

Empiezo a dar vueltas y a gritar como una loca, le arrebato al gatito de las manos y empiezo a darle besitos suaves. Que monada.

- Lo llamare Niki – digo orgullosa.

- ¿Niki? Que nombre más feo – ríe Jack, ganándose un golpe en el hombro.

- Mas feo eres tú.

-  Uuuuuhhh – ríe a carcajadas, tiene una risa tan bonita que es imposible enfadarse con él.

- Nikiiiiiiii bonitooo – le digo al gatito, ignorando a Jack.

El solo se ríe negando con la cabeza y yo lo fulmino con la mirada.

- ¿Te ha gustado? – pregunta mi querido pelinegro cuando nos sentamos en el sofá.

- Me ha encantado, llevo toda mi vida queriendo un gato, gracias. – le beso los labios y él lo profundiza montándome encima suya.

Se separa y baja hacia mi cuello mientras yo echo la cabeza hacia atrás. Quiero hacerlo.

- Te deseo, Jack.

-  ¿Estas segura de que lo quieres hacer?

No puedo hablar, solo asiento con la cabeza. Él saca un condón de su bolsillo y me mira con maldad. En ese momento, me entregue a él con plena confianza haciendo que nuestros cuerpos se unieran en uno. Y ha sido la sensación mas maravillosa de toda mi vida

35 millones de sonrisas junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora