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Ha pasado un mes desde que Abby cayo en coma y no hay indicios de que se vaya a volver a levantar. Y yo llevo un puto mes metida en el hospital. Mi madre me ha repetido una y otra vez que vaya a casa y descanse pero no puedo, no teniendo a Abby medio muerta.

-  Hannah, cariño – me llama mi madre, haciendo evadirme de mis pensamientos. A ella le dieron el alta hace varias semanas pero venia a hacerme compañía. Menos mal que estamos en vacaciones y no tiene que trabajar.

- ¿Podrias ir a la cafetería a por un café para mi? – me pide, que oportuna.

Pienso en negarle, pero la verdad es que un café no me vendría nada mal.

- Bueno, ya bajo – le doy un beso en la mejilla y otro a Abby y bajo a la cafetería.

Abajo me encuentro a varios ancianos y una niña pequeña. Nada fuera de los normal. Pido dos cafes a la amable dependienta y me voy con la intención de volver a la pequeña habitación pero algo (o alguien) me detiene.

- Hannah – no me lo puedo creer, esto no podía ser real. Esa voz, esa maldita voz que me hizo tanto daño en un pasado y que en algun momento de mi vida me volvía malditamente loca.

Me doy la vuelta, esperando que todo esto fuera un mal sueño, pero no lo era.

- ¿Sam? Que coño quieres – que oportuno, no había mejor momento para que mi ex apareciera por la puerta.

-  Quiero hablar contigo.

-  El problema, querido, es que yo no quiero intercambiar ni una sola puta palabra contigo. Por lo que, lo mas conveniente que puedes hacer, es darte la vuelta e irte por donde has venido.

-  Antes no decias eso – dice él, acercándose cada vez mas, acorralándome

-  Las personas cambian, ¿sabes? – digo intentando rodeándolo, pero no sirve de nada.

-  Estas muy guapa

-  No puedo decir lo mismo de ti.

Vuelvo a intentar rodearlo, pero me para con su pecho.

- ¿Sabes? Eres una completa mierda por desaparecer de mi vida y ahora, cuando a ti te da la gana, volver a intentar arruinármela, pero no, he cambiado, soy una mujer fuerte y no me importa nada de ti, por lo que, si no quieres problemas, será mejor que te vayas por donde has venido.

Por primera vez, las lagrimas no acechaban con salir, si no mi furia. Sam me quito durante mucho tiempo las ganas de seguir adelante ya que cuando me dejo era muy dependiente, y ahora verlo aquí, solo me daban ganas de matarlo.

Me mira de arriba a abajo con cara de asco y se da la vuelta, si las miradas mataran, ya estaría mas que muerta.

Al subir a mi habitación, me encuentro con algo que tampoco me quería encontrar. Max. ¿Acaso hoy se han puesto todos de acuerdo en joderme el dia?

- Mira Hannah! Ha venido Max, hace muchísimo tiempo que no lo ves – sonríe mi madre, mientras intento poner buena cara, pero me sale todo lo contrario.

- Cuanto tiempo, si – saludo cortante.

- Bueno, os dejo que habléis de vuestras cosas, seguro que después de tanto tiempo teneis mucho que contaros – se despide mi madre, pero antes de que pueda decir algo, se escabulle por la puerta, dejándome sola con el pelirrojo.

- Hola – saluda, acercándose a mi.

- Hola – le devuelvo el saludo, acercándome a Abby para ver como sigue, su respiración es casi inexistente.

Justo cuando Max va a decir algo, unos toques en la puerta le interrumpen. Gracias al Altisimo.

Me giro para ver quien es y mi querido pelinegro aparece por la puerta, haciendo que me sonroje, aun no me acostrumbro a él.

Entra y le pone cara de pocos amigos al pelirrojo. Ya somos dos, querido.

Ya le hable varias veces a Jack de él, por lo que, sin dudarlo dos veces, se abalanza hacia mi y me da un beso apasionado mientras me agarra de la cintura. Max abre los ojos como platos, girando la cabeza hacia otro lado.

- Hola, soy Jack, su novio – le alarga la mano mientras yo me tambaleo por el gran beso. Espera, ¿acaba de decir "su novio"?  Yo lo mato.

- Max, su mejor amigo de la infancia del cual llevaba enamorada toda su vida. - ¿celoso, querido? Jack tan solo suelta una risotada y asiente con la cabeza.

-  ¿Y se puede saber que haces aquí, Max?

- Vengo a darle animos a mi mejor amiga, Jake

- Es Jack,  imbécil – rodea los ojos mientras yo me aguanto la risa. – Max bonito, ¿nos puedes dejar solos? Tengo cosas que hablar con ella.

- Solo si ella me lo pide, Jake – me sañala Max.

-  Joder Max, vete – intervengo antes de que Jack le soltara una bofetada.

Max me mira de arriba abajo y me dedica una mirada de asco. Joder, que mania, por ahora las miradas no matan, no lo intenten. Despues de que se vaya, mi querido pelinegro habla.

- Que coño con ese tio – esta MUY cabreado.

- Y que coño contigo: ¿"su novio"? Recien me entero – rio, para quitarle importancia.

- Perdona, no me gustaba como te estaba mirando ese capullo – se disculpa mi ojiazul haciendo que me entre la risa tonta.

-  ¿Cómo esta tu hermana?  - digo cambiando de tema radicalmente.

- ¿Q-Que? ¿Mi hermana? – pregunta atragantándose con el agua, parece que no se esperaba para nada esa pregunta.

- No, tu tia – rio negando divertida con la cabeza.

- Mi hermana... bueno, si, esta bien – dice trabándose mirando hacia otro lado. Miente. Decido ignorarlo, por si la pregunta le incomoda.

- Algún dia me la tendrías que presentar?

- Si, algun dia.

Seguidamente me da un beso corto en los labios, el cual profundizo poniendole las manos en la nuca.

- Dentro de tres días es tu cumpleaños, ya seras mayor de edad – rie Jack, dios, se me había olvidado completamente con... todo.

- Se me había olvidado por completo, creo que no lo celebrare – digo bajando la cabeza apenada.

- Oye solo se cumplen 18 una vez en tu vida, tiene que ser un dia muy especial para ti. – dice Jack mientras me abraza.

- Lo se, pero con Abby en este estado... no se, ya lo pensare.

- Bueno, decidas lo que decidas, yo ya tengo un regalo para ti – sonríe mi pelinegro.

- No hace falta, enserio – niego con la cabeza mientras él asiente.

Seguimos peleando durante unos 10 minutos hasta que me rindo.

De repente, un recuerdo viene a mi mente:

"Le pedire salir a Jack mañana mismo porque nunca sabes cuando alguien se va a ir de tu vida"

Me pongo tensa al instante y creo que él lo nota, pero no dice nada. ¿Seria este un buen momento para pedírselo? Ademas... con todo lo que esta pasando. Mejor no.

35 millones de sonrisas junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora