Capítulo No-Epílogo: Buenas Noches.

849 108 27
                                    

Si tuviéramos un botón que nos permitiera regresar a algún punto de nuestras vidas para corregirlo, todos lo presionarían.
Si tuviéramos un botón para olvidar algún suceso específico de nuestras vidas, todos lo presionarían.
Si tuviéramos un botón para leer los pensamientos de otras personas, todos lo presionarían.
Pero, ¿y si tuviéramos un botón que nos permitiera desconectarnos de la vida, al menos un día? ¿Cuántas personas lo presionarían?

Independientemente de la cantidad, Eijiro Kirishima lo presionaría.

Así podría fingir que eso no pasó. O, al menos, podría dejar de pensar en ello por un momento.

Ahora, de nuevo entre esas ya conocidas sábanas tan blancas como las paredes, podría presionar ese botón y regresar mañana, eso estaría bien.

Al igual que ayer, y antier, hoy no tiene ganas de vivir.

No desde que despertó.

Siente un zumbido en sus oídos y las piernas están tan dormidas como él desearía estarlo. Les tiene envidia.

No ha recibido visita desde que despertó. Eso le hace pensar si es importante para alguien. Quizá ya está muerto y espera en ese lugar a que un Recogedor de Almas lo lleve al enrealidadnosédónde. Pero el cantar de una ave en la ventana le dice: “Sigues vivo, idiota. Solo estás drogado para no sentir dolor”.

Y es ahí cuando él dice: “Sí siento dolor, hay hormigas caminando por mis piernas. Deberían drogarme con algo más fuerte.”

Ahora habla telepáticamente con las aves, vamos progresando. Oh, espera, creo que esa ave acaba de ofrecerle un polvo blanco que ha metido en un cigarrillo ¿No sabe que Kirishima no fuma? Ave estúpida.

Ah, hace mucho que no piensa una grosería. Usualmente uno es más feliz cuando dice groserías, así que Eijiro Kirishima gasta la mitad de sus días enredado en esas sábanas tan blancas como las paredes maldiciendo a los cielos. Cualquiera que venga a su mente está bien, nadie lo escucha de cualquier forma.

O eso piensa él.

Lleva un tres semanas en el hospital, hace solo dos horas que despertó y hay más de una docena de personas esperando entrar; solo una puede hacerlo y pelean a muerte con cuchillos por ser los primeros. Podría decirte qué están diciendo, pero su lenguaje rebasa mi entendimiento.
Lo siento mucho.

Sí, creo que hay un rubio que sacó un bate de quiénsabedónde y acaba de amenazarlos, se han quedado callados. Aparentemente no es él quien pide entrar, sino el peliverde detrás de él. La enfermera sabe que no le pagan lo suficiente.

Cuando el brócoli andante y la enfermera entran a la habitación lo primero que ven es a un Eijiro Kirishima con más vendas en el cuerpo que sangre perdida. Aprovecho el espacio para agradecer al donante de sangre, esa chica pelirosa de ojos miel y lentes sobre la cabeza.

—Ah, ave estúpida, no se puede fumar una hormiga.

—...

Sí, las primeras palabras de su reencuentro son esas. Qué romántico.

Todos ya sabían que, para evitar dolores mayores, Eijiro Kirishima fue levemente drogado, pero aún así está sorprendido.

Mientras su prometido se pelea con una ave narcotraficante, Izuku Midoriya toma asiento cerca de él y lo mira. Debería estar llorando de alegría por verlo despierto, pero el reciente shock lo dejó corto. ¿Cómo debería reaccionar? Pide ayuda a la chica castaña sentada a un lado, pero ella tampoco sabe qué hacer.

—¡Ah! Ave estúpida, ¡mira! ¡Tengo visita!

Aparentemente esa ave se llama estúpida, qué nombre. Querrá presionar el segundo botón cuando el efecto de la droga se vaya.

Pero lo interesante es que no es a su prometido a quien señaló, sino a la chica castaña. —¿Ves? Alguien aún me recuerda.

—¿¡Puede verme!? —Ochako Uraraka tiene cara de haber visto un fantasma.

—También al chico lindo junto a ti. Es bonito, ah.

—Izuku, te ha dicho bonito, realmente está drogado.

—Cierra la boca.

La enfermera, que parece querer renunciar, le informa sobre todo lo pasado en el último mes:

»La ambulancia llegó al lugar cerca de siete minutos después de la llamada al hospital y fue atendido con urgencia. Si bien no estaba muerto, sí tuvo que ser operado; fueron cerca de cuarenta minutos lo que tardaron los doctores de remover las piedras y vidrios incrustados en su piel más otras dos horas para detener el sangrado en su cabeza, torso y piernas.

La primera persona en llegar y que llamó a los demás fue el cenizo del bate, pues justo le llamaba a su celular cuando los paramédicos recogían sus pertenencias.

Se necesitaba un donante de sangre, no podía ser cualquiera, dado su reciente operación de médula ósea, la sangre debía ser completamente limpia, fuerte y compatible con él. Afortunadamente, Hatsune Mei cumple con esas condiciones; después de todo, ¿cómo creen que creaba los medicamentos de Eijiro?
Casi cuatro litros menos de sangre y bum, a la cama, buenas noches.

Como su pulso era débil y sudaba sin cesar, los doctores decidieron drogarlo para mantenerlo en el limbo, pero creo que se les pasó la mano.

De cualquier forma, ahora está bien. Pero no se pudo encontrar a los responsables. Mucha gente afirmó que una chica lo empujó y el conductor del auto podía frenar porque le faltaba un tramo llegar a él, no se sabe más.«

Cuando la enfermera huye del lugar, Izuku ya sostiene la mano de Eijiro, quién plática con Ochako.

Al día siguiente, Eijiro ya no está drogado, pero tampoco recuerda lo que pasó, ¿eso cuenta como presionar los botones 2 y 4?

Su habitación está llena de gente ahora; medio llorando, medio riendo, medio maldiciendo. Hay un rubio de ojos miel que solo lo ha visto unos segundos y después se ha marchado sin más. Pero no importa, Eijiro no preguntó por él. Él está pensando en algo más importante.

—¿Cómo dijiste que te llamas, bella ave?

Pero el ave ya no va a responderle, y tampoco la chica castaña. Ahora quienes tienen su atención en él son todas esas personas, cinco casadas, tres solterones y un prometido.
Ah, que ese prometido es suyo.

¿Cuando debería casarse? Tal vez cuando lo den de alta.
Puede esperar, tiene la certeza de que incluso si le cae un piano en la cabeza él estará bien, no por nada a vivido todos estos años.

Mira de nuevo a su familia, sin duda alguna solo invitará a las personas en esa habitación.

Cierra los ojos, durmiendo tranquilamente.

—¿Se ha dormido?

—Solo él puede dormir incluso con el llanto de Yaomomo.

—Deberíamos dejarlo descansar.

—Buenas noches, Eijiro.

Persona Equivocada 》Kirideku《Where stories live. Discover now