En corrección.
Tristeza, frustración, ira y desesperación eran algunos de los sentimientos que el pelinegro tenía en ese momento, sintiéndose vulnerable mientras su amigo lo apoyaba en aquella situación.
Esos sentimientos perduran hasta encontrarse...
¿Leucemia? ¿La enfermedad Leucemia? ¿Cancer en la sangre? ¿Kirishima Eijiro tiene Leucemia? ¿Desde hace cuatro años? No, no podía ser, no era posible ¡Kirishima debía estar bien! Kirishima no estaba enfermo, ¿verdad?
–¿Es... es broma? ¿Una muy mala, cierto?– no quería creerlo, tenía que ser mentira.
–No, Izuku, tengo Leucemia desde hace casi cuatro años y por obra del espíritu santo sigo vivo, a veces he pensado que es mi castigo por ser tan cobarde. De hecho, creo que es por ese motivo que mi anterior pareja me dejó y, justo ayer me llamó...– lagrimas caen de sus ojos sin poderlo evitar, si Izuku se iba o no aceptaría las quimioterapias así que no importaba decirle la verdad.
De nuevo, lo único que se escucha es a Katsuki maldecir en el pasillo. Tal vez el único motivo por el cual no entra es porque sabe que Izuku está dentro y quiere repuestas. Aunque no esperaba eso.
–Pero tu... luces bien, tienes que estarlo, no puedes... no puedes...
–Lamento no haberte contado antes, tenía miedo de que te fueras.
–¿Irme? ¡No podría irme en un momento como este! Debo apoyarte y estar contigo, no podría dejarte así como así, debiste ¡debiste decirlo antes! te hubiera obligado a tomar las quimioterapias, recibir tratamiento. Ya se me hacía raro que tomases pastillas cada rato, te desmayases y no pudieras respirar. Cuando te conocí... tenías un ataque ¿verdad? hubiéramos ido al hospital ¿cómo dejé pasar algo tan importante..?
Kirishima no cabía en su asombro ¿de verdad no se iría? ¿Va a quedarse con él? No dejó que siguiera en su paranoia pues le abraza con fuerza. Por qué siquiera dudó que se alejaría al escuchar eso, Izuku es un ángel y siempre se lo demostraba. Ambos se sientan en la cama, Eijiro limpia sus lagrimas y Midoriya intenta procesar la información correctamente. Tenía muchas preguntas y deseaba tener respuestas.
–¿No vas a quedarte por lastima?– pregunta al cabo de unos segundos.
–¡Por supuesto que no! ¿Enserio ese era tu motivo para no decirme? Te amo demasiado para dejarte– Izuku hace un puchero, aún quiere creer que es una horrible pesadilla. –Tengo tanto que preguntar... tantas dudas, no puedo unir toda la información que puedo almacenar en mi cabeza ahora. ¿De verdad no es un sueño? ¿Por qué tú, que eres un ángel? No has hecho nada malo al mundo y... ¿tu antigua pareja?¿Con quien duraste ocho años? ¿qué tiene que ver él con todo esto?
No puede contestar nada pues Katsuki entra con un bate en las manos y una mirada asesina, interrumpiendo el momento dramático.
–Kirishima.
–Ba-Baku... bro...
–Una pared me ha dicho que Deku ya sabe de esto, así que no voy a ser cuidadoso. O tomas las malditas quimioterapias esperando un donador ¡o de hoy no pasas desgraciado!– eleva su arma de modo atacante, alertando al par sentado en la cama quienes se levantan y corren por todo el lugar para evitar ser golpeados, incluso Eijiro olvida su dolor en las piernas.
–¡Para ya! ¡Para ya! ¡Haré las quimioterapias! ¡Me operaré! ¡Pintaré mi cabello! ¡Pero deja de perseguirme!
El cenizo para su ataque. –¿Has dicho... pintarte el cabello?– cuestionan Izuku y Katsuki a la vez. Una sonrisa se forma en sus rostros y ríen cómplices, Eijiro se arrepiente de lo que dijo mientras le reza a San Buenardo para que pueda seguir viendo un nuevo día.
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