Una semana ha pasado e Izuku no ha regresado. Eijiro finge no extrañarlo cuando la verdad es todo lo contrario. Sonríe y cambia de tema cuando le hablan de él, prefiere no pensarlo demasiado
Mei tampoco mejora, lleva dos días durmiendo y Mina se empieza a preocuparKirishima no quiere salir, y Mei no puede
A nadie parece importarle el estado de Monoma, pobre chicoKatsuki, harto de tal situación, sale en busca del peliverde "No puede abandonar a otra persona que lo quiere" piensa antes de partir, está comenzando a llover y no parece que su motocicleta vaya a ayudar, pero eso no le importa no dejará a un amigo sólo, porque lo ha prometido
Dan las dos de la tarde, pero ya está tan oscuro que parece anochecer. Llega al edificio, exactamente el lugar donde lo conoció pero no deja que esos recuerdos lejanos le envuelvan por lo que sacude su cabeza y, firme, entra a la recepción
-En qué puedo… oh, Bakugou-san. Qué deseas?- parece que Ayane tampoco le agrada verlo, y no es para menos
-Cara redonda dos, tu vida no ha sido tan suficientemente buena que no puedes salir de aquí?
-Para que lo sepas, el edificio será mío en un par de años.- Ayane mueve su cabello detrás de su oreja
-Y cuántos años tendrás para entonces? Treinta?
-Mejor dime qué quieres de una vez.- cruza los brazos, molesta, finalmente Katsuki suspira y le dice lo que necesita. Al principio la castaña cree que es una broma pero al ver el rostro serio del cenizo su sonrisa se borra, frunciendo los labios y entrecerrando los ojos
Quedan así por un par de minutos hasta que Ayane parpadea por fin y baja la cabeza negando un par de veces hasta que vuelve a mirarle de nuevo. -Me quitaste las únicas cosas que quería en este mundo
-También me las quitaron a mí
-Por idiota.- La castaña le indica el número y Katsuki se dirige al elevador. -No corras por mis pasillos!- le ignora
Recupera el aliento antes de tocar un par de veces. Espera tres segundos antes de que la puerta de abra y frente a él aparece una mujer peliverde a quién reconoce enseguida. Inko está sorprendida y cuando siente que sus lagrimales están por actuar, abraza al chico que también la rodea con ambos brazos
-Cariño… has crecido un poco.- Katsuki ríe, ahora es más alto que ella. -Recuerdo que siempre te subías a las mesas para ser de mi altura
Katsuki entra ya un poco más aliviado. Inko le sirve un poco de té verde, el cenizo olvida a qué viene
Cuando dan las cinco veinte de la tarde y el té se acaba por cuarta vez, la puerta de una habitación se abre, dejando ver a un pecoso cubierto por una larga bata oscura y unas pantuflas rosas, bosteza un par de veces dirigiéndose al baño para ducharse, quince minutos son los que pasan para que por fin salga y se siente junto a su madre quien le hace mimos en su cabello aun mojado
-Izuku… han venido a verte.- sonríe la peliverde
-Dile que venga mañana…- se hace bolita en el sofá a punto de dormir
-No juegues con mi maldito tiempo, nerd.- siete palabras son suficientes para que el pecoso reaccione y se despierte de una vez
-Katsuki, lenguaje
-Kacchan! Qué haces aquí?- talla sus ojos un par de veces, puede notar que ha llorado bastante
-He venido por ti, ya que tu no has ido.- Izuku gira la cabeza al suelo, incómodo. -Algo que tengas que confesar?
-No estás… Kirishima, él me odia?
-Si él te odia Shinsou es gay.- Inko ríe mientras sirve más té
ESTÁS LEYENDO
Persona Equivocada 》Kirideku《
FanfictionEn corrección. Tristeza, frustración, ira y desesperación eran algunos de los sentimientos que el pelinegro tenía en ese momento, sintiéndose vulnerable mientras su amigo lo apoyaba en aquella situación. Esos sentimientos perduran hasta encontrarse...